Asturias impulsa un plan de choque contra la siniestralidad laboral ante el repunte de fallecidos

En todo 2019 fallecieron siete personas en Asturias por accidente laboral y, sin embargo, a pesar de que la economía ha estado prácticamente paralizada durante tres meses, en lo que va de año ya han perecido once trabajadores, cuatro en menos de dos semanas. Este aumento de la siniestralidad ha hecho mover ficha de forma urgente al Principado, los agentes sociales y la Inspección Provincial de Trabajo y Seguridad Social, que ayer acordaron de forma urgente impulsar un plan de choque para frenar esta lacra, que el año pasado se llevó la vida de 659 personas en toda España, a una media de dos al día -hasta mayo de este año iban 288, un 15,2% más-, y que en el Principado se está disparando.

Las medidas que se adoptarán se resumen en tres y se pondrán en marcha de forma inmediata. Por un lado, los organismos que velan por la seguridad y la salud en el trabajo retomarán las inspecciones de comprobación en los centros de trabajo, suspendidas por la crisis sanitaria; también se creará un grupo de trabajo con la implicación de los servicios de prevención ajenos, que se consideran «actores principales» de cara al refuerzo de los sistemas de seguridad y salud en las empresas y los centros de trabajo, y además se diseñará una campaña conjunta de sensibilización para mentalizar sobre los riesgos laborales y minimizar los peligros y amenazas, con la percepción ahora casi monopolizada por el coronavirus.

Se quiere responder así a los accidentes que han tenido lugar en los últimos días. El pasado martes falleció en Arriondas un albañil al caerle un ladrillo en la cabeza, el lunes murió por una caída un operario de camión de la empresa Eulen en las instalaciones gijonesas de ArcelorMittal, el viernes 3 perdió la vida otro trabajador al caerse por el hueco de una escalera en una obra en Cangas del Narcea y el día 25 de junio se produjo en Cancienes el deceso de un empleado de una empresa maderera, que fue aplastado por una roca de dos toneladas. Sin embargo, incluso antes del estado de alarma, los sindicatos ya venía alertando de cierta relajación en las medidas de seguridad tras 25 años de aplicación de la Ley de Seguridad en el Trabajo. Ahora, todas las partes implicadas reconocen que es necesario dar un impulso a este aspecto, ya no solo desde el punto de vista sanitario, en el que se ha puesto el foco con la pandemia.

Tras la reunión en la que se acordó impulsar el plan de choque, la directora del Instituto Asturiano de Prevención de Riesgos Laborales (IAPRL), Miryam Hernández, puso en valor «el acuerdo y el nivel de consenso» alcanzados entre todas las organizaciones para ofrecer una respuesta «inmediata» para reforzar las políticas de seguridad y prevención.

Los empresarios también mostraron su inquietud por el aumento de los accidentes. «Estamos preocupados por este repunte de la siniestralidad mortal», reconoció Leticia Bilbao, directora de Desarrollo Empresarial de la Federación Asturiana de Empresarios (Fade), que insistió en que la seguridad ha sido prioritaria para las compañías durante la pandemia. «Por eso es necesario analizar qué factores han llevado a este repunte y abordar las medidas que palien esta situación, como hemos acordado hoy con el consenso de todos», aseveró.

Para la vicesecretaria general de UGT en Asturias, Nerea Monroy, el repunte de las muertes en los últimos días «no parece una casualidad». «Hemos detectado relajación en las medidas ante la falta de control y vigilancia», aseguró, de ahí que subraye que de nuevo se realizarán comprobaciones, después de que se paralizaran por la pandemia. Además, destacó «la implicación de todos» los actores para intentar frenar la siniestralidad, desde los empresarios a la Administración, pasando por los propios sindicatos.

Por su parte, Gerardo Argüelles, responsable de Acción Sindical y Seguridad Laboral de CC OO, defendió «un mando único» en esta materia, formado por las Administraciones, tanto estatal como regional, la Inspección y agentes sociales y, además, reclamó «mano dura» con aquellos que no cumplan la normativa.

Asimismo, pidió que las medidas que se acuerden en el marco de la concertación vayan encaminadas al objetivo de «muertes cero en el trabajo» y aseguró que la precariedad laboral también está detrás de ese aumento de la siniestralidad.