AZSA producirá un zinc más puro que se usará en baterías de vehículos eléctricos

La construcción de una nueva nave de electrólisis en Asturiana de Zinc va a permitir sustituir la tecnología obsoleta de los años sesenta por tecnología moderna, pero también permitirá a la multinacional operar en nuevos mercados. Según recoge el estudio medioambiental que ha presentado en el Principado para su tramitación, «la utilización de las condiciones de operación más controladas conducirá a la obtención de un producto de mayor pureza». Esto permitirá que AZSA pueda acceder a nuevos mercados, como el de las baterías. De hecho ya se indica que «este zinc será candidato a su empleo en el sector de los vehículos eléctricos (e-buses, bicicletas, ciclomotores, patinetes, carretillas elevadoras, etc) y en sistemas de almacenamiento de energía, tanto doméstica como industrial, sistemas de telecomunicaciones y emergencias».

Las nuevas instalaciones mejorarán la eficiencia energética de la factoría. Según sus cálculos, verá reducido el consumo de energía en 1,4%, lo que en parte compensará el elevado precio de la electricidad en España que pone en peligro la continuidad de instalaciones electrointensivas como las de AZSA en San Juan de Nieva.

Esta nueva nave, con capacidad para la producción de 248.000 toneladas al año de cátodos de zinc, reemplazará cuando se ponga en marcha a las actuales Nave A y Nave B, de tecnología más antigua (datan de 1960 y 1974). Además, quedarán fuera de servicio también los antiguos hornos de fusión debido a que su boca solo permite cargarlos con cátodos pequeños, siendo sustituidos por un horno de boca mayor.

Dentro de los aspectos de mejora ambiental que supondrá la nueva instalación industrial está además el relacionado con el consumo de agua. Este se verá reducido en un 58% en el proceso de lavado de los cátodos. Suma también que la nueva tecnología fruto del I+D de la propia AZSA implica un menor consumo de materias primas. Según se indica en el citado plan medioambiental, será necesario un 30% menos de plomo y un 38% menos de plata para la producción del zinc.

La construcción de esta nueva nave de electrólisis con la tecnología más moderna añade ventajas en materia de seguridad laboral, ya que, según explica la multinacional, las naves A y B utilizan una ventilación natural que ahora se verá sustituida por una ventilación forzada lo que disminuye el riesgo higiénico por exposición a nieblas sulfúricas y además implica una reducción de los costes mantenimiento dado que la operación de limpieza se realiza sin necesidad de cortar el suministro eléctrico.

En la construcción de la nueva nave se prevén varias fases, la primera, para la que AZSA ya solicitó licencia, es el acondicionamiento de la parcela interior de aproximadamente 9.600 metros cuadrados donde se va a ubicar la nueva electrólisis. Posteriormente se procederá al desmantelamiento y demolición de todos los equipos que actualmente ocupan esa zona denominada almacenes exteriores.

A partir de ahí se comenzará a construir la nave. Para ello debe superar inicialmente el trámite ambiental para lo que AZSA ya ha presentado el proyecto al Principado y luego tendrá que tener la licencia municipal necesaria. La inversión supera los cien millones de euros y se espera que pueda estar finalizada en dos años.

La nueva nave estará compuesta por tres filas de 35 celdas de 122 cátodos de 3,6 metros cuadrados de área. Tendrá tres máquinas de arrancado de zinc, dos de limpieza de ánodos, tres grúas para el manejo de electrodos y ocho torres de enfriamiento atmosférico.

En la siguiente fase se construirá la nueva instalación de fusión y colada del lingote que sustituye a los hornos de fusión de cátodo pequeño. Estará en la misma zona en la que actualmente se encuentran las instalaciones de Fusión 1, con lo que se reubicarán algunos equipos que seguirán en funcionamiento de los que actualmente están en esta zona.