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Mitos, verdades y mentiras sobre los coches eléctricos

¿Tienes dudas sobre los coches eléctricos? Te desvelamos algunos de los falsos mitos más extendidos sobre este tipo de vehículos

El COMERCIO

Gijón

Martes, 3 de marzo 2020, 23:42

Los coches eléctricos cada vez tienen más protagonismo en las carreteras, sobre todo por el gran impacto que el uso de combustibles fósiles está teniendo en el planeta tierra. Precisamente por todo ello, cada vez son más las empresas de la industria del motor que están apostando por esta nueva forma de movilidad que tiene como principal objetivo reducir estas emisiones y acabar con la dependencia de recursos no renovables.

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El aumento de la venta de los coches eléctricos en el último año y las restricciones de circulación que ya se han implantado en algunas ciudades están favoreciendo este cambio a la movilidad eléctrica. Pero a pesar de ese creciente interés, aún existen muchas dudas entre la mayoría de conductores. Algunos aún continúan preocupados por conducir este tipo de vehículos en condiciones climatológicas adversas, como una tormenta eléctrica; en caso de accidente, o el no sentirse seguro cargando un vehículo eléctrico. Por ello, hemos decidido desmentir algunos de los principales mitos que rodean a este tipo de vehículos.

Mitos:

¿Llevar un coche eléctrico a un túnel de lavado genera peligro de electrocución? A todos nos han enseñado a no mezclar jamás electricidad y agua, pero cuando se trata de un vehículo eléctrico, es completamente seguro meterlo en un túnel de lavado y tampoco existe ningún riesgo adicional por conducir en una tormenta eléctrica.

La reparación de un vehículo eléctrico es más sencilla. Esta afirmación es cierta, pero no del todo ya que algunas averías demandan mayor cualificación. Se precisan operaciones adicionales a las de un coche de combustible normal: puesta en seguridad del sistema de alta tensión, por un técnico especialista en riesgos eléctricos, HVT; desconexión del sistema de enfriamiento, mangueras y otras conexiones; y verificación del aislamiento y de la ausencia de tensión.

En caso de accidente, el vehículo electrificado es menos seguro y arde. Arde, pero también lo hace un vehículo de combustión tradicional. La realidad es que los coches eléctricos se someten a las mismas rigurosas pruebas que los automóviles de gasolina y diésel y cumplen con los mismos estándares de seguridad.

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La reparación de la carrocería de un eléctrico es menos segura. No, los procesos son los mismos y, por lo general, las técnicas de reparación no difieren. A pesar de ello, se necesita una formación mínima para poder evaluar la seguridad de la reparación e identificar los sistemas eléctricos.

Los coches eléctricos son más caros. Falso. Cada vez son más las opciones asequibles y menos las piezas que producen fallos. ¿La realidad? Los coches eléctricos son mucho más baratos de mantener que los vehículos de combustible convencional y esto unido a la introducción de nuevos diseños, materiales y al incremento de venta de este tipo de vehículos en los últimos años, ayudará a reducir todavía más los precios a corto plazo.

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Realidad:

Se necesita personal cualificado en los talleres para reparar las averías en este tipo de coches. Cierto. Los vehículos eléctricos requieren una determinada formación y herramientas específicas.

La batería representa la mitad del coste de un coche eléctrico. La realidad de este tipo de coches eléctricos es que se trata de un negocio potencial que está en pleno crecimiento. Por eso hasta el momento el precio de la batería era aproximadamente la mitad del precio total del vehículo. Pero esto ya está en proceso de cambio. De hecho en 2019 el precio de las baterías comenzó a reducirse ligeramente por el aumento del tamaño de los pedidos. El aumento de ventas, el aumento de la capacidad de las baterías y los constantes avances de este tipo de vehículos irán reduciendo todavía más los precios a corto plazo.

El coste del mantenimiento es menor. Esta es una realidad indudable. Los coches eléctricos tienen muchas menos piezas que los que llevan motores de combustión o de explosión. Además, la mayoría de esas piezas de las que prescinden son las que están sometidas a más desgaste, de modo que el mantenimiento de un coche eléctrico resulta más sencillo.

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