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Sergio Fernández 'El Káiser' entrena, como cada día, en el Centro Deportivo de El Coto. JUAN CARLOS TUERO

La otra 'lucha' de un campéon de España

'El Káiser' lamenta las dificultades para compaginar su trabajo como policía local con el boxeo

ANDRÉS MENÉNDEZ

Martes, 29 de octubre 2019, 04:03

El 8 de noviembre cumplirá su tercer aniversario como boxeador profesional en el ring del Palacio de los Deportes de Oviedo, donde el pasado junio los jueces –por decisión unánime– le dieron la victoria ante el estrafalario Javier García Roche para retener la corona como campeón del peso medio de España. Ahora, el gijonés Sergio Fernández, 'El Káiser', tras aceptar la revancha contra José Fandiño, al que primero había arrebatado el título nacional del peso medio que defendió después con éxito ante Roche, encara un combate que adquiere una dimensión especial por todas las posibilidades futuras que hay en juego: el Campeonato IBO de superwélter. Y dar el salto a Europa.

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«De ganar, podría estar entre los quince primeros de toda Europa y así tendría la posibilidad de competir en la Unión Europea, que es un paso importante», afirma. El púgil vislumbra el combate con el optimismo que le acompaña siempre. De momento, nadie detiene al policía local. Su progresión es imparable. En apenas un año, ha pasado de promesa a realidad. Nueve victorias, un combate nulo y cero derrotas. En cuestión de meses, dos veces campeón de España y la posibilidad de aspirar a tres títulos en tres pesos distintos: «Si alguien me llega a decir que iba a ir todo así, le diría '¿estás borracho, o qué?'», dice entre risas.

No hay mayor soledad que la del boxeador. El '8N' ya está a la vuelta de la esquina. Y se nota en su actitud, en su mirada, pero sobre todo en sus renuncias. Tiene que bajar seis kilos para llegar a los setenta para competir. «Le cambia el carácter en estos días. El lunes tenía una cena y no pudo acudir por las exigencias de la dieta», reconocen sus amigos. «El que decide hacer todas esas renuncias soy yo. Solamente yo. Nadie más. No me puedo quejar y tampoco quiero hacerlo», señala, mostrando su carácter y convencimiento. «Claro que todo esto es duro. Muy duro. Pero es algo que he escogido », asegura. «La adrenalina que siento cuando salto al ring, la victoria, eso no se cambia por nada», añade.

Pero hay algo en este ciudadano gijonés, noble, sincero, frontal, que le genera especial frudtración. Quizá el único combate en el que ha encajado golpes realmente dañinos. «Me crispa mucho la injusticia». Encargado por trabajo (vocacional) de velar por la seguridad ciudadana como policía local en Oviedo, Fernández, dos veces campéon de España, está obligado a 'quemar' sus últimos dos días de vacaciones para enfrentarse a José Fandiño en el Palacio de los Deportes de Oviedo.

«El jueves del pesaje y el viernes de la pelea me toca trabajar. Tengo que pedir esos dos días para poder competir por una pelea internacionalmente reconocida y entre dos atletas profesionales. Ya quedé dos veces campeón de España y también gasté mis días de vacaciones», dice. «El sábado a las 6 de la mañana estaré en pie y a las 7 tendré que ir a trabajar», afirma. «Sin embargo, dices que te examinas de un modulo de pintor y ya te dan días y para eso no hay ningún problema. No tiene sentido», añade. Molesto, recordó la experiencia vivida apenas unas horas después de enfrentarse en un combate muy duro ante 'El Rey Chatarrero' en la disputa por la corona de peso medio nacional. «Acudí al médico. Me dijo que tenía la espalda absolutamente contracturada y que debía guardar reposo cuarenta y ocho horas», explica.

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«¿Crees que después de una pelea entre dos boxeadores de elite por el campeonato de España alguien está en condiciones de trabajar? Es vergonzoso y no tiene ningún sentido», exclama sin arrugarse, antes de desvelar una anécdota. «Di una clase maestra para obtener fondos para los niños con cáncer. Y lo hice orgulloso y convencido. Por suerte, sacamos 500 euros que espero que hayan sido útiles para ayudar. Ese día trabajaba por la tarde y terminé la clase maestra a la 13 horas. Entonces, le dije a la jefatura 'perdona, he terminado la clase maestra, ¿podéis darme una hora o dos para comer?'. Su respuesta fue que podía coger las horas que quiera. Eso sí, después las tenía que devolver y eran horas que debía. No me quedo otra que ir a trabajar comiendo por el camino», recuerda, ante lo que considera «una injusticia» y un «sin sentido».

«Nadie te ayuda en nada»

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«Doy una imagen de la Policía Local muy buena. Voy a pelear siempre con la camiseta de los compañeros, soy campeón de España y no obtengo ni una sola facilidad», reitera. «El Ayuntamiento siempre saca pecho en mis victorias y dice 'policía local de Oviedo y doble campeón de España...'. ¿Y? Nadie te ayuda en nada», reitera.'El Káiser' reivindica las mismas ayudas que existen en la Policía Nacional. «Te dan libres el día del pesaje, el de la pelea y dos más después del combate por las posibles secuelas», explica. «Si eres deportista de elite, te liberan o como mínimo te dan los días», hace hincapié.

Tampoco entiende la ausencia de subvenciones al boxeo. «Hay miedo a decir que se apoya al boxeo, mucho miedo. Todavía se nos considera un deporte de violentos, de gente que se pelea en las discotecas», denuncia, consciente de la necesidad de apoyar a un deporte que exige la máxima disciplina y en el que la dedicación exclusiva se antoja casi «utópica».

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«Por eso mismo oposité a policía. Vivir del boxeo es imposible, al menos como pensamiento a corto plazo», reconoce. «Si quiero vivir del boxeo tengo que comer en la cocina económica todos los días. No tenemos ayuda, no salimos en la televisión, no hay publicidad. Es una auténtica ruina», manifiesta el púgil gijonés, sincero como siempre y preparado para defender una causa que considera justa y que se antoja larga y complicada.

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