Junceda pide ajustar las subidas salariales a la realidad y huir de «políticas irracionales»

En su análisis, puso de manifiesto que los incrementos de tipos actúan sobre los precios mediante dos vías: por el aumento del coste de la financiación y «manteniendo ancladas las expectativas de inflación futura en el 2%, moderando así las revisiones de precios y salarios». En este punto, precisó que «por eso es tan importante ir de la mano de los empresarios para ajustar las subidas de salarios a las expectativas de la realidad económica y empresarial, huyendo de políticas irracionales y demagógicas que utilizan el esfuerzo de las empresas, que son quienes crean empleo, para ganar un puñado o dos de votos en las elecciones».

Según Junceda, la opinión mayoritaria es que una estrategia monetaria como la actual puede funcionar de manera continuada en Europa sin desencadenar una recesión por varias razones: la fortaleza del empleo, las políticas de gasto muy expansivas aplicadas por algunos países, la bajada de los precios de la energía y la vigilancia de las autoridades. «Si estas cuatro premisas siguen operando este año, la 'inmaculada desinflación' puede ser posible». El Viejo Continente parte, además, con la ventaja de que la mayor parte del proceso de ajuste monetario «está superada». La ruta marcada por el BCE pasa por mantener los niveles actuales de tipos el tiempo necesario, hasta que «se tenga la convicción de que el objetivo de inflación está conseguido».

En este sentido, incidió en la importancia de evitar que se retiren los ajustes «demasiado pronto», lo que podría obligar a desandar el camino. «Quizá en alguna hoja del calendario del segundo semestre» pueda iniciarse esa relajación de los tipos, aventuró. El viaje de vuelta hacia el tipo de interés neutral –«que ni frena ni estimula la economía»– debería concluir el próximo año «en un tipo que los expertos sitúan en el 2,50%-2,75%». El director general de Sabadell Herrero se declaró «optimista» respecto a la segunda mitad del ejercicio, sobre todo en el caso de España, cuyas previsiones son mejores que en Europa. Se espera un crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) nacional en torno al 2% para 2024, aunque esto supone una desaceleración respecto al 2,50% con el que acabó 2023, señaló.

Entre las razones por las que España ha ido e irá mejor, Junceda hizo referencia al buen comportamiento del empleo, la ausencia de desequilibrios del sector exterior, la favorable situación financiera de empresas y hogares y la composición sectorial de nuestra economía. En este último factor, recalcó la necesidad de «dar la vuelta» al enorme predominio de los servicios porque, «si no balanceamos hacia la industria en España, habremos perdido una de las mayores oportunidades». También aludió a los fondos europeos como otra de las grandes bazas de la economía para despegar, pero instó a las administraciones a agilizar su tramitación para que lleguen ya a las empresas.

Pero no todo son ventajas, también hay áreas de mejora en la economía nacional. En primer lugar, Junceda mencionó el desequilibrio de las cuentas públicas tras un largo periodo de crisis. «En algún momento habrá que hacer un ahorro fiscal claro y decidido», subrayó. El segundo aspecto mejorable es la productividad, que evoluciona de forma inferior a la media europea. Esta situación es «más preocupante aún cuando la productividad y los costes salariales siguen caminos divergentes», por lo que criticó «las últimas ocurrencias relativas a la limitación de los horarios laborales». Una «mala medicina para nuestro país salvó que la finalidad sea 'resucitar' la recomendación tan célebre como antieconómica de Marcelino Camacho –histórico líder de CC OO– cuando soltó aquello de 'trabajar menos para trabajar todos'; esto no lo podemos aplicar en España», sentenció.

También se refirió Junceda a la resistencia de la banca española, que es «solvente, fuerte, rentable y competitiva, así como la más eficiente de Europa». Aunque rechazó los «supuestos beneficios extraordinarios» esgrimidos por el Gobierno central para aplicar un nuevo impuesto. Terminó su intervención con un elogio a los empresarios, los «grandes héroes» de este país porque generan riqueza y empleo en «una Asturias, y una España, en la que a muchos les parece más oportuno dormir la siesta de la Regenta». La posibilidad de «despegar» está en manos de los asturianos. «Esta es la gran ventaja de la democracia: elegir al piloto y su tripulación cada cuatro años».