«Santa Isabel empieza a ser un nombre incómodo»
El párroco de Lugones defiende el origen religioso de las fiestas, reducidas a penas el reparto, hoy, de un millar de bollos de chorizo
M. RIVERO
LUGONES.
Lunes, 31 de agosto 2020, 00:04
Como bien decía ayer el párroco de Lugones, Joaquín Serrano, la localidad sierense lleva el fin de semana celebrando Santa Isabel de la forma más «atípica». La misa recobró su lugar «primordial» dentro de la festividad, algo que alegra a unos y molesta a otros. Hoy son muchos los que a falta de folixa recogerán el bollo, se repartirán casi un millar a los socios de la de festejos, y la botella de sidra y lo comerán en casa en familia. Otros tantos ya aprovecharon la jornada dominical para reunirse con los suyos y reservar mesa en algún bar o restaurante.
«Es una celebración sencilla y familiar», decía ayer el sacerdote durante la elegía en honor a la santa que da nombre a una de las calles lugoninas más importantes. La eucaristía tuvo este año la particularidad de retransmitirse en directo online, por lo que el párroco dedicó unas palabras a los que estaban en casa. «Nos siguen muchos de fuera de la parroquia», recordó.
«Hemos vivido unas fiestas limitadas, en las que hemos vivido restringidamente la alegría, pero nos hemos quedado con lo importante. Han sido fiestas silenciosas, pero no ha dejado de haber fiesta desde el corazón», defendió el cura, quien se mostró muy crítico con aquellos que, según consideró, «prefieren ignorar» el origen religioso de la festividad.
«Quizás pronto Santa Isabel, que empieza a ser un nombre incómodo para algunos se reduzca a 'Las fiestas de Lugones'», afeó Serrano, quien no obstante mostró su deseo de volver a disfrutar de las fiestas al completo. Las de la calle, eso sí, como «complemento».
El cronista oficial, José Antonio Coppen, fue uno de los que se acercó a la iglesia pero no dejó escapar la oportunidad de las fechas «para ir a comer con la familia». Otros, como Maria Luisa Castellano, tenía plan similiar, «al menos el vermú todos juntos, luego ya veremos». La lástima, compartían ambos vecinos, era que la hostelería no hubiera preparado «algo especial». «Un menú, una tapina o algo», proponía Castellano. Otros, más recogidos, como Juan Cosío, preferían guardarse para hoy, pero «sin pasarse que el martes toca volver al trabajo», reía el joven, quien no obstante tenía plan de «cañas o sidras» con sus amigos para la noche.
La Asociación de Festejos de Santa Isabel estima que hoy repartirá alrededor de un millar de bollos. Las opciones predilectas son compartirlo en una terraza -si acompaña en tiempo- o en casa, pero siempre en familia. «Es lo que nos queda», se resignaba la mayoría. «Yo encantada, en la calle o en casa lo importante es estar con los míos», afirmaba la orgullosa abuela recién estrenada Purificación Rodríguez, quien pasará su primera fiesta de Santa Isabel con su nieta Laia. Y es que se pueden suspender las verbenas, pero no el optimismo.