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La sala cuadrada, que alberga a artistas contemporáneos, se ha renovado. juan carlos tuero

El Museo Jovellanos incorpora a su exposición permanente a artistas de hoy unidos por el paisaje

Tras las muestras del aniversario, la Casa Natal vuelve a su ser con una nueva sala dedicada a la naturaleza y más presencia de las artes industriales

M. F. Antuña

Gijón

Sábado, 13 de noviembre 2021, 22:21

Está siendo este 2021 un año de celebración. El cincuenta aniversario del Museo Casa Natal de Jovellanos lo ha llenado de actividad y también ha ... servido para programar en su sede, o fuera de ella, exposiciones temporales con las que dar mayor luz y brío a las colecciones atesoradas y conservadas con mimo durante décadas.

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Ahora que el año acaba, toca la vuelta al a normalidad y que la colección permanente retorne a mostrarse de la manera habitual al público. Pero quienes acudan al espacio de Cimadevilla van a advertir algunos cambios. Por ejemplo, una mayor presencia de las artes industriales, con la incorporación dos jarrones fabricados en La Industria que se exhibieron en 'El marco y su doble', la muestra comisariada por Paco Cao que revisitó las colecciones de una manera inédita y sorprendente. Además, la llamada sala cuadrada del espacio alberga ya una nueva aproximación hacia el paisaje y la naturaleza a partir de la obra de una serie de artistas de hoy fundamentalmente. Ramón Prendes, José Arias y Reyes Díaz, junto al 'Cíclople' de Fernando Redruello, ocupan ese lugar, como está allí también una marina de Melquíades Álvarez. Son autores del hoy los que encuentran acomodo en la sala, que incluye once obras. Francisco Fresno, Ángel Guache y el fotógrafo José Ramón Cuervo Arango se unen a la nómina de creadores vivos presentes en esta selección de obras de las colecciones municipales. Y, con ellos, el gran Alejandro Mieres, el único fallecido, que hace nexo con el corredor.

También se ha aprovechado este pequeño cambio para incorporar códigos QR para facilitar información sobre las obras expuestas y sobre quiénes son sus autores. El resto de la exposición permanente que propicia para el público un recorrido por el arte asturiano de los siglos XIX y XX, así como una interesante representación de las principales escuelas artísticas europeas de los siglos XVII y XVIII, sigue como se hallaba con anterioridad. Lo mismo ocurre con las dos salas dedicadas a Jovellanos, en las que se exponen mobiliario y objetos personales, además de algunas piezas de su colección artística.

Entre las 109 obras que se exponen en el conjunto de la Casona, se pueden ver los paisajes de Nemesio Lavilla, los bodegones de Julia Alcayde, la primera mujer asturiana con obra en el Museo del Prado, o trabajos de Dionisio Fierros o Juan Martínez Abades. Todo ello con permiso de otros nombres mayúsculos como los de Evaristo Valle, Nicanor Piñole, Joaquín Vaquero Palacios, Orlando Pelayo o Antonio Suárez, entre otros muchos. La escultura tiene una presencia también notable y de forma particular a través de la figura de José María Navascués.

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Son pocas las obras expuestas si se comparan con la gran dimensión de los fondos artísticos que se conservan. Pero es que la falta de espacio ha sido siempre el hándicap del museo cincuentón, que siempre ha dividido su misión entre rendir tributo al ilustrado gijonés nacido en esa mismo lugar y que da nombre al museo y las bellas artes. En un futuro no muy lejano, el objetivo es que la casona se dedique en exclusiva a Jovellanos y las colecciones migren a Tabacalera. Pero lo cierto es que no hay un proyecto claro y definitivo sobre qué espacios tendrán esas colecciones y de qué modo y manera se les dará mayor visibilidad.

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