Garamendi ve en peligro «grandes inversiones» por el impuesto a las energéticas

Fue beligerante con el fondo y las formas del Ministerio de Trabajo a la hora de abordar la reducción de jornada y pidió que, como mínimo, se respeten los convenios suscritos. «Defiendo la negociación colectiva, que es la clave de la paz social», recalcó, en referencia a los 4.500 convenios firmados y al AENC, el acuerdo para tres años alcanzado con los sindicatos. Lamentó que, para el Gobierno, estos «pactos no valgan» y aseguró que, precisamente, CEOE está al lado del pequeño empresario cuando rechaza el recorte de jornada, porque no es cierto que con él se cumpla el «mantra» del Ministerio de Trabajo, que «a menos horas más productividad». Pidió, de hecho, hacer esa pregunta al comercio de barrio, a los bares, el campo o las peluquerías.

Además, también cargó duramente contra una posible prórroga del impuesto a banca y energéticas, que ni siquiera grava los beneficios, sino la facturación, y que puede promover «deslocalizaciones» de importantes proyectos. Citó, de hecho, los casos de Cepsa y Repsol.

Y puso más ejemplos, como que si el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima requiere para su desarrollo 300.000 millones, aunque los fondos europeos supongan 30.000 o 40.000, serán necesarios aún 260.000 privados, que las empresas tienen que aportar y la banca financiar. Una banca, citó también, con millones de pequeños accionistas españoles que no son grandes ricos, sino «gente que ha puesto muy poco dinero para que el día de su jubilación puedan retornarle unos dividendos». «La inversión tiene que tener predicitibilidad, seguridad jurídica, estabilidad regulatoria y, sobre todo, confianza», insistió.

Mientras, rechazó que CEOE se oponga a los impuestos de forma general, «hay que pagarlos», pero sí censuró una presión fiscal que por ciudadano «ve muchísimo mayor» en España. De ahí que insistiera en luchar contra la economía sumergida, que en el país supone el 25% del total frente al 13% de Europa. «De cada cuatro españoles, uno no paga», espetó, y lo « lo que hay que hacer es que todos paguemos equilibradamente» y las pymes puedan llegar a crecer.