Las siderúrgicas europeas reclaman a Bruselas aranceles del 50% para el acero extracomunitario

El plan de Eurofer contempla un contigente de tipo cero —aunque inferior al actual mecanismo de salvaguardia—, que sería el mismo para todos los productos siderúrgicos y para todos los orígenes. Más allá de esa cuota, el arancel aplicado sería del 50%, señaló. Esas medidas, además, se aplicarían a todas las categorías de acero, incluidos productos derivados.

Para argumentar esta demanda, Eggert subrayó que, a pesar de la reciente revisión de los mecanismos de salvaguardia, los exportadores asiáticos lograron absorber el arancel fuera de cuota del 25% y mantenerse competitivos frente a la producción comunitaria. Esta situación se agrava ahora con la ofensiva arancelaria de Estados Unidos, que duplicó sus aranceles al acero al 50%, lo que amenaza con desviar aún más productos desde el mercado estadounidense a Europa y, al mismo tiempo, restringir el potencial de exportación comunitario. De momento, según subrayó, Edwin Basson, director general de la Asociación Mundial del Acero, el 40% de esta materia prima sigue moviéndose de un continente a otro.

Precisamente, ayer, el consejero de Hacienda, Justicia y Asuntos Europeos, Guillermo Peláez, mantuvo dos reuniones por videoconferencia con representantes de la ONG Climate Action Network (CAN) y de la federación sindical IndustriALL Europe, en el marco de la elaboración del dictamen sobre el acero que dirige Asturias en el Comité Europeo de las Regiones.

Máxima tensión

Mientras, el plazo impuesto por Estados Unidos para alcanzar un acuerdo comercial que evite la reactivación de unas barreras aduaneras sin precedentes expira mañana mismo. Y lo hace en un clima de máxima tensión, con apenas un par de pactos cerrados –con Reino Unido y Vietnam, además de una tregua con China– y un temor creciente a una nueva recesión global.

El presidente estadounidense, sin ningún reparo en dinamitar sus alianzas tradicionales, comenzó este lunes a enviar cartas formales a sus socios comerciales detallando los aranceles que se aplicarán a sus exportaciones desde el 1 de agosto. Los primeros en recibir el aviso fueron sus aliados estratégicos en Asia, Japón y Corea del Sur, cuyas mercancías serán penalizadas con un gravamen del 25% en ambos casos.

Por su parte, la Unión Europea trabaja contrarreloj para evitar la imposición de una medida similar. Bruselas hizo público ayer que la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, y Trump mantuvieron una llamada telefónica «positiva» el domingo.

Este contacto al máximo nivel revela las prisas de la UE por cerrar un «principio de acuerdo» que evite la guerra comercial total. Según detalló Bruselas, se está trabajando a «nivel técnico» con la esperanza de pactar un acuerdo que mantendría un arancel del 10% para la mayoría de productos europeos, que luego se pueda