Dimiten una dirigente de la FSA y el presidente del PP de Sariego por un incidente con la Guardia Civil

La campaña electoral asturiana, que llegaba ayer a su ecuador sin grandes sobresaltos, se caldeó en la tarde del domingo al hacerse público que una dirigente de la Federación Socialista Asturiana (FSA) y el presidente del PP de Sariego, pareja sentimental, renunciaban a sus respectivas responsabilidades políticas tras ser detenidos en la noche del sábado y acusados de un delito de atentado a la autoridad tras verse envueltos en un altercado en Llanera. Ambos pasaron la noche en las dependencias de la Guardia Civil.

Se trata de la hasta ayer secretaria de Movilización y Dinamización de la FSA-PSOE, Pilar Huerta, y de su pareja, presidente del PP de Sariego e integrante de la candidatura local del partido, Ignacio Cifuentes. Los hechos, que tuvieron lugar en plena campaña electoral, generaron todo un revuelo interno en el seno de ambos partidos.

Pilar Huerta presentó ayer su dimisión del cargo y la baja voluntaria del partido en tanto en cuanto «se procede a la aclaración» de estos hechos, tal y como recoge la propia FSA en un comunicado hecho público a primera hora de la tarde, en el que se enmarca lo ocurrido en la esfera personal de la dirigente. Horas después él también habría informado al PP, según confirmaron fuentes de esta formación, su decisión de dimitir del cargo que ocupa como presidente del partido en Sariego, así como de su renuncia a formar parte de la candidatura local.

El incidente tuvo lugar en la noche del sábado, cuando la Guardia Civil de Llanera recibió una llamada indicando que se estaba produciendo un altercado en la calle. Al parecer, ese aviso fue realizado por un hombre que formaba parte de un grupo de personas que, según apuntó a los agentes cuando se personaron en el lugar, «estaban siendo molestados» por un hombre y una mujer. Esa pareja sería, según relataron a la Guardia Civil, la formada por Pilar Huerta e Ignacio Cifuentes. Se desconocen los motivos de la discusión entre ambos grupos.

Los agentes personados en el lugar trataron de mediar en el altercado e Ignacio Cifuentes mantuvo una discusión con ellos, llegando a producirse un forcejeo, por lo que fue detenido por atentado contra la autoridad y trasladado al cuartel. Cuando el hombre se encontraba en dependencias de la Guardia Civil, se acercó hasta el mismo lugar su pareja, la dirigente socialista Pilar Huerta, en un estado «bastante alterado», según testigos presenciales, recriminando a los agentes la detención de su pareja.

La dirigente socialista llegó a golpear la puerta de entrada al cuartel mientras gritaba, lo que llevó a los agentes a proceder, también, a su detención por atentado contra la autoridad, según apuntan fuentes de la Benemérita. Ambos pasaron la noche detenidos en dependencias del cuartel de Llanera.

Tras ser puestos en libertad, Pilar Huerta informó de lo sucedido a la Federación Socialista Asturiana y les comunicó su decisión de renunciar a sus cargos hasta que se esclarezcan los hechos. La FSA emitió un escueto comunicado informando de la baja voluntaria de Pilar Huerta «a raíz de unos hechos personales» y a la espera de que se esclarezcan los mismos.

Ante estos hechos, el secretario general de la FSA-PSOE, presidente del Principado y candidato la reelección, Adrián Barbón, calificaba de «un buen paso» la decisión de Huerta de dimitir. «Los socialistas tenemos un listón muy alto de comportamiento y ante la mínima duda, hasta que las cosas se clarifiquen, yo creo que es un buen paso», comentó Barbón durante su visita a El Llano junto al candidato del PSOE a la Alcaldía de Gijón, Luis Manuel Flórez 'Floro'. «Eso en otros partidos no pasa, ni mucho menos», apostilló el líder socialista antes de que se hiciera público que la pareja de Huerta, presidente del PP de Sariego, también renunciaba a su cargo. «En política tenemos que saber estar y tener esos gestos contundentes», añadió el candidato socialista, quien aseguraba ayer desconocer los detalles de lo ocurrido, pero defendía que la decisión de Huerta le permite ahora aclarar ese «altercado» en el ámbito privado.