«Ríos, peces y, en último lugar, la pesca»

Juan Antonio Lázaro (Gijón, 1969), gerente del Grupo de Desarrollo Rural del Bajo Nalón, inicia la conversación con una gran preocupación: la situación del salmón atlántico en Asturias, que esta temporada ofreció poco más de 400 capturas, una de las peores cifras de las dos últimas décadas, con la salvedad del Narcea, que mantuvo sus cifras.

Los números que arrojan los ríos de la Cornisa Cantábrica y Galicia, asegura, «nos dicen con mucha rotundidad que vamos a peor y parece que por fin vemos las orejas al lobo para que nos replanteemos la situación de cara a actuar en consecuencia, pero tiene que ser de forma inmediata». Por ello, Lázaro defiende con ahínco el plan presentado en Pravia este año, antes de la apertura de la campaña, para preservar esta preciada y emblemática especie en la cuenca del Narcea-Nalón.

Gijonés, pero praviano de adopción ya que reside desde hace veinte años en la citada villa, tiene claras sus ideas. Su lema, cuando se le pregunta por la tendencia a la baja del salmón, es contundente: «Se trata de pescar lo que podamos y no lo que queramos, pues hemos llegado a esta situación sin poner freno ni abordar el problema».

En este sentido, Lázaro recuerda que la Ley recoge que el río se debe de gestionar de la mejor manera posible, porque es de todos y es un bien común, pero, en su opinión, se está haciendo a ciegas. «Hay que saber primero lo que tenemos para saber a dónde queremos llegar», afirma este amante y defensor de la pesca fluvial.

Como principales adversidades que sufre en las últimas décadas el 'monarca de los ríos' alude al cambio climático, a la calidad de las aguas, a los problemas en el mar y a los depredadores. «Incluso se han sumado ahora hasta los delfines», apunta. Asimismo cita la contaminación de las aguas, el acceso a las zonas para los lances y, por supuesto, el sacrificio de ejemplares. Para Lázaro, el orden de actuación es evidente: «Ríos, peces y luego, en último lugar, pesca».

Dentro del plan de actuación presentado para la recuperación del salmón en el Grupo de Desarrollo del bajo Nalón, destaca el estudio y la actuación del hábitat fluvial y de las poblaciones migradoras de la cuenca salmonera que está unida al Narcea, con el objetivo de consolidar el sostenimiento económico. «Es el motor del concejo y mucha gente vive de ello», advierte Juan Antonio Lázaro.

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