«Asturias tiene que ser protagonista del impulso reformista del Gobierno»

-Es la ministra que más está visitando Asturias...

-Sin duda, por las competencias del ministerio, Asturias es uno de los territorios que más visito. También porque se dan las condiciones para que podamos proyectar la agenda que desarrollamos.

-En esta ocasión ha venido junto al presidente del Gobierno para presentar la Ley de FP. ¿Qué va a cambiar con ella?

-Supone un gran paso. Ya habíamos iniciado un cambio importante hace tres años, para dignificar la FP, para dotarla de recursos. Hemos ampliado plazas, la hemos dotado de nuevas familias y, sobre todo, con la ley lo que hacemos es situar en el mapa la importancia que tiene para cubrir prácticas profesionales que no cubre la universidad. Va a tener impacto en reducir la tasa de abandono escolar y el desempleo juvenil, que es altísimo. La propia ley justifica la legislatura, como ha dicho el presidente.

-No pudo asistir al anuncio del proyecto de Arcelor, en el que usted está directamente involucrada. El presidente del Principado lo calificó de «parteaguas de la historia industrial de Asturias». ¿Qué supondrá?

-Supone un ejemplo de que se puede hacer una transición con una empresa que es un icono en esta región. Va a suponer que Asturias se convierta en un polo de innovación, de sostenibilidad y que mire al futuro con optimismo. Creo que esto faltaba aquí. Por eso he venido mucho. Creía necesario trasladar nuestro impulso reformista, en el que Asturias tiene que ser protagonista.

-Serán 1.000 millones. La compañía espera lograr 500 de financiación pública. ¿Cómo se articulará la llegada de fondos?

-Estamos trabajando con Arcelor para dotar de recursos a este proyecto. Es uno de los que España ha elegido para presentar a los IPCEI europeos, para entendernos, los PERTE europeos, y eso hace que pueda acceder a un volumen de instrumentos mayor y que las ayudas que pueda ofrecer el Gobierno también sean mayores. Arcelor ha elegido a España, ha elegido a Asturias y también a Sestao, y eso significa que somos competitivos. España quiere estar en la 'Champions League' de toda la transformación industrial. La podemos hacer con éxito. Es un 'win-win'. Arcelor, Asturias y España, con todo el tejido que Asturias y País Vasco suman, podemos liderar una transición de la industria que se basa en la sostenibilidad, en la digitalización y que sin duda supone el principio de esa revolución industrial 4.0 en la que queríamos ser protagonistas. Con este proyecto lo vamos a ser.

-Los plazos son muy ajustados. Arcelor quiere tener la planta en marcha en 2025. ¿Llegará el dinero a tiempo?

-Estamos trabajando con una agenda de inversión en tres años. En el propio presupuesto de 2021, también en el de 2022 y 2023, vamos a comprometer recursos. No estamos hablando de humo, estamos hablando de líneas de financiación, de convocatorias, como ya hemos sacado en industria. En agosto hemos sacado dos líneas que suman cerca de 200 millones de euros enfocadas a la digitalización, a la sostenibilidad, y esa es la mejor certeza que podemos dar a las empresas, que no solo recibimos los fondos sino que somos capaces de ejecutarlos. El Gobierno va a estar a la altura para que todos los proyectos que quieran sumarse encuentren recursos.

-¿Qué capacidad tractora augura? ¿Llegarán los fondos a las pymes?

-Es uno de los proyectos de país. Los fondos no tratan de financiar solo a las grandes compañías, sino que se beneficie a la pequeña y mediana empresa. Este Gobierno ha trasladado al plan de recuperación la cohesión territorial. Hablar de Asturias es hablar del impulso económico en esta región, que necesitaba de buenas noticias, porque aquí la reindustrialización, la transformación de la industria, teniendo en cuenta la herencia que tiene, es más compleja. Eso hace que seamos sensibles. Los fondos europeos tienen que servir no solo para generar riqueza, sino también para redistribuirla .

-Varias industrias básicas, como la siderúrgica o la cementera, reclaman a la UE un arancel ambiental. ¿Qué posición tiene el Gobierno?

-Somos impulsores. Lo reclamamos, sobre todo junto a Francia. Queremos hacer una transformación de nuestra industria sobre la base de la sostenibilidad, pero que sea justa. Tenemos que reclamar a los que todavía ven esto del cambio climático como algo ajeno que sean sensibles y qué mejor manera que proteger a nuestra industria siderúrgica, que está cumpliendo con los objetivos de cambio climático.

-En Asturias se reclama un mejor trato para su industria. Lo han hecho los sindicatos con movilizaciones, lo piden también los empresarios, incluso el Gobierno regional, también socialista. ¿Comprende ese malestar?

-La mejor respuesta a esta crítica son los hechos, como que el presidente del Gobierno haya presentado aquí la Ley de FP; el acompañamiento que estamos realizando a la inversión de Arcelor; a otras industrias a través de ayudas, como a las electrointensivas, o las inversiones, no solo en la industria, sino también a través del turismo. En julio aprobamos dos planes de sostenibilidad turística por 1,6 millones de euros para Avilés y Aller. También el anuncio reciente de la ampliación del Museo de Bellas Artes, 5,9 millones de euros. Creo que no solo la sensibilidad del Gobierno, sino el hecho de que podamos anunciar estas inversiones, justifica que Asturias está en nuestra agenda y que somos muy sensibles a lo que pasa aquí, a una transición que hay que hacer y todo lo que supone pasar de una herencia del carbón a energías limpias. Esa sensibilidad está en el programa del Gobierno.

-Sin embargo, no se tuvieron en cuenta las alegaciones asturianas al estatuto para las electrointensivas, como distinguir a las hiperelectrointensivas.

-Este Gobierno, nada más llegar, puso el estatuto del consumidor electrointensivo en la agenda. Se hablaba mucho de esas empresas, pero no había un instrumento que las dotara de certezas. Todos queríamos que fuese muy ambicioso, pero la Comisión estableció una serie de líneas rojas y no nos dejó hacer esa diferenciación. Eso redujo la ambición del estatuto, pero contar con él es positivo. Lo que estamos haciendo es dotarlo de un presupuesto que dé seguridad y eso pasa por desarrollar los nuevos instrumentos: la compensación de cargos, los avales para cerrar contratos bilaterales... Y reforzar los que ya estaban, como las compensaciones por el CO2, que hemos pasado de los seis millones de euros que yo tenía en el presupuesto, a 189 en 2019 y 179 que vamos a tener en 2020. Se le puede reprochar al Gobierno más ambición, pero hemos pasado de no tener nada a tener un esquema de incentivos que responde a la necesidad de dar certezas a esta industria. Y tenemos que hablar de compensación, pero también de inversión productiva. El plan de recuperación ha puesto como prioridad la modernización de nuestro tejido productivo. El Gobierno, con hechos, ha demostrado que la industria es una de nuestras prioridades.

-La energía no es competencia de su ministerio, lo es del de Transición Ecológica. ¿Se producen tensiones con él?

-La vicepresidenta tercera es muy sensible. A la hora de abordar el problema del aumento del precio de la luz, en su comparecencia, igual que hablaba de las familias hablaba de la industria. La sensibilidad de su ministerio es un hecho. El proyecto del hidrógeno de Arcelor lo lidera Transición Ecológica y nosotros somos los que acompañamos, aportamos la visión industrial. Nos reforzamos.

-Ante esta escalada del coste eléctrico, ¿qué medidas plantean para la industria?

-El incremento del precio está afectando a todos los países y eso hace que la diferencia de competitividad apenas se haya movido. El presidente ha fijado un objetivo: reducir el precio a los niveles de 2018. Hemos tomado ya medidas, como la bajada del IVA o la suspensión del impuesto a la generación del 7%, y nosotros hemos incrementado en cien millones las subvenciones a la industria a través de las compensaciones de CO2. No es suficiente. Estamos analizando todos los mecanismos necesarios. Creemos que es un objetivo que se puede alcanzar.

-Uno de los proyectos es el fondo de sostenibilidad, que sacaría de la factura eléctrica unos 7.000 millones para repartirlo entre todos los actores energéticos. La industria alerta de que subirá sus costes...

-El fondo es una propuesta que hizo un grupo de expertos en la legislatura de Mariano Rajoy y que está en proceso de debate en el Parlamento. Espero que haya consenso y la configuración de ese fondo se mejore. Hay un elemento que es positivo con respecto a la industria electrointensiva, que se incorporó en la Ley de Cambio Climático, una enmienda para que el 25% de todos los ingresos por CO2 se dedique a ella. A veces la industria se queja de algunos instrumentos y no pone en valor lo que sí hemos conseguido para reducir ese 'gap' de competitividad.

-Su ministerio está mediando con EE UU por los aranceles que ha impuesto a las compañías de aerogeneradores españolas, entre ellas Windar, a las que acusa de 'dumping'. ¿En qué situación está este caso?

-Es un tema que nos preocupa y que pude analizar tanto con la secretaria de Estado de Comercio del Gobierno Biden como con la US Trade. Esperamos que se revise el arancel que nos han puesto porque nos saca del mercado. Creo que estamos en condiciones de demostrar que competimos de una manera leal. Esperamos llegar a un acuerdo.

-La industria del naval reclama un PERTE para su sector. ¿Lo logrará?

-Estamos identificando los distintos sectores que podrían ser objeto de PERTE, el sector naval podría estar dentro del que hemos catalogado con el sector aeronáutico, el espacio... Comparten unas tecnologías que podríamos impulsar y avanzar en la identificación de proyectos, como el gemelo digital que está impulsando Navantia con Siemens.

-¿Estamos definitivamente en la senda de la recuperación?

-La recuperación ya está en marcha. Es sólida y todos los actores se han sumado a ella. Primero la industria, que ha sido la más resiliente, sin duda, pero ahora también el turismo, gracias al esfuerzo de vacunación en España y la gran solidaridad de la sociedad española, donde Asturias ha sido un referente. Asturias ha sido pionera en esos índices de vacunación y también en la fabricación de EPI, como los respiradores, también en la industria química y farmacéutica. Hay que reconocer a la sociedad asturiana y a la empresa asturiana su compromiso con España cuando más lo necesitábamos. Hemos salvado muchas vidas gracias a muchas empresas y a muchos asturianos que pusieron por delante el interés general.

-El sector turístico ha sido el más afectado por la pandemia. ¿Hacia dónde tiene que ir?

-Estamos abordando un proceso transformador. La pandemia nos obliga a mirar al futuro. No solo hay que recuperar flujos turísticos, también transformar el modelo, y Asturias es un referente. Tiene un modelo de turismo de alta calidad, basado en recursos extraordinarios, identitarios y esto ha hecho que este verano haya sido, como el año pasado, de las regiones más visitadas.

-¿Podrá la España verde mantener estos niveles en el futuro?

-Hay un elemento positivo, que se ha identificado Asturias como un destino seguro y eso ha hecho que mucha gente conociera la región. Y cuando uno conoce algo puede fidelizar el retorno de estos viajeros. Además, estamos viendo que la temporada de verano se está alargando. Lo más importante es la desestacionalización, ofrecer durante todo el año producto turístico.

-Se ha declarado el Rally Princesa de Asturias Fiesta de Interés Turístico Nacional, ¿qué supone?

-Es muy buena noticia porque significa un reclamo para que no solo los 120.000 seguidores que tiene el rally identifiquen Asturias como un lugar que visitar, sino que puedan venir más. A través del rally se ven las maravillas que tiene Asturias.