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Jesús Vidal, con tres jóvenes que lo reconocieron al llegar al teatro de León donde dio sus primeros pasos y le pidieron una foto. Noelia Brandón
«Ser diferente puede ser una ventaja»

«Ser diferente puede ser una ventaja»

El 'Goya' Jesús Vidal regresa en su León natal al teatro donde empezó su carrera

santiago fernández

Viernes, 8 de febrero 2019, 03:27

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El campeón ha vuelto a casa. Después de un conmovedor discurso que tocó el corazón de un país, el ganador del Goya al Mejor Actor Revelación, Jesús Vidal (León, 1975), regresó ayer a su terruño. Tal y como anunció en su discurso, León era su siguiente destino tras coronarse en una gala en la que sus palabras emocionaron hasta las lágrimas a buena parte de la audiencia. Jesús, discreto y sereno, pero aún bajo los efectos de un volcán mediático que le ha dejado agotado, se reencontró ayer en León con su familia y amigos, y con una ciudad que le ha aplaudido sin descanso en la distancia. «Tenía ganas de volver a León, a mi casa, de ver a mi familia y a mis amigos. Es maravilloso estar aquí».

Tanto el actor como su gente se sienten felices por una fama repentina, enorme, que reconoce su talento y su esfuerzo. En realidad esa estatuilla es el premio a tantos pasos dados desde el más humilde de los anonimatos.

Ya han pasado unos días y, a pesar del ajetreo, le ha quedado tiempo para bajar de la nube, reflexionar y asimilar lo sucedido. «Me siento orgulloso del cariño del público y de tener el reconocimiento de la Academia de lo que podemos hacer por el cine las personas con discapacidad». Él, licenciado en Filología Hispánica y máster en Periodismo, es la primera persona con discapacidad visual en ganar un Goya por su papel en 'Campeones' (más de 3,5 millones de espectadores). Gracias al bueno de Marín, su personaje, miles de personas con síndrome de Down, con trastornos del espectro autista, con discapacidades motoras e intelectuales graves e incluso niños sordomudos, con tartamudez... han dejado atrás sus miedos, reforzando su autoestima y mostrándose a la sociedad tal y como son. De la misma forma, tres palabras pronunciadas en su discurso, «inclusión, diversidad y visibilidad», han propiciado que la sociedad tome conciencia de la discriminación que sufre este colectivo.

Aquella primera oportunidad

Jesús Vidal se reencontró ayer con sus orígenes, con el lugar y la gente que lo vio nacer como actor. Este 'campeón' volvió a pisar las tablas del teatro Albéitar, de la Universidad de León, donde estrenó su obra 'Sala de Espera', una propuesta que puso encima del escenario a los enfermos de alzhéimer y sus familiares, manifestando ya su sensibilidad social.

El culpable de que esta obra viera la luz fue Pepe Tabernero, programador de las actividades culturales de la Universidad, y eso es algo que tuvo muy presente Jesús nombrándolo en su discurso en los Goya. Hacía casi dos meses que no se veían, pero esta no era una cita más: en esta ocasión el alumno venía acompañado del 'cabezón'. «Me has dado una grandísima lección de humanidad, también de teatro y de cine porque tú de eso sabes mucho», le decía Tabernero sin poder ocultar la emoción. Pepe recuerda cómo se sobresaltó al escuchar su nombre en los agradecimientos. «No veas en el lío en el que me has metido, pero te estaré eternamente agradecido, he tenido que hacerme alguna foto y llevarme felicitaciones por tu culpa». Ambos compartieron una tarde de risas y agradecimientos mutuos.

Hasta este mítica sala de León que tantos jóvenes actores y directores ha visto debutar le acompañó una de sus hermanas, ahora ya más tranquila. Discretamente sentada en el patio de butacas, observaba la conversación que mantenía Jesús, atenta a todo lo que decía. El actor no quiso dejar pasar la ocasión de recordar a su familia, a su padre, que trabajaba de transportista, ya fallecido; a su madre, que se quedó a las puertas de licenciarse en Medicina y que le metió el gusanillo de las artes escénicas en el cuerpo. «Mi madre me contaba historias de la mitología griega y en casa se respiraba un ambiente respetuoso por el arte». Tampoco quiso pasar por alto la faceta de su tía, trabajadora del ya cerrado teatro Emperador, que le 'colaba' para ver las funciones. «Acudían actores, se podían ver espectáculos muy bonitos y eso era especial para mí. No era contemplar la película sino hacerlo en un teatro isabelino con toda la decoración que tiene este espacio».

«No es cuestión de caridad»

El Albéitar fue el lugar que le vio crecer como actor, donde arrancó su carrera en las tablas hasta la llamada de Javier Fesser para 'Campeones'. «Me pidió mucha ingenuidad y sinceridad, algo que Jesús Vidal no tiene, pero había que dársela a Marín».

Por debajo del humor que transmite la película, se encuentra una capa de denuncia ligada a la exclusión social. Para Vidal es importante que el mensaje quede claro. «Esto no es una cuestión de caridad, la inclusión no es hacer una buena acción, es una herramienta a través de la cual se puede mejorar el mundo». Quizá una de las primeras cuestiones por la que hay que comenzar es por el uso adecuado del lenguaje. «A mí me gusta el término 'diferente', porque cuando decimos discapacitado nos fijamos en lo que no podemos hacer, y normalmente a las personas no las definimos por lo que nos cuesta más».

'Campeones' fue capaz de conquistar a un público de lo más heterogéneo. Y la clave, a su juicio, reside en ofrecer un producto novedoso porque «la diferencia se puede usar como ventaja competitiva, y en el arte, romper con lo cotidiano genera un aliciente y esto no tiene nada que ver con disminuir la calidad».

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