«Aquel casting marcó el inicio de mi vida»
'Juego de tronos'. Maite Capín es la única asturiana que sale en la famosa serie. El miércoles hablará de ello en el Aula de Cultura de 'La voz de Avilés'
ANA RANERA
Martes, 27 de septiembre 2022, 01:08
Maite Capín tiene miedo solo a las cosas que de verdad asustan en la vida. A ella, no le tiembla el pulso por salir de su zona de confort y buscarse nuevos caminos que la lleven a alcanzar destinos a los que nunca hubiera imaginado llegar. Hace algunos años, viendo 'Juego de tronos' en el salón de su casa, pensó que le encantaría participar en esa serie y buscó la manera de conseguirlo. «Estoy muy loca y no tengo miedo al no», asegura, entre risas, y lo aclara: «Es que si te paras a decir que no, te pierdes muchísimas oportunidades».
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Tiene razón en cada palabra que pronuncia y, gracias a esa mentalidad, se presentó a un casting y la ficharon para la serie. «Fue el inicio de mi vida vocacional en el cine», cuenta. Y explica los motivos: «Lo importante para mí no es el hecho de salir en los episodios, sino que, gracias a participar en 'Juego de tronos', aprendí a ser una persona feliz».
Desde aquella primera vez, participó en tres temporadas de la producción, en 'La monja guerrera' y en 'La casa del dragón'. «En cada rodaje aprendo muchísimo porque estoy en todos los recovecos audiovisuales», explica. «Me hago un máster cada vez que voy. Allí, aunque no quieras aprender, aprendes. Absorbes profesionalidad a tope», se ríe encantada.
De todo ello hablará mañana en el Aula de Cultura de 'La Voz de Avilés' (19 horas, Centro de Servicios Universitarios) y salta a la vista que tiene mucho que contar porque, después de sus primeras experiencias, Capín inició su propio camino en el cine, que le está dando muchísimas alegrías. «Empecé de auxiliar de producción y fui creciendo poco a poco. Un día falló una chica a un rodaje y me hice yo cargo del vestuario. Esa fue la suerte de mi vida», revela. Desde entonces, se especializó en dirección de vestuario y de casting y parece que no lo hace nada mal porque fue candidata al Goya en 2019 por la película 'El crucigrama de Jacob' y este octubre recibirá el premio homenaje de Avilés Acción.
«Yo actriz no soy, solo que hago cosines porque tengo cara de antigua y no tengo sentido de la vergüenza, pero lo mío es el vestuario», aclara. Mucho de lo que ahora pone en práctica lo aprendió en esos rodajes de altos vuelos. «Ahí me quedo con todos los trucos. Cualquier cosa que les pregunte, me la dicen. Voy con la curiosidad que tienen los niños pequeños».
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Y, aunque esas grandes producciones impongan, Capín las mira de frente y barre para casa. «En Asturias no tenemos nada que envidiarles porque somos muy buenos». Ademas, como este es un sitio pequeño «es más familiar, nos conocemos todos». Y, «si te lo curras mucho, hay trabajo».
Ella lo sabe perfectamente porque ahora mismo tiene un puñado de proyectos en marcha «y unos cuantos más que no se pueden contar», que hacen que se plantee que «igual sí que soy tan trabajadora como dicen».
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Entre los vestuarios y los talleres que imparte, esta riosellana no tiene nada de tiempo para aburrirse. Su vida es un auténtico periplo y ella celebra que sea así a cada instante. En cada palabra suya se desprende la emoción de quien logró hacer sus sueños realidad, en un momento en el que no se imaginaba que fuera a conseguir dejar las agujas por la gran pantalla.
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