Los grupos de la Junta rechazan la petición de Podemos de paralizar el plan de las baterías de cok en Avilés
La formación morada planteaba hacer un estudio del valor patrimonial de las instalaciones y detener la demolición
ALBERTO SANTOS
AVILÉS
Miércoles, 29 de enero 2020, 17:27
Los partidos representados en la Junta General del Principado han rechazado la propuesta de Podemos para paralizar el plan de Sepides en las baterías de cok hasta que se hiciera un estudio del valor patrimonial de las antiguas instalaciones de ArcelorMittal en Avilés. La propuesta, que también ha contado con el voto en contra de Izquierda Unida, socios de Podemos en Avilés, y la abstención del diputado Pedro Leal, instaba al Consejo de Gobierno del Principado a llevar a cabo «un estudio de valor patrimonial y de usos alternativos de las instalaciones de las antiguas baterías de cok de Ensidesa situadas en Avilés», así como a «detener el proyecto de demolición hasta la realización de dicho estudio, en base a la Ley del Principado de Patrimonio Cultural, que en su artículo 76 señala como bienes que deben ser estudiados y valorados por su interés histórico industrial de manera específica 'las construcciones y estructuras arquitectónicas o de ingeniería adaptadas a la producción industrial mediante procesos técnicos y de fabricación ya desaparecidos u obsoletos, tales como chimeneas o gasómetros».
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Esta propuesta hubiese significado la paralización del plan de Sepides presentado hace quince días en Avilés, que tiene ya unos plazos ajustados para agilizar la demolición y urbanización del suelo de las baterías. De hecho, en febrero está prevista la licitación del proyecto y ejecución de las obras de demolición, además de tramitar la petición al Ayuntamiento de Avilés para aprobar en el Pleno la modificación de la calificación de los usos de esos terrenos en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU).
La hoja de ruta de la sociedad estatal permitiría comenzar el próximo año la urbanización del nuevo polígono industrial PEPA2, para que las primeras empresas puedan instalarse ya a partir del año 2023, es decir, dentro de tres años. En cuanto a la conservación de elementos de las baterías, Sepides ha realizado su propio estudio tanto de su valor como de su estado y de las condicionantes que supondría para el desarrollo industrial de los terrenos. La conclusión es que, a priori, no se conservará ningún elemento, aunque ha quedado abierta la opción de estudiar si alguno de los edificios podría ponerse al servicio de la actividad económica que se pretende desarrollar en el polígono, aunque nunca como mero elemento de observación.
De hecho, el presidente de Sepides, Antonio Cervera, citó como ejemplo que «si se decide que hace falta que haya naves nido en parte de ese suelo, pues miraríamos si se pueden ubicar en los almacenes generales de las baterías». Además, también explicó la dificultad técnica y económica para conservar otras instalaciones como los gasómetros. Solo uno de ellos está en situación de estudiar su conservación, pero Cervera hizo la siguiente puntualización hace quince días. «El coste de mantener un gasómetro sería difícil de conjugar en esta operación» en la que según dijo hay que hacer un cóctel del coste económico, social y urbanístico en beneficio de que nuevas empresas puedan instalarse y crear riqueza y empleo en la ciudad.
Según dijo, la empresa que se contrate para la redacción del proyecto de desmantelamiento será la que realice el estudio y «puede ver elementos a conservar, por ejemplo si prevemos crear naves nido podrían alojarse en los almacenes generales». Pero en cuanto al gasómetro fue muy claro, el único que se podría conservar es el 2, porque el 1 está situado sobre un espacio clave en las comunicaciones del nuevo polígono. Y según ha indicado ya Arcelor, «los dos están supercontaminados, pero este segundo está lleno hasta más de la mitad de mil cosas y por tanto habría que descontaminar, desmantelarlo y luego volver a construirlo».
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Según sus datos, el último que se desmanteló tuvo un coste de 600.000 euros. «No es patrimonio industrial y, si estamos hablando de ser competitivos, hay que ser realistas», afirmó.
Y por competitivos se refirió a los precios finales de las parcelas, ya que la intención de Sepides es que «no sean competitivos, sino muy competitivos», de ahí la importancia de ajustar costes en el desarrollo del proyecto.
Lo que sí está claro que las baterías de cok propiamente dichas serán, según los planes de Sepides, desmanteladas enteras, y también que existen otros elementos «muebles» que se encuentran en las instalaciones siderúrgicas que se podrían conservar y reubicar en el lugar que se decidiese, según explicó ayer el presidente de Sepides en el acto de presentación del plan.
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