Los partidos coinciden en recuperar el talento emigrado y fomentar la natalidad

También hubo un roce importante cuando la representante del PP, Cristina Vega, expuso la propuesta de su partido de dotar a la Consejería de Medio Rural de capacidad de veto sobre las decisiones de otros departamentos, lo que originó una respuesta contundente por parte del vicepresidente del Principado, Juan Cofiño, que argumentó que «para algo se reúne el Consejo de Gobierno; cada consejero puede exponer sus criterios, pero un derecho a veto supondría una figura legal que no existe en todo el derecho comparado occidental y obligaría a una modificación de mucho calado». Vega, también criticada por José Suárez Arias-Cachero (Foro), Xune Elipe (Podemos) y Faustino Zapico (IU), precisó que se trata de evitar que decisiones de otras consejerías puedan afectar negativamente a las politicas de medio rural.

En todo caso, definir el problema siempre es bueno para encontrar la mejor solución. Respecto a si la peor forma del reto demográfico es el marcado envejecimiento de toda Asturias o el vaciamiento de sus zonas rurales, los candidatos tuvieron discrepancias, si bien no enfrentamientos. Así, Sara Álvarez Rouco, de Vox, recordó que con una pirámide de población tan invertida como la asturiana hay que «motivar a las personas» para que tengan hijos, mientras que Vega (PP) apuntó que «el envejecimiento no es mala noticia por sí mismo, lo que lo es es la falta de relevo generacional».

Cofiño añadio que el problema de la baja natalidad es de Europa y de Occidente y recordó las medidas de fomento a la natalidad puestas en marcha por el Gobierno de Barbón, si bien indicó que son «lo que podemos hacer las administraciones. Pero tener un hijo es una decisión personal», influenciada también por el «nuevo papel de la mujer» en el ámbito sociolaboral.

Para Arias-Cachero (Foro) envejecimiento y vaciamiento territorial son «dos problemas distintos que generan una tormenta perfecta», y recordó que ya en 1993 «el ahora ministro Castells hizo un informe que le pidió el PSOE sobre el despoblamiento, en el que anunciaba ya lo que está pasando. Tras 30 años de desidia, no se han aplicado las medidas» por parte de los gobiernos del PSOE, y aprovechó para añadir que durante el mandato de Javier Fernández «Diego Canga decía que Asturias se veía bien desde fuera».

También de «tormenta perfecta» habló Xune Elipe, que dijo que sus efectos son que «en 20 años Asturias ha perdido 65.000 habitantes», y criticó que el proyecto de Ley de Reto Demográfico se haya «quedado en 'stand by'. Marcó distancias Elipe con Cofiño sobre las ayudas a la natalidad: «No funcionan, y en Extremadura ya se suprimieron en 2017». Pidió, en cambio, «que no sólo haya deducciones fiscales, porque se necesitan medidas estructurales y transversales» a todas las consejerías, con un «modelo de país claro y con vertebración entre el centro y las alas».

Zapico también matizó a Cofiño, y apuntó que en una zona rica, como la Lombardía italiana, la «precariedad laboral» de los trabajadores por cuenta ajena está haciendo que ocurra un fenómeno de baja natalidad similar al de Asturias, mientras que en países como Francia o Suecia, con retribuciones mejores, «más que se dobla la tasa de fertilidad», además de que «las parejas comienzan a tener hijos en la veintena, mientras en Asturias el acceso a la maternidad ronda los 32 años».

Más discrepancias hubo sobre si hay que fomentar la inmigración de extranjeros en Asturias, en particular por la postura de Vox, que postuló que «creemos que las ayudas a la inmigración no deben existir. Nosotros fuimos un país de emigrantes y nunca recibimos ayudas. Los inmigrantes tienen que venir con un proyecto de vida y de desarrollo económico, y hoy vienen con subsidios y pagas». El PP, por contra, consideró «tan importante una como otra» opción, si bien centró más en el Plan Retorna (esto es, en la recaptación de asturianos emigrados) su apuesta, con «un sistema de gestión integral para ayudar a los jóvenes y los profesionales consolidados a volver a Asturias, para lo que crearemos una oficina del retornado que les ayudará con todos los trámites y el acceso a la vivienda», entre otras medidas, lo que dio pie a Cofiño para ironizar, en buen tono, con Vega: «¿Nos habéis copiado el programa?». El vicepresidente recordó que estas ayudas «son necesarias, porque los ciclos de la natalidad son largos», de forma que la inmigración es, a corto y medio plazo, la parte del león de la solución. Habló Cofiño del Plan Retorno que el Principado aplicará y que también tendrá una oficina que ayudará a los retornados con «vivienda, empleo, trámites y todo lo necesario».

Por su lado, Arias-Cachero habló de que Foro tiene prevista una partida de «190 millones de euros, esto es, el 0,8% del presupuesto regional si se mantiene en los niveles actuales, para su «Plan Reencuentro, con el que traeremos a 15.000 jóvenes asturianos de esos 100.000 que están fuera, mediante ayudas a las empresas que los contraten. Son quienes están en la edad fértil», indicó, para hacer ver que esa medida tendrá especial incidencia en un alza de la natalidad, y vaticinó que «vamos a estar de acuerdo en muchas medidas», poniendo el acento en que «hay que desburocratizar, y más que bajar impuestos, eliminar la discriminación fiscal que sufre Asturias frente a otras comunidades y la aspiradora de Madrid».

Elipe, por su lado, insistió en la necesidad de «ahondar en nuestra capacidad de autogobierno con una visión global del territorio». Un ejemplo, las competencias en cercanías ferroviarias, que «tardarán mucho en negociarse», pero que hay que asumir para mejorar la conectividad de todo el territorio. Zapico insistió en luchar contra la precariedad laboral y subrayó que «hay que recuperar la Asturias productiva con empleo de calidad y servicios públicos.

Vox inició esta tanda señalando que el campo asturiano «tiene dos problemas: uno, que agricultores y ganaderos producen a pérdidas», y otro, «que los jóvenes ven el calvario de sus mayores y hay pocos herederos, poco relevo generacional», por lo que abogó por la «firmeza» por parte del Gobierno en las políticas de desarrollo económico rural.

Más concreta fue Vega, que también habló de «calvario» y anotó la necesidad de que «la Administrción ayude y proteja al productor, para que reciba precios justos», dicho lo cual lanzó una andanada de cañonazos a la línea de flotación socialista, a cuenta de la inclusión del lobo en el Lespre, el «polvorín que tenemos hechos los montes a base de no cuidarlos» y del «abandono total de la Asturias que fue el paraíso artificial gracias al mosaico que de ella hacían agricultores y ganaderos».

Cofiño, por su parte, recordó que fue ganadero durante cinco años en los 80 y que «la producción siempre ha estado en el borde que marca el mercado», por lo que las políticas y ayudas de la PAC son lo que «sostiene al campo», si bien apostó por «potenciar la industria de transformación alimentaria y apoyar las marcas de calidad y el turismo rural».

En este punto, Arias-Cachero contrapuso que «en el campo, más que ayudas lo que se necesita es que se les deje trabajar, es lo que notamos allá donde vamos. Propone Foro una medida de apoyo a los autónomos: «Todo el que resida en poblaciones de menos de 1.000 habitantes o en concejos de menos de 6.000 tendrá la cuota de autónomos bonificada hasta 3.000 euros anuales», con el propósito de fomentar la permanencia en zona rural de «los chigres tienda, los taxistas, los autónomos de la construcción o de la agroalimentación». Y aprovechó para lanzar otro punto que dio lugar a posturas encontradas: «Ayer fui a un mitin a La Espina (Tineo). Desde Oviedo, más de un tercio del trayecto estuve sin conectividad» de móvil e internet. Hubo al respecto un cruce de opiniones entre Cachero y Cofiño, en el que acabaron participando todos y que se solventó con una simpática invitación del de Foro al socialista a «ir a comer a Casomera (Aller) y ver la cobertura que hay allí».

Podemos añadió a las necesidades del entorno rural «una banca pública con oficinas y cajeros en todo el territorio, y donde no se pueda, habilitarlo mediante acuerdos con Correos», así como aprovechar «los recursos endógenos, la agricultura, los alimentos y el paisaje» y «dinamizar socioculturalmente el entorno rural», con apoyo a iniciativas como algunas que citó: «El Prestosu Festival, La Librería de Pimiango, La Benéfica o El Llacín de Porrúa».

Zapico, por su lado, también abogó por una banca pública «con créditos blandos» y el desarrollo del modelo de cooperativas, así como «potenciar la marca Asturias» y aprovechar que Asturias «tiene la mayor mancha quesera de Europa y eso no es conocido fuera».

«El Leader funciona muy bien en Asturias, pero, como todo, es mejorable». Con esta frase de Cristina Vega se resume bien el intercambio de opiniones al respecto de la red de Desarrollo Rural. Reader es la red regional que mayor proporción de fondos europeos gestiona en todo el país, y eso se percibe en cómo la conceptúan los partidos.

Vega, dentro de esas mejoras, propone ahondar en medidas como «el tique rural, que debería tener la convocatoria abierta todo el año, no solo en determinados momentos».

Cofiño recordó que Reader ha apoyado «y financiado más de 3.000 proyectos de emprendedores» y que además se ha incrementado la ayuda a la incorporación de nuevos agroganaderos o de quienes hereden explotaciones agroganaderas hasta los 100.000 euros.

Foro admitió que la red de desarrollo rural «es indiscutible que tiene cosas interesantes, pero también que en zonas como la Montaña Central no ha funcionado», e insistió: «Me preocupa la mentalidad: si pensamos que todo está bien vamos a tardar más en solucionar los problemas».

Por su lado, Xune Elipe aseveró que la red «lo hace bien con margen de mejora y con incidencia real en el territorio». Dentro de ese margen de mejora, Elipe pidió un «plan de apoyo a los oficios y modos de vida tradicionales, que además generan turismo de calidad y bienestar en los territorios, y ayudas específicas a los chigres tienda y otros servicios», en tanto que Faustino Zapico también optó por el «bien, pero mejorable». Dijo que «ha de apostar más por la economía de cercanía -ya no solo la red, sino toda la Administración- y hay la necesidad de reducir la burocracia social y el océano de papeleo que lastra al emprendedor rural».