Arcelor busca mejoras para salvar la división de largos que se sumen al ajuste de personal

Los responsables de las plantas asturianas insisten, sin embargo, en que es necesario un gesto ante la dirección de Luxemburgo para que dé tiempo a que fragüen otras medidas que se están adoptando y que tienen dos objetivos: mejorar la calidad del producto final y reducir el precio de las materias primas. Cuando se habla de esto último no se trata de intervenir en el precio del mineral de hierro o del carbón, que no es posible, sino en el del arrabio que sale de los hornos altos y va a las acerías. Para ello, las instalaciones de cabecera tienen que ganar eficiencia. Se busca optimizar el proceso en sus inicios para hacer que su coste sea menor.

Conseguir que las baterías de cok funcionen al 100% –de momento solo está en marcha una y aún necesita ajustes– o lograr reaprovechar el gas que se produce durante actividad son algunas de las claves en las que confía la dirección asturiana para revertir la situación. El problema es que el proceso de los hornos altos, que emplean mineral de hierro, es bastante más caro que el de los hornos eléctricos, que utilizan chatarra, lo que implica que los productos finales sean menos competitivos.

Además, también se están acometiendo mejoras en los procesos de producción del 'bloom' y la palanquilla –las piezas semiacabadas que pasan después a los trenes de carril y alambrón– y se busca también ganar calidad y fiabilidad en esas instalaciones laminadoras finales.

Hoy mismo, empresa y sindicatos volverán a reunirse para abordar el ajuste de personal en la división. La compañía exige una decisión urgente, aunque esta reunión podría no ser la definitiva. Arcelor insiste en que quiere negociar, pero los representantes de los trabajadores critican su inmovilismo. Sí puede ser más trascendental la jornada de mañana, cuando está previsto que se retome la actividad en la acería tras las jornadas de parada por mantenimiento. Entonces se verá la incidencia de los paros de dos horas por turno convocados por CC OO y CSI y que no respaldan UGT ni USO.