«La Semana Negra la hace el pueblo de Gijón»

-El éxito de esta edición es innegable, pero en la clausura usted la calificaba de muy complicada.

-Lo ha sido. Después de dos años en los que cambió todo había una amnesia enorme que se ha notado en todos los ámbitos: desde si había que sellar tal documento en la administración a poner un monitor en la tarima para escucharnos. Y ha sido especialmente complicado reencontrarse con este espacio con un equipo pequeño y con la ausencia de Rafa Álvarez, nuestro jefe de producción -que está reponiéndose en un hospital de Madrid y al que dedicamos la Semana-, algo que ha generado bastantes problemas porque no es solo un trabajador, es un artista que soluciona temas de una forma excepcional. Hemos prescindido de algunas cosas y en compensación, hemos potenciado otras, con el esfuerzo que suponen tres carpas con actividades, etc.. Ha sido como montar dos Semanas Negras.

-¿Había el temor de que también esa amnesia se contagiara al público en su respuesta?

-En ese sentido tuvimos la suerte de organizar la Semana estos dos años en las condicione que hubiese. Cuando en marzo de 2020 decidimos hacerla sí o sí, era también pensando en el futuro, no sabíamos cuánto iba a durar aquello y si eso iba a condicionar su continuidad. Fuimos los primeros en programar con una feria del libro, encuentro de escritores, gracias a la situación sanitaria de Asturias. El año pasado volvimos a hacerla en condiciones complejas y creo que eso ha hecho que siguiéramos en la cabeza de la gente. La clave estaba ahí, porque la Semana Negra la hace el pueblo de Gijón, que es mucha pieza y tiene las ideas muy claras, espero que no se le olvide a nadie. Y este año su respuesta ha sido espectacular, la esperábamos pero nos ha sorprendido ver tantísima gente: incluso en debates en apariencia minoritarios estaba lleno. Este sábado había más de seiscientas personas a la una de la mañana escuchando poesía. Eso ha sido lo más satisfactorio.

-Formatos como el de las retransmisiones telemáticas incorporado en la pandemia siguen, otros 'clásicos' como el Tren Negro ¿volverán?

-En todos estos años hemos estado a la vanguardia y seguimos innovando, es el caso de esa pantalla que permite que 200.000 personas te puedan estar viendo en el resto del mundo. Y siempre ha sido a base de prueba/error, tratamos de mantener lo que ha funcionado y lo que no darle una vuelta o no repetirlo. Hay cosas que nos pueden gustar mucho, como los coches de caballos, pero han perdido su funcionalidad. La del Tren Negro se perdió porque hace 35 años no había vuelos a Asturias como ahora. Podríamos retomarlo, pero va a ser algo simbólico y si llega el AVE mucho más que simbólico.

-Anunciaba las fechas de la próxima edición y aludía a que esto sirviera para «evitar choques o superposiciones».

-Siempre damos las fechas, porque es el tiempo con el que trabajamos, un año o más porque para que venga alguien como Markaris, por decir un nombre, tienes que asegurar una fecha concreta. Y es imposible que la Semana Negra se superponga a nada porque estábamos antes, las fechas son las mismas en función del calendario, se saben ya. Lo cierto es que esto son minucias, hay cosas más importantes que tener en cuenta.

-¿Les preocupa la posibilidad de que un cambio de signo político en las administraciones afecte al festival?

-La Semana Negra es patrimonio de Gijón, hay gente con hijos que nacieron cuando ya existía y me sorprende mucho que puedan seguir discutiéndose debates de dinámica de valla de obra de hace 35 años y que ya están resueltos. Hay quien nos acusa de ser un festival ideológico y lo somos, nuestra ideología es la defensa a ultranza de la declaración universal de los derechos humanos: todo lo que entre ahí está y lo que vaya en contra, no. Estos días tuvimos un debate sobre la libertad de expresión en el que estaban representados todos los grupos mediáticos españoles. Entiendo que a cada uno le gusta lo que le gusta y si prefiere la cultura espectacular norteamericana o china, perfecto. Esto se basa en la literatura y los lenguajes de la narración: hemos tenido cine, cómic, etc, y ahí hay un amplio panorama, eso sí, traemos las mejores figuras y los nuevos, apostamos por autores que ahora no son conocidos. ¿Cómo conseguimos que Padura o Markaris vengan? Los trajimos cuando no tenían apenas difusión, esa es nuestra genealogía, que es la de la ciudad, está acostumbrada a ver aquí a los mejores escritores. Estas sinergias que se han creado son patrimonio de Gijón. Si no te interesa o no lo quieres ver, lo entiendo, pero está ahí, disfrútalo.

-A día de hoy ¿sería necesario un mayor apoyo de las instituciones para el presupuesto del festival?

-No es que nos vendría bien, lo necesitamos urgentemente ya. Por poner un ejemplo: hemos pasado de que la empresa de energía nos cobre 10.000 euros por consumo electico a pagar 28.000, y aunque el 80 por ciento de nuestro presupuesto es autofinanciado, llega un momento en que no puedes estar con la misma subvención que hace no sé cuantos años. Pero todo eso tenemos que hablarlo, queda un año.

-La ubicación es otro asunto pendiente ¿seguirán en el antiguo astillero?

-Nosotros vamos donde el Ayuntamiento nos diga que lo hagamos. Este recinto necesita algunas mejoras, sobre todo en el suelo y por la comodidad de los ciudadanos. Después de nosotros va a venir otra gente y si esto se va a utilizar como lugar para actividades sería interesante que los ciudadanos lo tengan un pelín más fácil para determinadas cosas. Pero, vuelvo a subrayarlo, la Semana estará donde nos indiquen los representantes de la ciudad.