«Tenemos que decidir si queremos ser una fábrica de emigrantes o una tierra de oportunidades»
UGT y CC OO llenan el centro de Oviedo en una protesta con 2.000 coches en defensa de la industria y contra la falta de apoyo del Gobierno
J. L. GONZÁLEZ / S. S. FERRERÍA / C. ARIAS
GIJÓN / OVIEDO / AVILÉS.
Domingo, 14 de marzo 2021, 02:40
Después de pasar por muchas mesas, negociaciones, firmar acuerdos, escuchar promesas que no se cumplen y acumular decepciones, los sindicatos mayoritarios asturianos han dicho ... basta y ayer salieron a la calle para reclamar soluciones para un sector, el industrial, que ven en serio peligro por las políticas del Gobierno central. CC OO y UGT llevaron a Oviedoa 2.000 coches, según sus cifras, procedentes de Gijón, Avilés y Olloniego -desde allí salieron los automóviles de la capital, Siero y las cuencas- para gritar con una sola voz que la industria asturiana necesita un acompañamiento especial en el proceso de descarbonización y transición energética, un apoyo que, entienden, ahora no tiene. «Tenemos que decidir si queremos ser una fábrica de emigrantes o una tierra de oportunidades», lanzó el secretario general de CC OO en Asturias, José Manuel Zapico, en la plaza de la La Escandalera, en Oviedo, mientras cientos de coches marchaban a su espalda haciendo sonar el claxon y llenando el centro de la capital.
La situación por la que atraviesa un sector que aporta más de 20% del PIB regional y del que dependen más de 50.000 empleos dista mucho de ser idílica. Las especiales características de sus principales cabezas tractoras, empresas altamente intensivas en consumo eléctrico y con elevadas emisiones de CO2, chocan con las políticas de descarbonización y transición energética del Ejecutivo central, dardo de las críticas de los sindicatos en la jornada de ayer. La decepción del estatuto de las industrias electrointensivas, que solo consigue rebajar 56 céntimos la factura de estas compañías frente a sus competidores europeos, y la utilización de solo una parte de la capacidad que tiene el Gobierno para compensar los costes indirectos por emisiones de CO2 son solo dos de las cuestiones que han llevado a los sindicatos a plantarse y protagonizar la primera protesta de una serie que «irá creciendo» si las políticas no cambian. «Si alguien pensaba que Asturias y la industria asturiana iban a asistir pasivas a ver cómo se va desangrando, estaba muy equivocado. Continuaremos con las movilizaciones hasta que estas políticas se reviertan», señaló el secretario general de Industria de CC OO, Damián Manzano.
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Las críticas al Gobierno central lfueron constantes, pero hubo presión también para el Ejecutivo asturiano, al que se reclama mayor contundencia en la defensa de los intereses de la región ante Madrid. El hecho de que las dos administraciones estén gobernadas por personas del mismo partido no ha servido hasta ahora, señalan los sindicatos, para que se atiendan las reivindicaciones de Asturias, una situación que debe cambiar. «Adrián Barbón tiene que decretar el estado de alarma industrial y exigir respeto a Madrid», afirmó el secretario general de UGT en Asturias, Javier Fernández Lanero.
Ultimátum
El contenido de las declaraciones de los convocantes de la manifestación tenía en esta ocasión tono de ultimátum. No se trataba esta vez de defender una empresa concreta, pelear contra despidos o mejorar las condiciones laborales: lo que está en juego es «el futuro industrial de Asturias», en palabras de Jenaro Martínez, secretario general de UGT-FICA.
En la lista de compromisos no cumplidos se encuentran los proyectos de sustitución de actividad y empleo en las térmicas que han cesado su actividad en los últimos años, la de Soto de la Barca y la de Lada. Y ahí quiso poner el foco el secretario general de SOMA-Fitag-UGT, José Luis Alperi, quien defendió la «responsabilidad» demostrada por los sindicatos acudiendo a todas las mesas de negociación y cerrando acuerdos que ahora no se cumplen. «Pedimos corresponsabilidad al Gobierno y a las empresas energéticas en los acuerdos y la puesta en marcha de los planes de acompañamiento».
Los tiempos de las conversaciones de los últimos años en torno a las diferentes medidas que debían ponerse en marcha para que la industria asturiana mantuviese su competitividad mientras se acometen la descarbonización y la transición energética parecen haber quedado atrás. Los líderes de las dos organizaciones sindicales convocantes tienen claro que «ya no hay plazos, ya no hay tiempo» para debatir soluciones para un sector que sufre. La pérdida de competitividad viene siendo denunciada también por la patronal, que en los últimos meses ha lanzado mensajes llamando a la sociedad asturiana a reclamar sus intereses. Ese lastre en las condiciones que las grandes empresas del sector en Asturias soportan en comparación con sus competidores europeos puede poner en riesgo su continuidad en la región, abocando a una cadena de deslocalizaciones, advierten, que haría peligrar el tejido económico de la región. Conscientes de la situación, los sindicatos también lanzaron ayer un mensaje a la patronal, a la que reclamaron que se «movilice. No vale con que lo hagan solo los trabajadores. No pueden estar solo a criticar y pedir proyectos, tienen que invertir en Asturias», afirmó Javier Fernández Lanero.
Las especiales condiciones a las que obliga la pandemia impidieron una gran marcha a pie como las que acostumbran a convocar los sindicatos. Con tres puntos de partida, Gijón, Olloniego y Avilés, los sindicatos se plantearon una marcha que diera visibilidad a la protesta a través de la vía de comunicación más transitada de Asturias, la autopista 'Y', con llegada masiva a la capital. Cientos de coches se concentraron en cada uno de los puntos para, en torno a las 10.30 horas, iniciar una marcha lenta hacia el centro administrativo asturiano que debía pasar luego por sus principales calles. Las banderas y los carteles decoraban muchos de los coches, que durante sus recorridos por la capital hicieron sonar sus bocinas, poniendo de relieve sus reclamaciones.
La marcha por las calles de Oviedo culminó en el aparcamiento del estadio Carlos Tartiere, donde Javier Campa, secretario de Política Sindical, Coordinación Sectorial y Salud Laboral de UGT, y Tamara Cuñado, miembro de la Ejecutiva de CC OO de Asturias, leyeron un manifiesto conjunto. Entre las reclamaciones, además de las que tiene que ver con el estatuto y las compensaciones por costes indirectos de CO2, los dos sindicatos pidieron un pacto de Estado por la energía que garantice la «cobertura de las necesidades» de los ciudadanos y las empresas. En su texto, hicieron también referencia a la exigencia de que se cumplan los acuerdos firmados en diferentes ámbitos. Una lectura con la que se puso fin a una marcha que, según los convocantes, llegó a formar tres caravanas que, sumadas, alcanzaron los 22 kilómetros.
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