Memoria contra la barbarie

La Plataforma por los Servicios Públicos de la Comarca de Avilés (PSP) presentó ayer el libro 'Los rostros y los nombres', un proyecto en el que se recogen las biografías de los represaliados en la Guerra Civil, entre ellos diecinueve personas de la comarca cuyos cuerpos siguen sin recuperarse y cuya memoria mantienen viva las familias.

«La idea del libro nace después del monumento que recuerda a los represaliados del franquismo en el cementerio de La Carriona, queríamos que su memoria fuese algo más que un nombre frío escrito sobre la piedra», explica Pablo González Castañón, secretario de la Plataforma y que, junto con Inés Iglesias Martínez, se encargó de coordinar la obra que ayer se presentó en el Museo de la Historia Urbana de Avilés.

De esta manera, los integrantes de la Plataforma comenzaron a preparar en un libro que recogiese la trayectoria vital de las víctimas, tanto en Avilés, pero también de las personas que sufrieron la represión franquista en Gijón y Oviedo.

Se trata de una obra colectiva, en la que existen cuatro grandes hitos, según destacó ayer Castañón. En primer lugar, la represión que sufrió la masonería, totalmente exterminada; en segundo lugar los avilesinos deportados a los campos de exterminio nazi, donde Omar Ramos, recuerda los testimonios de su madre, María Luisa, y sus tíos, Galo, Belarmino y Manuel Ángel.

A lo largo de la obra existen otros dos hitos singulares. Uno es el llamado turno de la muerte en la Real Compañía Asturiana de Minas, un episodio que, en 1937 terminó con el fusilamiento de todos los trabajadores de un turno de la fábrica de ácidos de San Juan por haber refugiado a fugados comunistas.

Este paseo por la barbarie y el horror incluye el caso de los barcos. «No fue el único episodio de este tipo», recuerda Castañón. Afectó a una serie de parejas pesqueras que, durante la Guerra, salieron a faenar, según explicó ayer. Los barcos fueron apresados por la flota de los sublevados y acusados de apoyar a la República. «Únicamente pescaban, pero conseguir alimentos era fundamental para la población y, por ese motivo, se consideró que apoyaban a la República», contextualiza Pablo Castañón. Los barcos y las tripulaciones fueron conducidos hasta El Ferrol, ya en manos de las tropas franquistas, donde fueron juzgados y siete de los marineros fusilados.

Junto a estos momentos, un capítulo del libro emociona a cualquier persona con un mínimo de sensibilidad. Son los relatos biográficos de los diecinueve desaparecidos de Avilés durante la represión falangista en la posguerra.

Se trata de José Abad, Jesús Alonso Suárez, Aurelia Álvarez, Ángel Álvarez González, Luis Área Teijeira, Emilio Álvarez González, María de los Ángeles Bobes Álvarez, Eduardo Fernández, Melitón Corral, Miguel Ferrer, Carmen Lorido, Evaristo García, Ramón J. Gómez, Ángel Gutiérrez, José Iglesias Fernández, las hermanas Elvira Loché y Felisa González Arrojo, Marcelino Ovies y Ángel Rodríguez.

Sus vidas llegan en las voces de sus familias: hijos, nietos y biznietos con el valor que reflejan la transmisión de una memoria que habla de defensa de ideales progresistas y de la barbaridad de la guerra. Los relatos son muy diferentes. Encontramos socialistas, comunistas, militantes de la CNT y detenciones arbitrarias.

Pero también elementos comunes, como la violencia sufrida, torturas con frecuencia en la Quinta Pedregal que, bajo la Falange, reforzó el aura siniestra que había comenzado a germinar como checa socialista. Y, más allá del dolor, el testimonio de las familias que mantiene con orgullo su recuerdo y los valores democráticos y de libertad, el rechazo a la barbarie. «Para nosotros es el capítulo más especial», confiesa Castañón.

Las personas interesadas en conseguir un ejemplar de la obra pueden contactar con los integrantes de la Plataforma por los Servicios Públicos puesto que ellos se encargarán de la distribución.

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