Se enfrenta a cuatro años de cárcel y 18.000 euros de multa por un delito continuado de obtrucción a la justicia

Emilio Pérez Vilarchao es de sobra conocido en la comarca por haber sido el autor de cautro asesinatos cometidos en los años noventa en Asturias y Lugo. Esta mañana Vilarchao regresó a los juzgados de Avilés, esta vez para denunciarjunto a otras dos mujeres, a J. M. Q. A. de un delito de obstrucción a la justicia por las supuestas amenazas que este último les habría proferido antes de la celebración de otro juicio que se celebró hace dos años y en el que el ahora acusado denunciaba a Vilarchao por lesiones, del que entonces resultó absuelto.

Los hechos que ahora se juzgan tuvieron lugar el 26 de abril de 2017, día en el que se celebró un juicio por un delito leve de presuntas lesiones en donde intervino como acusadoel propio Vilarchao. En aquel pleito declararon como testigos dos mujeres, amigas de Vilarchao, cuyos testimonios sirvieron para que obtuviese su absolución. Esta mañana las dos mujeres volvieron a declarar para ratificar que J. M. Q. A. las amenazó antes de entrar a la sala con expresiones tales como «sé dónde vivís, os voy a mandar para La Carriona, del cementerio ya no salís». Ambas mujeres declararon que los hecho tuvieron lugar «en los propios pasillos del juzgado, cuando salíamos del baño» y que aquel suceso las amedentró y pudo influir en su declaración posterior.

Los insultos y amenazas verbales, que en ningún caso tuvieron consecuencias físicas, se repitireron a la salida del juicio, tanto en el interior como en el exterior de los juzgados.

Mes y medio después de este primer incidente, concretamente el 3 de junio, el ahora acusado, guiado por idéntica motivación, habría vuelto a amenazar a una de las dos testigos cuando se la encontró por casualidad en el bar El Desván, en Llanoponte. «Me acorraló en el baño y me dijo que me iba a cortar el cuello, que ya me había localizado y me iba a matar», relató esta mañana la mujer víctima de la intimidación. En el juicio también ha prestado declaración el dueño del bar, que fue quien escuchó las amenazas, intervino para separarlos «y lo eché inmediatamente del local», ha asegurado.

Los conflictos y amenazas entre Vilarchao y el ahora acusado se llevan repitiendo durante años. Esta mañana los dos declararon lo mismo, ser la víctima de un acoso continuado y tener miedo de salir a la calle. De hecho, nos es la primera vez que ambos se ven las caras en los juzgados, alternándose en el banquillo de los acusados dependiendo de quien ponga antes la denuncia. Este hecho es el que ha utilizado la defensa particular de Vilarchao, ejercida por el letrado José Ramón Nistal, para elevar la pena solicitada a cuatro años por un delito continuado de obstrucción a la justicia y un pago total de 18.000 euros en concepto de responsabilidad civil por daño moral a sus defendidos.

Por contra, la Fiscalía solicita la pena de un año y medio de cárcel e inhabilitación especial para el derecho de sufragio universal pasivo. La defensa, ejercida por Carlos Villar ha pedido la libre absolución recordando que los tres testigos prestaron declaración en su momento con total normalidad y no se pueden probar las amenazas. Villar hace referencia a la amistad e imparcialidad de las testigos, «se trata de un caso claro de desierto probatorio, se debe mantener la presunción de inocencia ante unas declaraciones endebles», sostiene el letrado.