«El mundo coral está de capa caída y hay que pensar hacia dónde va»
Ha asumido la presidencia de forma temporal en el año del 120 aniversario de la formación y del 40 de su exitoso Certamen CoralCelestino Varela Presidente de la Asociación Coral Avilesina
C. DEL RÍO
AVILÉS.
Domingo, 21 de enero 2024, 00:36
Celestino Varela González (Avilés, 1971) es director de la Ópera de Oviedo y, desde finales del pasado mes de diciembre, preside la Asociación Coral Avilesina, ... un grupo con el que cantó de 1991 a 1995 y en cuya junta asumió una vocalía en 2021.
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-¿Le faltaban pocas responsabilidades para asumir una más?
-Esta presidencia la asumí por un motivo emocional. El funcionamiento de la entidad es, además, muy sencillo. En ese momento hacía falta que alguien fuera presidente porque había que desatascar una situación extraña y ni me lo pensé.
-¿El fallecimiento del anterior presidente, Fernando Álvarez Balbuena?
-Precisamente. Había que realizar los pagos a los coros tras el Certamen Coral y en los bancos se necesitaba una firma mancomunada con el presidente. Yo pertenecía a la directiva, así que me propusieron asumir la presidencia para solventar este problema. Acepté con la idea, y así lo trasladé, de reunirnos cuando pasaran un par de meses y reflexionar sobre el futuro de la coral.
-O sea, que lo asume como algo transitorio.
-Sí, pero sobre todo creo que hay que pensar hacia dónde va la asociación ya que este mundo coral está de capa caída y necesita resurgir. Hay algo que se llama 'ley de vida', por el que la gente va envejeciendo, y si no hay una renovación, algo que no ha habido en los últimos años, habrá que bajar la persiana. Creemos que renovar el interés por un mayor y nuevo público es posible, pero hay que trabajar con vista a nuevos horizontes más atractivos y dispuestos a la colaboración entre nosotros y otras disciplinas.
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-¿Qué se puede hacer?
-Hay que sembrar para recoger, pero los frutos no son inmediatos. En el País Vasco, por ejemplo, se ha mimado la tradición. Aquí se cantaba en chigres y se abandonó, también en los colegios. Sin embargo allí en los centros escolares hay coros, incluso de padres y luego hay ochotes en cada sociedad gastronómica. Aquí lo hemos dejado languidecer.
-La reflexión coincidirá con los 120 años de la coral y los 40 del certamen coral.
-Sí. Tenemos uno de los certámenes más importantes del panorama nacional y estamos volcados en convertir ese fin de semana de noviembre en el gran acto coral del año. Para celebrar este aniversario tenemos un proyecto muy bonito entre manos, que además cuenta con el respaldo del Ayuntamiento. Verá la luz una antología coral asturiana, con veinte obras, partiendo del folclore y la tradición asturiana. Irá acompañado con una introducción poética y guiños a otras disciplinas artísticas. Será un hito y un cambio importantísimo en cuanto a contenido y pretende acompañar a los coros asturianos durante las próximas décadas. Está pensada para ser cantada mucho, por muchos coros por muchos años.
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-¿Estamos hablando de un disco?
-De un disco y de un libro. Primero editaremos todas las partituras y luego se hará una grabación. Aspiramos a que suponga el reverdecer de la tradición coral asturiana.
-No debería haber problema en una ciudad que presume de tradición musical, ¿No?
-Se nos pinta como una ciudad musical dentro de eso que llaman la 'Atenas del Norte', pero de eso no se vive. Hay que buscar una cantera. La coral lleva ensayando muchos años en la sacristía del colegio San Nicolás, puede ser el primer sitio al que podamos llamar a la puerta y proponer un taller coral. Igual que a otros centros. El objetivo es hablar con todos los actores musicales.
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-¿Cómo ha cambiado la actividad de la coral desde que usted era cantante?
-La altura artística del certamen es un hecho, único en Asturias. Pero de aquella duraba cuatro domingos de noviembre y la final era el primero de diciembre. Ahora se desarrolla en una única jornada un sábado y al día siguiente, con una actuación protocolaria, se da a conocer el ganador. Este año fue precioso porque los protagonistas fueron los niños y los jóvenes y el ambiente fue increíble. Eso demostró que hay cantera y que solo hay que minar. Luego hay que planificar conciertos y jornadas de convivencia.
-¿Jornadas de convivencia?
-Sí porque el coro es importante no solo porque es el primer contacto de la persona con la música, sino porque (y yo eso lo he vivido en primera persona) porque supone un espacio de convivencia con gente de distintas edades, ideologías, sexos y procedencias culturales y religiosas. En Avilés tradicionalmente han sido formados por gente de todos los ámbitos y órdenes sociales. Algo que me parece que adquiere una relevancia especial en estos tiempos tan crispados. Me gustaría que se pudiera crear una gran masa social alrededor de la coral como puede ocurrir, por ejemplo en el deporte, con la Atlética Avilesina.
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-En la coral cantan una treintena de personas. ¿Son suficientes?
-Algo menos, pero sí, son suficientes. Un coro puede estar formado por cuatro personas aunque esa formación se llame cuarteto. La cuestión es que las voces estén afinadas y empasten. Ya pueden ser sesenta voces que como no empasten no es un coro. Pero insisto en que hay una necesidad imperiosa de renovar. Quiero establecer unos primeros contactos con el Conservatorio Julián Orbón para ver qué posibilidades y qué puentes se pueden tender.
-¿Todo el mundo tiene aptitudes vocales si la voz se entrena desde joven?
-Para un coro es más importante el oído que la voz. Por voz, salvo problema de fonación o de cuerdas vocales, el 95% de la población podría entrar en un coro. En un coro se hace algo en común y para ello hay que escuchar y tener en cuenta a los de al lado y no ser egoísta. Lo menos importante es la voz porque diez voces con caudal pueden ayudar a las que tienen menos, lo bonito es esa conjunción.
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