Yolanda Díaz aboga por «apurar las mesas de negociación hasta el final»
La ministra de Trabajo considera que la subida del SMI es «un indicador de justicia» y asegura que primará el acuerdo «sobre todas las cosas»
La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha participado este martes en Oviedo en la Escuela Internacional de Verano Manuel Fernández López 'Lito' junto al secretario general de UGT, el asturiano Pepe Álvarez. Su conferencia, bajo el título 'Nuevo marco de las relaciones laborales', ha coincidido en el tiempo con la mesa técnica que aborda la subida del Salario Mínimo Interprofesional, cuyo incremento ha vuelto a defender Díaz «como marcador de justicia». «Las mesas de negociación se apuran hasta el final» ha señalado la ministra sobre una negociación que reconoce que es dura ante la negativa de la patronal CEOE a aceptar un aumento.
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En respuesta a preguntas de algunos de los asistentes, Díaz ha insistido en que ella no debe indicar la cuantía, aunque primará el acuerdo «sobre todas las cosas». Además, ha defendido que se trata de «la herramienta más eficaz para combatir la pobreza laboral» y que no reduce el empleo, de hecho cuando subió un 22%, subrayó, «se crearon 400.000 nuevos puestos de trabajo». «No hay dato empírico que diga que se destruye empleo», insistió, para recordar que todos los países de la UE menos dos ya lo han incrementado este año y abogar por aumentarlo, precisamente, cuando la situación está peor.
De hecho, también confirmó que se mantiene el compromiso en el Gobierno de que al final de legislatura, en 2023, este sea el 60% del salario medio, una cifra que rondaría los 1.060 euros. En este sentido, censuró que la competitividad se esté basando en la devaluación de los costes laborales.
Díaz también criticó el sistema de relaciones laborales actual, con un Estatuto que data de 1980, y que ha acostumbrado a la precariedad. Así, como hiciera ayer en Gijón, aseguró que antes del 31 de diciembre se habrá aprobado la contrarreforma laboral y otras grandes medidas estructurales que aborden puntos como la alta temporalidad o las subcontrataciones, para evitar que sirvan «como elemento especulativo y para abaratar los costes
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