¿Quieres despedir a tu mascota? Puedes hacerlo en el nuevo canal de EL COMERCIO
'Cali' Izquierdoz, esta semana, posando para EL COMERCIO en el número 1. Arnaldo García

'Cali' Izquierdoz - Capitán del Sporting

Derbi asturiano: Sporting de Gijón - Real Oviedo
«Quiero ganar este derbi, no sé qué va a pasar mañana o el año que viene»

«Lanús me ofrecía dos años, es el club del que surgí, pero empecé a jugar y no me podía tirar del barco. No quería dejar esto a medio camino»

Javier Barrio

Gijón

Sábado, 10 de febrero 2024, 00:30

«¿Cómo son los 16 kilómetros en autocar desde 'La Bombonera' al Monumental?», se le pregunta a 'Cali' Izquierdoz (San Carlos de Bariloche, Argentina, 1988), ... bien empapado del River-Boca. O viceversa. Resopla. «Adrenalina pura. Hay quien siente miedo, hay quien se agranda... A mí, me encanta. Es muy lindo», sentencia el capitán del Sporting sobre lo que se concibe a nivel mundial como el mayor exponente futbolístico de los derbis. Pero el de Asturias, en el que hoy ejerce de local, le ha enganchado. A sus 35 años, el argentino lo visualiza para EL COMERCIO con el brillo en los ojos de un novato.

Publicidad

–Tiene tres hijos, ¿no?

–Sí. Al mayor, Santiago, le gusta mucho el fútbol. Entrena en Mareo dos veces por semana.

–¿Y qué le ha dicho del derbi?

–Él es más reservado. La que me ha dicho algo es la nena, Catalina, que tiene 7 añitos (risas). El otro día la fui a buscar al 'cole' y me dice: «¡El sábado tenemos que ganar, que lo dice mi maestra!». Encima va al colegio a la entrada de Oviedo. Pero el ambiente está parejo. Cuando la voy a buscar, alguno me pide fotos. Otros, me miran medio de reojo (risas).

–Tiene 35 años y ha jugado un Boca-River en el Bernabéu, en una final de la Copa Libertadores. ¿Le ilusiona este derbi?

–Por supuesto. Encima, estamos los dos arriba y practicamos buen fútbol. No leo qué se dice del Oviedo, pero sí del Sporting y sé que la gente está ilusionada con nosotros. Es un derbi especial y sabemos lo que habrá en nuestro estadio. Para mí es el partido más lindo de la temporada. Sé que va a explotar El Molinón.

–¿Sale uno a El Molinón igual de caliente que a 'La Bombonera?

–Sí. Estos partidos tan especiales son los que nos acercan a la gente. Quieres dejártelo todo. Esto es muy especial. Igual que cuando me tocó un Lanús-Banfield, el Boca-River... El partido del año es este y quiero estar a la altura.

Publicidad

–Usted es de la vieja escuela. ¿Cómo se motiva?

–Con el orgullo. Quiero dar ese regalo a toda la gente que está con nosotros. No hace falta más.

–¿Y le motiva que se vea al Oviedo un poco más favorito?

–No lo veo así. Si alguien lo ve así, está bien. Lo que veo es que somos dos equipos parejos. Nosotros venimos de dos derrotas y es el momento en el que peores resultados hemos sacado este año. De acuerdo... El otro día tuvimos tres errores puntuales y nos hicieron tres goles. Lo tenemos claro. ¿Lo que se diga fuera? Cada uno opina lo que quiere en función de los intereses que tenga.

–Hubo un tiempo en el que un entrenador inglés pedía a sus jugadores que recorrieran los últimos metros hasta el estadio caminando. ¿Se lo imagina?

–¡Llegar caminando este sábado sería impresionante! Por dispositivos de seguridad, hoy sería imposible. Nos tocó vivir recibimientos increíbles este año y este será el mejor. No tengo duda.

Publicidad

–¿Y usted? ¿Está de vuelta?

–Estoy contento. Sabía desde el principio que iba a empezar jugando poco. Fue lo que hablé con el míster en un primer momento, cuando me comunicó que iba a arrancar un poco relegado. Yo le dije que iba a entrenar como el mejor. Las primeras cinco jornadas, lo hablaba con los chicos, no había hecho ni la entrada en calor (risas). Era difícil, pero había que aguantar. Mi mayor virtud es no darme por vencido. He sido así desde joven y a los 35 no iba a ser una excepción. Lo iba a ganar por cansancio. En este partido no sé qué va a pasar. Pablo vuelve, Róber lo ha hecho bien y el míster tiene un lindo dilema. Pero al que le toque quedarse fuera, ahí estará apoyando.

–Estuvo a punto de salir al Santos Laguna en verano.

–Tenía las maletas hechas. De pronto, me avisaron de que se caía lo de Doria y que no se iba a hacer lo mío. Se lo dije a mi mujer, con veinte maletas preparadas. Casi me mata (sonríe). Pasaron los días, no estaba muy convencido de otras opciones y lo hablé con el club: «Me queda un año, estoy cómodo, me gusta mucho el club y la ciudad, y apuesto por quedarme y dar lo mejor de mí».

Publicidad

–Y en el mercado de invierno llega Lanús...

–Llegando a noviembre o por ahí, veía que jugaba muy poco. Me llamaron de Lanús. Me ofrecían dos años de contrato. Era volver al club donde surgí. Viví debajo de esa tribuna. Les dije que era probable que se diera porque no tenía minutos acá. Pero empecé a jugar y terminé jugando. El último partido del año fue en Eibar. Desde el vestuario hasta el autocar fui hablando con David (Guerra). Él me dijo: «No vemos factible que te vayas porque eres importante». Yo pensaba lo mismo. Estaba en un proyecto lindo, era el capitán y no me podía tirar del barco. Soy así, más allá de que le tenga un gran cariño a Lanús, no quería dejar esto a mitad de camino. Cuando esto acabe, ya se verá. Mi contrato termina en junio, por ahora no tengo nada y estoy metido cien por cien acá. Tendré que pensar, claro, en el futuro. Llego a casa y mis hijos preguntan. Pero ahora, el derbi.

–¿Tiene la ilusión de jugar en Primera con el Sporting?

–Sería espectacular. Un sueño de los chicos y mío, que tengo 35 años. Pero pienso en el ahora.

–¿Por dónde va a ir su arenga?

–Lo que salga. A veces hay algo que me ronda en la cabeza... No lo he pensado. La motivación ya sale por el hecho de jugar un derbi de este calibre. La mayor motivación que vamos a encontrar será a partir de que salgamos por el túnel. El Molinón va a inclinar el partido a nuestro favor.

Publicidad

–¿Piensa en que puede ser el último derbi que dispute?

–Claro. Me encantaría ganar este derbi porque no sé qué puede pasar mañana o la temporada que viene. Quiero ganar para irme con eso. Es un desafío que tengo.

–¿Cómo es su día después de una victoria y el de una derrota?

–Si pierdes, no tienes ganas de hablar con nadie. Si ganas, te sientes un súper hombre. Es así. Yo soy muy pasional. El año pasado perdimos en Oviedo e hice el 'penal'. Encima, a los veinte minutos me desgarré y jugué todo el partido desgarrado. No importó. Perdimos. Al día siguiente, Argentina salió campeona del Mundo. Yo estaba caliente por el derbi. Muchos amigos me decían que se estaban juntando argentinos en la estatua de Pelayo. Le dije a mi mujer que yo no iba. Pero, claro, veía la cara de mis niños... Ojalá Argentina vuelva a salir campeona del Mundo, pero lo normal es que sea algo que pasa una vez en la vida. Al final, fuimos. Me quedé allí parado, viendo cómo festejaban. Sin ganas de nada. Eso pasa. ¿Y qué haces? ¿Qué culpa tiene mi familia de que yo haya tenido un mal día? Con los años he aprendido a diferenciar.

Noticia Patrocinada

–¿Tiene la sensación de que el Sporting es más previsible?

–Los rivales nos conocen más, sí. Hay que insistir con esto, pero ir viendo variantes. Cada vez se acerca más el final y todos aprietan. Tenemos que seguir afinando y mejorando. Pero la clave para mí es ser duros de cabeza.

–¿Quiere más 'rock' o música clásica para jugar este derbi?

–'Rock'. Quizá un poco de música clásica, pero espero que seamos 'rock and roll' puro.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

1 año por solo 16€

Publicidad