Omar González - Presidente del Grupo Trinity
«Seremos embajadores españoles para la atracción de inversión de Latinoamérica»«Volveré a Asturias en enero y estaré encantado de sentarnos a ver qué podemos hacer. Nuestro foco en los próximos años está cien por ciento en España»
El grupo colombiano Trinity acaba de hacerse con Beauty by Dia, sociedad que opera el negocio de perfumería y droguería Clarel. La operación de compra ... al Grupo Dia fue por un máximo de 42,2 millones de euros y ahora está sujeta a recibir luz verde de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). En una entrevista con EL COMERCIO, el presidente del Grupo Trinity, Omar González (Bogotá, 1955), un «hispano colombiano», como él mismo se define, habla de la importancia de la adquisición para su grupo, que llega a España como principal inversor colombiano.
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–Por lo que sabemos ahora, en septiembre cuando estuvo en Asturias en un encuentro de empresa familiar, España ya era tierra a conquistar por el Grupo Trinity. ¿Ha sido Clarel la mejor oportunidad para entrar en territorio español?
–(Risas). Por poner en antecedentes, soy hispano colombiano y desde hace tres años tengo la idea de ir desconcentrando nuestro grupo en Colombia y elegimos España como nuestro lugar de destino. En este tiempo he conocido a personas y organizaciones que nos hicieron presentaciones muy interesantes (Banco Santander, JP Morgan, etcétera). Cuando estuve en Colombres en septiembre ya había una oferta vinculante por Clarel totalmente reservada. El proceso ya se estaba desatando desde agosto, pero era absolutamente confidencial. Cuando me presentaron la inversión pensé, en un principio, que era un poco grande para una primera incursión, pero fuimos poco a poco entrando en ella y nos fuimos enamorando. Clarel nos llegó al alma, su estructura, su negocio, su visión. Hoy es una oportunidad soñada para el Grupo Trinity para su 'first landing' en España.
–La operación tuvo un primer intento fallido (se canceló su venta al fondo C2 Private Capital por «incumplimiento de contrato»). ¿Cuáles son sus planes para que la suya llegue a buen término?
–De la operación anterior me enteré por los medios de comunicación y no tengo ninguna referencia. Nosotros tomamos el proceso con mucha seriedad. Hicimos una valoración estándar que comporta el pasado y el presente de la compañía y sus expectativas de futuro. Y después de ese análisis y de ver otras variables como la situación del país, determinamos un precio que nos parece absolutamente justo y equilibrado, como así también lo vio el vendedor.
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–¿Y por dónde pasan esos planes?
–La primera aproximación va a ser de aprendizaje. Vamos a esperar a la autorización de la CNMC, y lo primero será analizar y diagnosticar el estado de la compañía a día de hoy. Después, construir sobre lo que ya está construido, entender muy bien la dinámica de la empresa, de la relación con el cliente y la plantilla –3.300 personas–, que para mil tiendas es absolutamente correcta. Nuestro ánimo es de crecimiento, de fortalecimiento, de mayor cercanía a los clientes, de volvernos una marca muy querida.
–Viendo sus negocios en Colombia, el acero, el carbón, la logística o el sector turístico, ha sorprendido su incursión en el ámbito de las perfumerías. ¿Se atreven con todo?
–Me construí en el sector financiero. ¿Qué tenemos en común? Nuestros negocios están orientados y centrados en las personas. Son negocios humanistas, independientemente del tamaño o del producto con el que lleguemos. Están enfocados al cliente, a ver cuáles son sus aspiraciones. Aquí cambia un poco el tamaño, pero los hemos tenido antes, en nuestra experiencia en el sector financiero. Lo segundo, y más relevante, estamos centrados en todos nuestros negocios en servir. En Colombia decimos que «el que no sirve no sirve». Mentalidad de servicio, con todas las herramientas que nos da la tecnología. Y tenemos una estructura de gobierno corporativo muy sólida, con métodos muy disciplinados, muy juiciosos y muy regulados a la hora de hacer nuestras tareas.
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–Y además, entran en España.
–Nos da mucha ilusión esta visión iberoamericana que se nos abre, especialmente para Colombia. Los empresarios colombianos no han tenido el destino de inversión de España. Todos se van por el mismo uso horario e invierten en los Estados Unidos. Llegar a Miami es la máxima aspiración. Nosotros decidimos cambiar eso por España.
–Mil tiendas en España (cinco en Asturias) les proporcionan una especie de canal de distribución. ¿Piensan ya en incorporar nuevas líneas de negocio?
–Vamos con la voluntad humilde de aprender y luego trabajar juntos. Hemos encontrado un equipo directivo muy sólido y consolidado. Nos merecen todo el respeto y creemos que han hecho una gran labor, sobre todo en estos años que han querido ser vendidos. Creemos que trabajando con ellos vamos a buscar nuevos horizontes.
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Competencia por el talento
–Confiéseme una cosa. ¿Colombia ha tenido celos de México por su arraigada y masiva presencia en España?
–(Risas). Analizamos que México tiene 800 empresas invertidas en España y Colombia solo diez, por eso creemos que Trinity nos vamos a convertir en embajadores españoles para la atracción de inversión, no solo colombiana, sino de Latinoamérica. Estamos convencidos y lo estamos diciendo con hechos. Muchos llevamos años hablando de la importancia de la integración, pero aquí nos mojamos y estamos mostrando determinación y viendo que es bueno para que otros inversionistas nos acompañen. Seremos los mejores embajadores.
–Dada la situación geopolítica internacional, la inestabilidad financiera, la incertidumbre... ¿es buen momento para apostar por nuevos negocios?
–Mucha gente dice que es el peor momento, pero la incertidumbre es mundial y los empresarios somos los que estamos llamados a generar esa esperanza. Es el empresariado el que da ese paso de seguir invirtiendo, corriendo los riesgos, sin garantías. ¿Quién nos puede garantizar a nosotros que todo va a salir bien? Nadie. Pero es el espíritu empresarial el que decide tomar esa opción, ir adelante y generar esperanza. Nuestra determinación y decisión es seguir adelante y hacerlo lo mejor posible.
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–En España hay sectores que critican la figura del empresario. ¿Se sienten cuestionados?
–En lo personal, no. Creo que la polarización que existe en todos los frentes lleva a que haya opiniones divididas. Pero el último barómetro Edelman de reputación que salió en América Latina sitúa a los empresarios en el primer nivel de credibilidad. La gente cada vez empieza a creer más en ellos. También hay detractores, obviamente, pero creo que la sociedad en general está viendo que el rol del empresario es generar esperanza.
–Además del económico, ¿coincide en que dos de los grandes problemas empresariales de la actualidad son la falta de relevo generacional, en el ámbito de gestión, y la de profesionales?
–Efectivamente. Hoy la competencia por atraer talento es brutal. Las generaciones jóvenes lo ven todo con más libertad, no están tan decididas a encerrarse en oficinas a planear su futuro. La competencia por atraer talento es muy importante. Y es cierto que hay muchos empresarios que desarrollaron sus propias empresas que hoy no tienen un relevo natural y buscan, en muchos casos, desinvertir en los negocios. Ahí es muy importante el papel de los fondos de inversión. Nosotros somos una familia y tenemos esa mirada de generaciones y vamos a consolidar Clarel. Y en el futuro estaremos estudiando y estimando nuevas inversiones.
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–¿No habrá visto alguna oportunidad en Asturias? En esta tierra le recibiremos encantados. Los asturianos le ofrecemos mucho talento y muy buen talante.
–(Risas). Me consta. Después de muchos años, mi primera visita a Asturias fue en septiembre y volveré en enero. Pero estaré encantado de sentarnos a ver qué podemos hacer. Lo haré de todo corazón porque es una tierra maravillosa. Nuestro foco cien por ciento en los próximos años está en España. No quiero decir que si surge algo no se vaya a mirar, pero nuestra determinación es exclusivamente España.
La bandera de Colombia ondeará en Colombres el día 10
El paso por Asturias de septiembre fue importante para Omar González. Acompañado por su mujer, María Lourdes Oñate, asistió al encuentro 'Asturias y Cantabria, tierra de indianos', organizado en Colombres por las asociaciones asturiana y cántabra de empresa familiar y EL COMERCIO. Una cita en la que echó en falta la bandera de su país, tanto en el exterior como en el interior del Archivo de Indianos. «Colombia ha jugado un rol muy modesto en el papel del indiano y de la emigración», reconoce el presidente del Grupo Trinity. Aun así, él quiere subsanar esa ausencia y ya tiene preparadas dos banderas que se colocarán el próximo 10 de enero en el museo de la emigración.
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