Trevín recibió la Medalla de Asturias hace unos días, en su casa, de manos de Barbón
La consternación por la pérdida del cuarto presidente de la etapa democrática removió anoche a la clase política, social y económica
R. M.
Miércoles, 23 de julio 2025
Pasaban las nueve de la noche cuando la noticia encogía el corazón de la clase política. Había muerto el llanisco nacido en Avilés, el cuarto presidente del Principado, el hiperactivo hombre unido a un puro. El pesar removía a su familia, la política y la de sangre, a sus adversarios en todas las batallas. «Hace poco más de una semana estuve con él, en su casa de Llanes, donde estuvimos hablando largo y tendido. Me quedará siempre grabado, en el corazón, su último abrazo», escribía su actual sucesor en Presidencia, Adrián Barbón.
Publicidad
«Permitidme que os haga una confesión: en la última visita a Llanes le llevé la Medalla de Asturias que tendría que recibir el 8 de septiembre. La vio, la tocó, se la impuse y vi en su mirada y en la de Luisa tanto cariño y amor entre ellos, que es algo que siempre guardaré como uno de los más preciados de mis recuerdos», compartió. Para el más veterano de los presidentes vivos, Pedro de Silva, «Trevín nos ofrece, con su entrega, honradez, empuje y eficacia en los diversos desempeños en las últimas cuatro décadas, uno de los mejores ejemplos posibles del servidor público». Para De Silva se va «un excelente presidente del Principado, por desdicha por un tiempo demasiado breve. Siento de veras su muerte como ciudadano, como compañero socialista y también como amigo».
Juan Luis Rodríguez-Vigil, el hombre que tras dimitir le cedió la Presidencia, subrayaba de él que fue «un hombre con una pasión política muy grande, pero sobre todo fue una buena persona, y eso en un mundo tan pútrido como la política actual es quizás lo más importante». Fue una noche para mirar atrás, para evocar, y ahí, Rodríguez-Vigil recuerda exactamente el momento en el que se fijó en Trevín: «Habíamos tenido unas inundaciones espantosas en toda la costa, a principios de los años 80, la riada casi se lleva por delante a Ribadesella. Aquello era una catástrofe y el alcalde de Llanes no aparecía por ningún lado. Trevín era concejal en la oposición y se multiplicaba, de pueblo en pueblo, de casa derruida en casa derruida, escuchando y entrevistándose. Creo que apartir de ahí se ganó a los llaniscos».
Quizás sea Javier Fernández el presidente con el que más sintonizó, en lo político y lo personal, y eso explica la pena que transmitía el gijonés. Para él es «un amigo que se fue antes de tiempo». Ambos mantenían una «muy fuerte amistad», fraguada en largas conversaciones durante años. De Antonio Trevín destacó su «extraordinaria» vocación política. La de un hombre que lo fue todo, concejal, alcalde, presidente del Principado, delegado del Gobierno y diputado. «Pero de todos los cargos que desempeñó, del que más satisfecho se ha sentido ha sido del de alcalde de su pueblo, de Llanes». «Era una persona muy cercana, que le gustaba estar al pie de la calle. Por eso siempre haber sido alcalde fue lo que más le hizo estar satisfecho», afirma. También destacó el expresidente del Principado de Antonio Trevín la «extraordinaria ansia de vivir» con la que afrontó su enfermedad.
El expresidente Francisco Álvarez-Cascos, hablaba con la voz afectada. «Por las circunstancias de nuestras responsabilidades no tuve relación personal ni política con él, eso me impide valorar en el plano del afecto personal sus facetas», reconocía. «Pero a ambos nos une formar parte del panel de presidentes del Principado, que son la representación del pueblo asturiano, y yo siento mucho un dolor muy solidario y le traslado a su familia y amigos mi más sentido pésame por el fallecimiento de una de las piezas que han caracterizado la política asturiana desde la Constitución. Le mando un abrazo muy fuerte a su familia».
Publicidad
La noticia viajó por España. El exlehendakari y hoy portavoz del PSOE en el Congreso, Patxi López, expresó su dolor por la pérdida de un «referente del socialismo asturiano y un servidor público ejemplar». El arzobispo Jesús Sanz Montes señaló que ambos se conocieron en 2010, cuando el prelado asumió la diócesis asturiana: «Él era entonces delegado del Gobierno en Asturias. Me impresionó su bonhomía llena de amable bondad, sus convicciones políticas y sus referencias cristianas como garantes e inspiración de su compromiso social».
«Ha sido ejemplo de lucha. Aunque fue maestro, la política ha sido eje de toda su trayectoria y la entrega al servicio público marcó gran parte de su experiencia vital», describió Álvaro Queipo, presidente del PP de Asturias. «Por encima de las ideas políticas está la persona y Trevín era una persona cercana y sencilla», reconocía Carolina López, de Vox. «IU quiere mostrar su respeto por una persona cuya dilatada y polifacética trayectoria política forma parte de la historia de la Asturias autonómica», dijo su líder, Ovidio Zapico.
Publicidad
A Trevín «todavía le quedaba mucha vida por delante», expresó la presidenta de Foro y alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón. «Nos despedimos de una persona relevante en la vida política de Asturies», reconoció Covadonga Tomé, de Somos. El alcalde de Llanes, Enrique Riestra, admitía que para él «fue un honor haber podido competir electoralmente primero y debatir y combatir ideas y planteamientos después con una figura de la talla de don Antonio Trevín».
1 año por solo 16€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión