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tEl cabo primero Sergio Antuña y la guardia Cristina González conversan con un peregrino en la zona de la Concha de Artedo. FOTOS: PABLO NOSTI

Los vigilantes del Camino de Santiago

Seguridad ciudadana. Una nueva Oficina Móvil de Atención al Peregrino se incorpora al programa de vigilancia de la Guardia Civil de Asturias para la Ruta Jacobea

Domingo, 23 de junio 2024, 02:00

Nació en 1844, siendo Francisco Javier Girón y Ezpeleta, II duque de Ahumada, su primer director general. Se creó por la necesidad de contar en ... España con un cuerpo de seguridad pública de ámbito nacional, fuerte, profesional. Su despliegue por todo el territorio nacional permitía dar respuesta de la forma más eficiente posible a las necesidades de seguridad de aquella España de la primera mitad del siglo XIX. Uno de los principales problemas era el control de los caminos, en un época donde los bandoleros eran los reyes de las cañadas y caminos. Entre ellos, el camino de caminos, el de Santiago. Hablamos de la Guardia Civil porque, después de 180 años, los agentes de este cuerpo policial y militar, con presencia en todo el territorio nacional, siguen siendo los guardianes de la Ruta Jacobea.

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En Asturias son 560 kilómetros los que suman los tres caminos: el de El Salvador (León-Oviedo); el Primitivo (Oviedo-Santiago de Compostela por el interior de Asturias y Galicia) y el costero (el que une las rías de Tina Mayor y del Eo). Este año, los peregrinos que realicen cualquiera de los trayectos verán de forma habitual a los agentes de las unidades de Seguridad Ciudadana, Policía Judicial, Tráfico Unidad Aérea y Seprona patrullando el Camino o realizando controles. El objetivo, velar por la seguridad por los miles de personas que cada año realizan la ruta a Santiago.

En esta ocasión, la Guardia Civil de Asturias estrena una nueva y «mejor dotada» Oficina Móvil de Atención al Peregrino (OMAP), cuya finalidad es la de no sólo reforzar la atención al peregrino, sino alcanzar «mayores cotas de seguridad» en el Camino de Santiago.

Esta oficina es itinerante y a lo largo de la campaña de vigilancia de la Ruta –comenzó el 15 de abril y concluirá el 15 de octubre– atenderá las necesidades de los peregrinos en diversos puntos de los tres caminos que recorren la región.

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El cabo primero Sergio Antuña y la guardia Cristina González forman parte del equipo adscrito a esta OMAP. Esta oficina móvil consiste en un furgón totalmente dotado para la formalización de denuncias o cualquier trámite. «Es como cualquier puesto de la Guardia Civil de los que existen en los concejos, pero este, con ruedas», comenta el capitán Pedro Palomo, jefe de la compañía de Pravia, una de las que se encargará del dispositivo de vigilancia de las rutas jacobeas.

Entre los cometidos que se llevan cabo se encuentran el auxilio al peregrino, una mayor presencia en las rutas, la prevención en investigación de delitos, la vigilancia de albergues y control del registro y la vigilancia del patrimonio histórico, cultural, arqueológico, el medio ambiente y la prevención de incendios forestales.

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También se trata de concienciar al peregrino de la necesidad de adoptar unas precauciones mínimas para evitar riesgos. «Lo que buscamos es que vean que estamos aquí, que no estamos para vigilar, sino para ayudar», comentan el cabo primero Sergio Antuña y la guardia Cristina González. Lo hacen ante la entrada al palacio de La Quinta, propiedad de la familia Selgas-Fagalde, en El Pito, por donde discurre uno de los tramos del Camino costero.

Y es que esa función de servicio ciudadano es lo que la Guardia Civil se marca como uno de los objetivos con este servicio. «Queremos tener contacto con los peregrinos, hablar con ellos, interesarnos por ellos e informales de todo», comenta el cabo primero Antuña.

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A su lado, su compañera se dirige a unos peregrinos alemanes. Les invita a conocer la OMAP. Son Bernd y Martins Tenten. Son de Düsseldorf (Alemania), donde, casualmente, ejercieron como policías durante décadas. En el interior del vehículo, los dos aprovechan para preguntar por varias dudas sobre el recorrido que van a hacer. Sergio Antuña, en un perfecto inglés, les da toda la información y ellos aprovechan para sellar su credencial del Camino de Santiago, con lo que obtener la Compostela al final de la Ruta. Los dos expolicías agradecen la presencia de la Guardia Civil en el Camino. «Da mucha seguridad. Nosotros somos dos, pero hay muchos que hacen el Camino solos y ver que siempre habrá alguien a su lado velando por su seguridad reconforta», explican.

La seguridad del peregrino es lo primero. Por ello, la Guardia Civil implementará la aplicación móvil Alertcops, desarrollada por la Secretaría de Estado de Seguridad. Además de las funciones de llamada, alerta, chat y traductor, cuenta con la denominada 'Guardián para el Camino de Santiago' de activación voluntaria. De esta forma, el peregrino podrá compartir sus 10 últimas posiciones, que son enviadas de forma automática al Centro Operativo de Servicios (COS) de cada comunidad.

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Dicen el capitán Pedro Palomo, el cabo primero Sergio Antuña y la guardia Cristina González que el Camino de Santiago es bastante seguro. Apenas se registran delitos, pero que «no hay que bajar la guardia». La mayor parte de las actuaciones de la Guardia Civil son auxilios sanitarios, traslados, información e imponer el cuño con el sello del instituto armado.

La oficina móvil se pone en marcha y abandona El Pito. Su siguiente parada, la bajada a la Concha de Artedo. Allí coinciden con Diego Pérez y Fernando Nosti, del Seprona con base en Grado. El Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil es también unas de las unidades que forman parte del contingente de vigilancia del Camino de Santiago. Ellos se encargan de la vigilancia del patrimonio histórico, para evitar el expolio de muchas de las joyas históricas que guardan capillas e iglesias por las que discurre la Ruta Jacobea. «Cuando vamos en moto recorremos tramos donde otros vehículos no pueden acceder y cuando nos cruzamos con los peregrinos ellos se alegran. Les damos seguridad», comentan.

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El Camino de Santiago es un crisol de culturas. Por ello, al esfuerzo que realizan las distintas unidades de la Guardia Civil de Asturias se une la presencia de agentes de otros países. Es el caso de la Gendarmería francesa, que aportará este año dos agentes que realizarán patrullas mixtas y facilitarán la interacción con los peregrinos francófonos. Todos ellos forman parte del cuerpo de guardianes del Camino.

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