«Al paso que vamos, se acaba el salmón, sufre una persecución»
Ángel Carlos Díaz de Tejada Ribereño del Narcea-Nalón y socio número uno de la Asociación Asturiana de Pesca«Está claro que se debe legislar de otra manera y es necesario limitar los días hábiles de pesca para que el río no tenga tanta presión»
J. L. CALLEJA
CORNELLANA.
Domingo, 17 de julio 2022, 02:08
Ángel Carlos Díaz de Tejada, 'Kilo' (Cornellana, 1935), es, junto a Tomás 'el del Collanzo' y José Luis Somoano, 'el Paxa', el ribereño más veterano ... en el Principado y socio número uno de la Asociación Asturiana de Pesca. Habla de limitar los días hábiles de pesca, cree que se debe racionalizar más el río y apunta a la necesidad de legislar de otra manera. No entiende esa imagen de ir a un pozo y que haya sesenta pescadores. El veterano pescador considera que la normativa debería contemplar que hubiese más gente en los cotos para que, así, sus precios bajaran y defiende el trabajo de repoblación que se hace en el Narcea, que debería seguirse como ejemplo en otras cuencas.
-La temporada arrojó los peores resultados de los últimos doce años. ¿Se acaba el salmón?
-Al paso que vamos, esto se termina. El salmón sufre una auténtica persecución. El Narcea se defendió esta temporada, pero en los demás ríos salmones no lo hay y, como consecuencia de ello, vienen todos a pescar aquí. Deben haber quedado cuatro salmones. Tenemos el río esquilmado.
-Solo se salva el Narcea de lo que es una clara tendencia a la baja en la especie cada año en Asturias...
-En Las Mestas del Narcea llevamos veinticinco años repoblando. Además, entre otras muchas tareas, tenemos el Proyecto Arca, que algunos ignorantes aún no lo ven, pero que sirve de gran ayuda. Se echan mucho alevines al río y eso tiene que dar sus resultados. En otros ríos deberían de hacer algo similar para que no suceda lo que está ocurriendo.
-¿Cuáles son las principales causas del descenso de la población?
-No soy científico, pero está claro que el cambio climático. También los depredadores, como garzas, nutrias y cormoranes, así como los pescadores. Son sus principales enemigos. La caña depreda hasta cierto punto. Pero es evidente que, si entran 500 salmones y se pescan 300, quedan pocos para desovar, un aspecto que es vital para que sobreviva la especie.
-¿Qué soluciones estima que son las más adecuadas para su supervivencia?
-No debo decirlo yo con 87 años y que ya no pesco como antes. Sin embargo, disfruto en el río. El año pasado no pesqué ningún salmón y este picaron dos y saqué uno. Hay que legislar de otra manera. No puedes ir a un pozo y que haya sesenta pescadores. Y al día siguiente, en el mismo sitio, cincuenta. Es demasiada presión para el río.
-¿Son eficaces las restricciones de cebo, la reducción de cupos, la limitación de las zonas y días de pesca o las repoblaciones?
-Parece en un principio que son útiles, pero solo hasta cierto punto. Si hubiera salmones no habría ningún problema ni medidas que aplicar. Qué más da que pesquemos los ribereños los martes y miércoles, que lo haga la gente que saque cotos esos días. Pero en alguna medida inciden para que hay menos cañas.
-¿Cuál es la opinión que le merece la pesca sin muerte?
-Yo practico mucho esta modalidad los días en régimen de cotos parciales en una zona que tenemos destinada aquí en el río. Me gusta ir a tirar unas varadas. Lo paso bien. Se debería aceptar con normalidad.
-¿Se acuerda cuándo empuñó una caña por primera vez?
-Con doce años pescaba en el Nonaya. Llevo toda mi vida. Soy el socio número uno de la Asociación Asturiana de Pesca. Y hasta que muera quiero seguir disfrutando con la caña.
-¿Ha cambiado mucho la mentalidad de pescadores y ribereños desde entonces?
-En otras épocas se sacaba muchísimo dinero del río. Había escasez de todo y, sobre todo, necesidad. Se vendían las truchas por las casas en Cornellana. No había buenas cañas como ahora y solo se pescaba a devón y a mosca. Todo evolucionó y la mentalidad también,
-Unos abogan por saquear el río, otros por cuidarlo y proteger la especie, mientras que unos terceros apuntan que debería cerrarse y establecer cupos.
-El cierre del río no tendría ninguna influencia. Deberíamos racionalizar la pesca. Si un río tiene capacidad para dar 500 salmones, hay que pescar 250. Hay dejar margen para repoblar.
-¿Qué le pediría a la Administración de cara al próximo Consejo de Pesca?
-Que debe limitar los días de pesca. Todos queremos pescar y todos queremos hacerlo. Yo también soy cazador y tengo reservas durante seis meses y no tres. Se debería bajar el precio de los cotos y en lugar de que los ocupen tres sean seis. También se debería de repartir el río entre los casi 3.000 solicitantes de los cotos, pudiendo ir a pescar cinco o seis veces al año. Hay que dividir, porque son 40 kilómetros de río pescable para unas mil personas al día.
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