Industria recuerda que «la partida de Arcelor se juega en Europa» y le exige cumplir su compromiso

Pumares insistió -como lo lleva haciendo la Federación Asturiana de Empresarios (Fade)- en que «hacen falta precios predecibles, que sean estables y que sean competitivos, al igual que sucede en otros países, como es el caso de Francia o de Alemania». Un análisis en el que coincidió la consejera porque «es unánime la visión de que los costes energéticos son críticos para ArcelorMittal».

Ahora bien, Roqueñí apuntó que «no hay que perder de vista que la siderúrgica juega, opera en un tablero global y mientras que en España es el coste energético la pieza clave, en Alemania pueden ser los costes de la mano de obra o en Francia, los costes sociales. La partida, por tanto, se juega en Europa y se compite con otros países tanto del continente americano como asiático». Así las cosas, el coste de la energía «no es el único que puede determinar la inversión de la compañía».

Eso, recalcó, «no es óbice para exigir a ArcelorMittal que cumpla sus compromisos y acometa sus inversiones». Y en ello, volvió a subrayar, están «involucradas» ambas administraciones, «aunque lo hagamos de forma discreta». Mientras tanto, la consejera -que destacó «la importancia estratégica del sector del acero» en Asturias y en España y llegó a definir la planta DRI como «la pieza central la política industrial del Gobierno asturiano y del Ministerio de Industria- insistió en que ha hecho los deberes. «Hemos evaluado medioambientalmente los proyectos y emitido las autorizaciones ambientales en los plazos comprometidos, lo que permitiría a ArcelorMittal iniciar sus actuaciones» y se refirió también a los 36 millones de ayuda para lanzar el horno híbrido de arco eléctrico.

Para «animar la decisión de inversión de la planta DRI», dijo, se viene «trabajando intensamente con el Gobierno de la nación reclamando esos cambios normativos que permitan incrementar las ayudas a la industria electrointensiva». También, en «facilitar e impulsar los proyectos de generación y transporte de hidrógeno verde y captura de CO2 para que la planta DRI permita gradualmente reducir emisiones».

Otras líneas son «el apoyo para incrementar las ayudas procedentes del comercio de derechos de emisión a industrias electrointensivas; el mantenimiento de la ayuda del PERTE de 450 millones, el apoyo en la negociación con la UE para flexibilizar plazos (y que así los proyectos de hidrógeno se puedan desarrollar) y reforzar con el Ministerio de Transición ese marco regulatorio y de precios de la energía, que sea estable y predecible».

Sin olvidar, subrayó Roqueñí, «la planificación energética que aborde de forma urgente la ampliación de la red eléctrica de transporte y refuerce las infraestructuras energéticas. Esto permitiría garantizar el suministro de electricidad renovable a precio competitivo».

Urgió Pumares a trabajar en la modificación del estatuto de la industria electrointensiva, a lograr elevar hasta el límite máximo autorizado por la UE las ayudas a este tipo de industria y a no fiar el abaratamiento de la energía en el próximo lustro por las renovables. «Trabajen por crear un ecosistema favorable y no recurran a ocurrencias», en referencia a la renacionalización de Arcelor sugerida por la Agrupación Socialista Gijonesa. Sobre este aspecto preguntó el diputado del PP Rafael Alonso y Roqueñí abundó en que no se trabaja en otro escenario que no sea «la negociación de las administraciones con la siderúrgica».