La sintonía de los presidentes de Asturias y Cantabria ya es cosa del pasado

El secretario de Estado, José Antonio Santano, por ejemplo. Hizo una intervención rápida, repartiendo anuncios para Asturias, Cantabria y el País Vasco. Pidió disculpas porque el ministro, que convocó el acto, Óscar Puente, no estaba para anunciar la «mayor compra de trenes de ancho métrico de nuestro país». «Otras obligaciones lo retienen hoy en Madrid», dijo como justificación. Todo apunta a que optó por asistir a la Ejecutiva que el PSOE convocó de urgencia el sábado por el ‘caso Koldo’.

El secretario de Estado hizo una intervención sin preguntas. Evitaba así tener que hablar de una de las conclusiones de la auditoría del ‘fiasco ferroviario’, que insta a tomar medidas contra CAF por, supuestamente, haber conocido el error del contrato 54 días antes de firmarlo.

A la presidenta cántabra, María José Sáenz de Buruaga, se le informó de la ausencia del ministro cuando ya estaba de camino y visibilizó su enfado. Contaba con poder coincidir, por primera vez con Puente y reclamarle un encuentro de trabajo. «Es un plantón a Cantabria, seguramente motivado por los rescoldos de corrupción que tiene en su ministerio», afeó. La presidenta, del PP, se hizo eco de las calamidades que siguen padeciendo los viajeros de ancho métrico y recordó que los nuevos trenes ya debían estar rodando. El retraso lo imputó tanto al ministerio como a su antecesor, Miguel Ángel Revilla, «por no vigilar».

La sintonía de los Ejecutivos cántabro y asturiano es cosa del pasado. No hubo entre Barbón y Buruaga la complicidad que sigue manteniendo el asturiano con su «hermano» Revilla, y que en la pasada legislatura cimentó un discurso sobre la importancia de las relaciones institucionales con los vecinos. En su lugar, sí está produciéndose una mayor interlocución con el ministerio.