Bussmman frena al Langreo y estira la racha del Lealtad

Empate sin goles en Ganzábal en el partido que abrochó la primera vuelta y no clarificó los horizontes clasificatorios de Langreo y Lealtad. El conjunto dirigido por Ángel Rodríguez se queda con quince puntos en la zona noble y el de Villaviciosa persiguiéndole a solo un punto.

Comenzaron bien los maliayos apretando la salida del equipo local, que se mostraba impreciso y dubitativo por la presión de los dos hombres más adelantados de los de Villavicosa, Sandoval y Kofi Atta. Con ese guion de partido el Lealtad estaba encantado y el Langreo incómodo.

Hacia la mitad del primer tiempo llegó el primer aviso del Lealtad con un disparo lejano de Maissa que se fue cerca de la portería de Adrián Torre. Poco a poco el conjunto langreano se fue desperezando. Alentado por los 300 espectadores que poblaban las gradas de Ganzábal y liderado por un buen Ketu intentaron llegar a las inmediaciones de Bussman sin mucho éxito ni peligro.

La segunda parte fue distinta. Entraba más entonado el conjunto dirigido por Ángel Rodríguez, consciente de que tendría que sortear esa primera presión de los maliayos de otra manera, con más saques en largo desde meta.

Poco a poco se fue metiendo atrás el Lealtad con las llegadas del cuadro langreano, que gozaría de una gran ocasión en los pies de Ketu en el minuto 57. Bussman desbarató la jugada con una impresionante parada. La primera de su recital.

Superada la hora de partido, René recibió un balón retrasado que controló y, ante la presión de Pana, se resbaló y cayó, cogiendo por las piernas al atacante andaluz, que se disponía a encarar al meta del Lealtad. El árbitro no lo dudó y mostró la cartulina roja.

Problemas para el conjunto de Villaviciosa, que tenía que aguantar casi media hora en inferioridad numérica. Acrecentó su dominio el cuadro local y en uno de los numerosos ataques, Davo se encontró con un balón botando en el área chica y fusiló a Bussman, que volvió a hacer un milagro para los maliayos con otra parada estratosférica que mantuvo a su equipo con vida. Sin apenas tiempo, Allyson pugnó por una pelota y la ganó muy cerca del área chica, pero volvió a abortar el peligro el cancerbero alemán para erigirse como el héroe del partido.