La gran industria asturiana alerta de que el aumento de costes amenaza su viabilidad

El momento es crucial, puesto que las direcciones de las compañías están decidiendo por qué plantas apuestan para reconvertirlas hacia una economía descarbonizada. Se trata de destinar dinero a sus factorías en el Principado o hacerlo en otros países comunitarios que ofrecen mejores condiciones o, incluso, fuera del continente, donde las medidas laborales y medioambientales son mucho más laxas y los costes se desploman.

Los dos gigantes del consumo energético en Asturias, Arcelor y Asturiana de Zinc (AZSA), han visto disparada su factura eléctrica en los últimos meses. En apenas medio año se ha multiplicado por dos, cuando ya era muy superior a la de sus competidores europeos. La escalada parece no tener fin y se acelera a medida que pasan las semanas. A la vez, la cotización de los derechos de emisión de CO2, a los que tienen que recurrir por ser actividades contaminantes, también se ha doblado en el último año.

En el caso de la factoría de AZSA, si hace apenas unas semanas la factura de la energía ya suponía la mitad de sus costes, ahora ha subido al 60%. Es una situación inasumible para esta compañía, que le impide competir en igualdad de condiciones en los mercados globales, a pesar de que la gran mayoría de su producción se exporta. Para sus competidores, ubicados en países como Alemania, este gasto no llega al 30%.

En Arcelor pasa algo similar. La factura eléctrica se ha vuelto desmesurada. Precisamente, la dirección europea baraja ahora qué futuro darle a uno de los hornos altos gijoneses. En la mesa está realizar una apuesta ambiciosa por su descarbonización, con el hidrógeno y la electricidad como fuentes energéticas. No ayuda el escaso desarrollo de este gas renovable en España ni el recibo de la luz. Fuentes de la multinacional reconocen que los costes actuales «complican» las grandes inversiones. Y se espera que esto pueda ir a peor, porque la entrada en vigor del Fondo Nacional para la Sostenibilidad del Sistema Eléctrico (FNSSE) apenas abaratará su electricidad, pero encarecerá enormemente el recibo del gas.