El Principado «comprende y respeta» la movilización sindical por la industria

Desde el Gobierno autonómico señalaron su «firme compromiso» con la defensa de la industria y defendieron el papel que están jugando en la pervivencia del sector, planteando las diferentes demandas al Ejecutivo central, «la última vez el pasado jueves» en la reunión telemática que mantuvo el consejero de Industria con la secretaria de Estado de Energía.

Las manifestaciones del Principado contrastan con las reclamaciones que lanzan desde los sindicatos, quienes piden más compromiso al Ejecutivo regional y una defensa más contundente de los intereses de la región. El coordinador de IU, que se sumó a la protesta en Gijón, puso el foco en la importancia que este sector tiene para la comunidad. Su partido lleva meses presionando al Ejecutivo, del que es socio de investidura, para que endurezca sus posturas con el Gobierno central. «Sin empleo no hay vida y sin industria no hay futuro en Asturias, no podemos perder este tren», afirmó.

El miedo se podía palpar entre los trabajadores que se sumaron a las protestas. En Gijón, Enrique de Diego ponía en palabras la sensación de muchos de sus compañeros. «Si seguimos disminuyendo el empleo en el sector, al final no va a haber industria, no va a haber en qué trabajar, la gente se va a marchar de Asturias».

También en Avilés era palpable la sensación de incertidumbre que se cierne sobre el sector. Miguel García, trabajador de ArcelorMittal, una de las empresas que más está sufriendo las políticas de descarbonización y transición energética, ponía la vista en otra multinacional, la antigua Alcoa y ahora Alu Ibérica, que pasa por una situación crítica. «Ahora mismo no temo por mi puesto de trabajo, pero en un futuro sí, más, viendo la situación de Alcoa».

También para Pablo Magdalena, trabajador de Pasek, una contrata de Arcelor, la situación es complicada. «Veo peligrar el trabajo, en cualquier momento esto cambia de rumbo, ya lo vimos con Alcoa».

Una empresa que está pasando por un buen momento en lo que a resultados se refiere es AZSA. No obstante, los costes energéticos son claves en una compañía que depende de la electrólisis en su proceso de producción. Diego Fernández lleva ya varios años trabajando en esta compañía y teme que el sector industrial, en el medio plazo «pinche». Si ocurre, cree que puede seguir habiendo oportunidades laborales, «pero, probablemente, en Asturias no».

Lo que se juega Asturias con la industria se traduce en cerca de 50.000 empleos y todo su efecto de arrastre. El sector, ya antes de la crisis provocada por la pandemia, mostraba síntomas de una debilidad que le ha llevado a perder más del 11% de los puestos de trabajo en la última década. Las protestas seguirán en las próximas semanas. Lo que faltan por llegar son las respuestas del Gobierno.