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Albert Monteys. MARIETA
Albert Monteys, autor de cómic y exdirector de la revista 'El Jueves'

«Adaptar una obra a cómic no es fácil, debe aportar algo»

Albert Monteys es autor de cómic y exdirector de la revista 'El Jueves': «Viví la censura en 2007 y creo que ahora mismo es más peligroso expresarse que entonces porque las consecuencias pueden ser terribles»

ALEJANDRO L. JAMBRINA

AVILÉS.

Jueves, 9 de septiembre 2021, 02:38

Albert Monteys es sin duda uno de los mejores y más premiados creadores de cómic de España. Durante años dirigió la revista satírica 'El Jueves', hasta que la censura le hizo abandonar la cabecera. Premiado por sus obras de cómic en formato digital, recientemente ha publicado junto al guionista Ryan North 'Matadero Cinco', una adaptación de la laureada novela de Kurt Vonnegut que ha conquistado a crítica y público.

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-Acaba de publicar 'Matadero Cinco', adaptación del libro de Kurt Vonnegut, ¿cómo se adapta un clásico como este?

-Mi primera reacción fue pensar que era imposible de adaptar y trasladar a otro lenguaje. Pero cuando leí el guión de Ryan North me di cuenta de que había entendido el libro casi mejor que yo. Tuvo una intuición muy buena que fue contar la historia como si se escribiera por primera vez en un cómic. Las adaptaciones creo que son muy difíciles porque siempre juegas a perder si tratas de ser muy literal, creo que lo que tienes que hacer es hacer tuya la obra y convertirla en otra cosa. En esa transformación se debe ganar algo. Pero por otro lado, los dos tenemos una reverencia muy grande por el libro de Vonnegut, que además es un autor muy importante en los años de formación cuando eres joven. Y ese espíritu creo que lo hemos mantenido.

-También trabaja mucho en formatos de cómic digital. ¿Es el lenguaje del futuro?

-En digital hay muchas menos reglas. Así como en el mundo del papel hay unos formatos propiamente industriales que se deben cumplir, en digital eso no ocurre y tienes mucha más libertad. Ahora lo que estamos aprendiendo es a jugar con el formato de la pantalla y las posibilidades que ofrece. Igualmente te da mucha más libertad porque no estás condicionado por un número de páginas. De hecho yo no pienso tanto en la extensión de la obra como en lo que el lector tardará en leerla. Pero nos queda mucho camino por explorar y dentro de unos años creo que dará mucho que hablar.

-Hay obras suyas como 'Universo' que los lectores definen como «disparatadas». ¿Es algo consciente?

-Desde el principio ya concebía una serie de portadas con ideas loquísimas. Luego el reto era convertir esas premisas en una buena historia, claro. Pero es cierto que la idea es que el inicio de cada número te genere mucho impacto y después la narrativa esté envuelta en una cierta lógica.

-El humor es una constante en su obra, ¿se ríe dibujando?

-La verdad es que los humoristas nos reímos poco, pero sí tenemos ese instinto de saber cuando algo puede funcionar. Pero reírme leyendo un cómic a carcajadas puede haber ocurrido un par de veces. Yo que tengo un entrenamiento previo que es toda mi carrera en la revista 'El Jueves', me afina mucho en el tema de los ritmos. Pese a todo, lo que suele pasar casi siempre es que los chistes que te parecen más flojos le parecen geniales a los lectores y en cambio cuando piensas que van a flipar no ocurre.

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-Menciona 'El Jueves', revista que dirigió, pero en la que también sufrió censura. ¿Hoy estamos mejor o peor en ese sentido?

-Yo creo que ahora estamos peor. Nosotros tuvimos dos denuncias, una de la Fiscalía General que se saldó con una multa de 3.000 euros para el dibujante y el guionista que representaron a los entonces príncipes de Asturias haciendo el amor. Si eso nos hubiese pasado ahora no estaríamos tan tranquillos, incluso sería contemplable que hubiese habido penas de prisión como ha ocurrido recientemente con tuiteros o raperos por temas similares. Creo que ahora mismo es más peligroso expresarse que en 2007 porque las consecuencias pueden ser terribles. Las penas han sido un aviso a navegantes.

-¿Por eso lo dejó?

-Sí, fue otra portada, en este caso sobre la abdicación del rey, y fue el editor el que nos censuró. Entendemos que hubo presiones y se intentó que no hubiese titulares. Pese a todo lo que pueda parecer, fui muy feliz en la revista durante muchos años, estoy muy agradecido a aquella etapa, pero es cierto que sentía que me faltaba cierta libertad que ahora sí tengo en mis obras.

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