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La térmica de Aboño, con sus dos grupos actuales. ARNALDO GARCÍA

La conversión a gas de la central de Aboño reducirá sus emisiones casi a la mitad en 2026

La obra estará lista en 2025 y a ella hay que sumar el cierre del grupo 1, aunque el descenso más brusco irá ligado al apagado de los hornos altos de Arcelor

Jueves, 23 de noviembre 2023, 00:32

La térmica de Aboño reducirá sus emisiones drásticamente a partir de 2025, cuando abandone la quema de carbón. En junio de ese año, EdP ... tiene previsto que entre en funcionamiento la adaptación del grupo 2 para que sustituya ese combustible por gas natural. Esa transformación implicará que deje de expulsar a la atmósfera alrededor de 900.000 toneladas de dióxido de carbono (C02) anuales, un 21,6% del promedio actual, que supera los cuatro millones. Además, se evitarán 692 toneladas de dióxido de azufre (SO2), el 92,6%; 1.876 de óxido de nitrógeno, cerca del 80%; y 85 de partículas, alrededor del 98%. También se dejarán de producir cenizas y escorias derivadas de la combustión del carbón, lo que implicará que se reduzcan los residuos convencionales, y se rebajará el ruido. A ello hay que sumar que está previsto el cierre definitivo del grupo 1, para el que EdP ha solicitado el cierre y que funciona ante indisponibilidades del 2.

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Será una disminución radical, aunque los niveles seguirán más altos que si la instalación diera el salto completo al gas natural, ya que mantendrá la quema de gases siderúrgicos procedentes de los hornos altos de Arcelor. Se seguirán valorizando para la producción eléctrica, de forma que no se tengan que quemar en antorcha, con lo que se evita la emisión anual de un millón de toneladas de CO2.

No obstante, el uso de esos hornos altos por parte de la siderúrgica tiene fecha de caducidad con el actual proceso de descarbonización y con ella cuenta EdP. A partir de 2026, prevé que uno de los dos hornos altos ya no funcione -el 'A'- y que la aportación de sus gases al mix se reduzca, de modo que todas las emisiones del grupo caigan aún más, hasta acercarse esa disminución al 50% de las actuales. También plantea un escenario a más largo plazo, para el periodo 2031-2033, en el que el segundo horno alto de Arcelor dejaría también de suministrar gases a la térmica, lo que rebajaría las emisiones, prácticamente, un 70% en relación al presente.

Todas estas cifras se desprenden del anteproyecto de conversión a gas de la central, que ya se encuentra a información pública, según publicó ayer el Boletín Oficial del Estado. Este plan garantiza el futuro de la principal instalación de generación eléctrica de la comunidad y rondará los 40 millones de euros. En la documentación hecha pública se cifra en 22 millones, pero no se incluye toda la inversión que prevén realizar EdP y el Grupo Masaveu, cuyo reciente acuerdo implica la cotitularidad al 50% de la térmica. Este incorpora que la corporación asturiana pueda participar hasta con un 10% en el futuro valle del hidrógeno verde. La nueva caldera del grupo 2, de hecho, ya estará preparada para funcionar con este vector energético, además de gas natural y gases siderúrgicos.

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La conversión de la central contempla dos fases, una inicial de desarrollo de la ingeniería básica y tramitaciones, que durará unos seis meses; y una segunda, de 18, para las obras propiamente dichas. Esta última obligará a una parada de tres meses.

Tras los trabajos, el grupo pasará de la potencia actual de 565 MW a 494 MW, aunque el suministro se prevé similar, ya que tras la conversión no se alimentarán los equipos necesarios para el uso de carbón, como molinos, cintas transportadoras o la desulfuradora. De hecho, serán muchas las instalaciones que dejen de emplearse, ya que la transformación supondrá que la térmica opere solo con combustibles gaseosos, por lo que quedarán fuera de servicio las instalaciones relacionadas con el carbón y con el gasóleo.

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«La modificación proyectada tiene sentido tanto desde el punto de vista económico, al aprovechar instalaciones existentes, como desde puntos de vista ambiental y de sostenibilidad, siendo coherente con el contexto actual de descarbonización», justifica EdP, que asegura que el grupo 2 reúne las condiciones técnicas y ambientales necesarias para continuar en operación, que su producción es esencial para cubrir la demanda industrial, con funcionamiento diario, y que la instalación puede quemar los excedentes de gas de Arcelor. Por todo ello, «resulta improbable que Aboño 2 pueda cerrar antes de finales de 2028».

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