Yolanda Díaz apuesta por reforzar la industria asturiana y hacerla más sostenible con los fondos europeos

Amable, cercana -se hizo fotografías con todo aquel que se lo pidió-, «casi en casa», como gallega que es, destacó el peso que tiene la industria en Asturias y abogó por adecuar los modelos productivos y encaminarlos para que hagan posible «un planeta habitable y tener trabajo decente». En este sentido, apuntó la necesidad de destinar los fondos europeos para ello, «como no nos lo tomemos en serio, no va a ser», advirtió.

Porque el camino no está exento de riesgos. «Es delicadísimo», reconoció, y también que se van a generar «tensiones». De ahí que defendiera que sea la Administración pública la que lidere el proceso de reindustrialización y prepare a los trabajadores para ello. «Por mal que esté Asturias, las condiciones del trabajo industrial hablan por sí solas», señaló, en referencia a la estabilidad y los mayores salarios con los que cuenta este sector.

La subida de los sueldos más bajos está siendo uno de los grandes caballos de batalla de la vicepresidenta segunda en los últimos meses. «He luchado mucho por ello», afirmó. Hoy se celebrará una nueva reunión para intentar acordar la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), que ella ha defendido en contra de la opinión de parte del Consejo de Ministros y, sobre todo, de la patronal española. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ya ha anunciado que se incrementará, aunque no cuánto. «Solo se habla de los salarios de los pobres, hablemos de los de los ricos. La gente que dice que no toca el SMI no tienen salarios de 1.000 euros, tienen cifras obscenas», censuró Díaz, como también que se niegue el incremento para los sueldos bajos mientras los convenios recogen aumentos del 1,5% o del 1,8%. «Pero se dice a los más pobres que sean más pobres».

Sin embargo, este otoño no solo será importante en clave salarial. Yolanda Díaz avanzó ayer que antes del 31 de diciembre el Gobierno va a acometer «las grandes reformas estructurales y las relacionadas con la reforma laboral». Esa será la prioridad de su gabinete en los próximos meses, un compromiso que, según aseguró, si no se cumple «tomaré la decisión que tengo que tomar, porque se está en política para cambiar las cosas». Eso pasaría por abandonar la política y volver a ejercer en su despacho como abogada, aclaró después.

Al hilo de la jornada, titulada 'Una utopía para un nuevo tiempo', la vicepresidenta abogó por utopías realizables, que permitan mejorar la vida de las personas, frente a una realidad que calificó de «distópica», con los mismos modelos y problemas que hace cuatro décadas, «pobreza laboral» y la imposibilidad de que las personas realicen proyectos de vida. «Es una posibilidad real de transformación, la utopía es la voluntad de construir una sociedad alternativa, que es posible. Distopía es Vox, es la no vida», aseguró.

Señalada por Pablo Iglesias para liderar la lista de Unidas Podemos en una nueva convocatoria electoral, guante que no ha recogido aún, Díaz también reconoció las tensiones que se generan en el Consejo de Ministros. Por ejemplo con el SMI, pero también en otros asuntos espinosos. «Si tuviéramos mayoría en el Gobierno es evidente que no tendríamos la Inspección de Trabajo que tenemos», afirmó, a pesar de que «está actuando como nunca», hasta el punto de que, según aseguró, «las empresas me amenazan casi por su actuación tremenda». De ahí que animara acudir a los tribunales si las normas no se están cumpliendo.

Pero a pesar de las limitaciones a su programa que supone el Gobierno en coalición, la vicepresidenta segunda puso en valor su gestión en el último año y medio de pandemia. «En la peor crisis económica y social del mundo hemos sido capaces ahora mismo de colocarnos en una tasa de paro juvenil inferior a la que teníamos», dijo, lo que demuestra «que cambiando las políticas se puede gobernar para la gente».

«Si hubiéramos optado por la aplicación de la reforma laboral del PP se nos hubieran desplomado seis millones de trabajadores y centenares de miles de empresas», señaló también la ministra.

Por su parte, el secretario general de Podemos en la región, Daniel Ripa, se mostró convencido «de que hay que quitar el pesimismo de Asturias para construir cambios estructurales que mejoren la vida de la gente» y para ello consideró «crucial» la posición del Ministerio de Trabajo «para romper la dinámica grabada en los cuerpos de las personas en trabajos que tenemos que son peor que los que tenían nuestros padres». Para emprender ese camino abogó por «hacer algo ahora, no dejar pasar el tiempo y hacer transformaciones porque sino es darles a los jóvenes un billete de ALSA a Madrid» y por recuperar el control de la economía, con la protección del empleo en industria «frente a las deslocalizaciones y movimientos especulativos».

Durante la jornada también participaron, entre otros, la secretaria de Organización de Podemos, Lilith Verstrynge, o uno de los fundadores del partido, Juan Carlos Monedero.