ArcelorMittal ya estudia la descarbonización de los hornos altos asturianos
Sitúa las plantas de la región «en primera línea», aunque aún no ha decidido si se optará por su electrificación o por el hidrógeno, el carbono circular y la captura de CO2
Es un momento clave para ArcelorMittal. De hecho, su consejero delegado en Europa, Geert van Poelvoorde, lo ha considerado este miércoles, en un ... encuentro con los medios, incluso «mágico», con una apuesta decidida por el acero 'verde' y la descarbonización de sus procesos productivos. La multinacional trabaja ya en dos vías para lograrlo, con una primera meta en 2030, cuando se espera reducir en un 30% las emisiones, aunque el camino que se seguirá en Asturias no está claro. De hecho, en la actualidad, la multinacional estudia si en el Principado se optará por reconvertir sus instalaciones de cabecera hacia un proceso eléctrico o si aportar por otra vía, que pase por el empleo de energías más limpias, el reaprovechamiento de gases o la captura de CO2. De momento, en este segundo camino se han dado algunos pasos en la región, como es la inyección de gas de cok (procedente de las baterías) en el horno alto, para así necesitar menos combustible (cok). Este gas, así como el de acería, se reutiliza también en algunas de las instalaciones acabadoras. «Asturias está en la primera línea», insistió Van Poelvoorde, recordando estos proyectos, tras el anuncio de tres iniciativas en este proceso de descarbonización para la multinacional: la creación de certificados verdes para el acero, una apuesta pionera por acero reciclado y un fondo de innovación de 100 millones de dólares para compañías que faciliten esta transición. No obstante, el Principado no acoge aún ninguno de los grandes ensayos de la multinacional en este camino hacia la descarbonización.
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Según el director general de la multinacional a nivel global, Aditya Mittal, las dos vías en las que está invirtiendo Arcelor son factibles, aunque aún no se sabe cuál será la dominante con el paso de los años. Una de ellas se ha denominado «Smart carbon» (carbono inteligente) y tendrá efectos antes. Se trata de aprovechar todas las energías limpias en el entorno de reducción controlada a alta temperatura de producción de arrabio. El gas empleado puede ser procedente del carbono o del hidrógeno. Inicialmente, Arcelor se centrará en aprovechar las fuentes del carbono circular de residuos y luego capturará y almacenará el CO2 de los combustibles fósiles restantes. Durante esta fase, el gas natural se utilizará como una energía menos contaminante que el carbón, aunque el objetivo es realizar la transición al hidrógeno, cuando este esté más desarrollado y bajen sus costes. Además, «Smart Carbon» prevé utilizar envases de plástico al final de su vida útil, textiles y desechos para crear bioenergía y propiciar un ciclo neutral utilizando las emisiones del proceso para producir nuevos materiales «de carbono reciclado». Este es el camino que, de momento se ha utilizado en Asturias, con la inyección de gas de cok.
Ruta más compleja
La otra ruta aún es más compleja y larga. Denominada DRI, por las siglas en inglés de «direct iron reduction» (reducción directa de mineral de hierro), aunque necesita que la tecnología madure para su aplicación e implica prescindir de los hornos altos –bastaría con eléctricos– y pasar de usar gas natural a hidrógeno como reductor clave. La idea es tener las primeras demostraciones a mediados de esta década.
Precisamente, la multinacional analiza ahora qué opción de estas dos se elegirá para Asturias y también para el resto de plantas de la multinacional, porque está previsto que «todas contribuyan» a lograr ese objetivo de reducción de emisiones del 30% en 2030 hasta alcanzar la neutralidad climática en 2050.
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Por otro lado, Van Poelvoorde aseguró que se está trabajando con el Gobierno de España para abordar este proceso. Tras la manifestación convocada por UGT y CC OO este fin de semana en contra de las políticas del Gobierno central en materia industrial, el consejero delegado en Europa de Arcelor afirmó, en respuesta a este periódico, que la situación es similar en España a la de otros países, todo bajo el marco de las políticas de la Unión Europea que deciden qué apoyos se pueden dar. Desde la multinacional no se tiene la percepción de que el Ejecutivo español esté dando la espalda al sector. «El Gobierno de España está investigando y hablando con nosotros sobre cómo podemos descarbonizar nuestra industria y cómo puede ayudarnos y esto no es diferente en España que en otros países», subrayó.
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