«Nadie quiere ver ya trucos con palomas»
El mago estará sábado y domingo en la Laboral con 'Flipar', un 'show' en el que habrá números interactivos y adaptados a las sensibilidades
Jorge Blass (Madrid, 1980) es experto en hacer flipar al público y, por eso mismo, su nuevo espectáculo se titula así, 'Flipar'. Con él, ... estará el sábado (20 horas) y el domingo (18 horas), en el Teatro de la Laboral, para asombrar a mayores y pequeños y conseguir que el público de cualquier edad recupere la inocencia.
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-El título ya es toda una declaración de intenciones, ¿por qué va a flipar el público?
-El título se lo pusimos porque la gente no paraba de decirnos que flipaba después de ver alguna actuación. Nos dimos cuenta entonces de que es un término transgeneracional porque lo usan niños y abuelos y, además, define muy bien la emoción de la magia. Yo quiero que la gente flipe en colores y, en este espectáculo, lo vamos a conseguir con nuevas ilusiones que hemos creado y que nunca antes se han visto. Por ejemplo, vamos a hacer que dos espectadores se vuelvan invisibles delante del público y haremos también magia interactiva con los teléfonos móviles.
-Dice que es transgeneracional, ¿la magia lo es también? ¿Impresiona lo mismo a un niño que a un adulto?
-La magia es bastante universal; por un momento, mayores y pequeños tienen la misma inocencia. En este 'show', los niños descubren que los padres no lo saben todo, así que todos se quedan igual de fascinados.
-¿Y cómo consigue ganarse a los espectadores más escépticos?
-Hay mucho escéptico que viene a vernos, pero la mayoría, al cabo de unos minutos, se dejan llevar y lo disfrutan. Creo que, cuando la magia se plantea como un entretenimiento y no como un reto intelectual, el espectador puede exteriorizar lo que siente y no le da vergüenza.
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-Usted ya lleva unos cuantos años de carrera, ¿en qué momento se encuentra la magia en España?
-En un momento sensacional porque los magos españoles estamos en la cresta de la ola. Es increíble la cantidad de referentes españoles que hay a nivel mundial. Además, a nivel cultural, la magia está muy bien posicionada, tiene muchísimos espectadores que la disfrutan y, en los últimos diez años, cada vez más magos españoles dan que hablar en el mundo entero.
-¿Y los gustos del público han cambiado?
-La sensibilidad del público, afortunadamente, cambia, y eso permite que el arte de la magia avance. El público de hoy en día no disfrutaría viendo cómo un mago pone a una mujer en una caja y la corta, eso quedó en el pasado, igual que ya nadie quiere ver trucos con palomas. Ahora estamos en una época donde manda lo interactivo y generar nuevas experiencias para que el público no sepa nunca lo que va a suceder.
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-¿Tiene que estar sorprendiendo todo el rato?
-En mis 'shows' de hace quince años hacía entre diez y quince efectos de magia. En el que traigo al Teatro de la Laboral, puede haber cerca de cincuenta números en una hora y media. Eso supone multiplicar por cuatro lo que hacíamos antes. Desde que empezamos con el espectáculo, el espectador tiene muchos impactos, comenzamos con 37 efectos, uno detrás de otro.
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