La coalición PP-Foro gana en Asturias y el PSOE supera por poco a Podemos

La coalición formada por Partido Popular y Foro se impuso ayer en las elecciones generales en Asturias, aunque perdiendo un importante caudal de votos en comparación con los comicios de 2011, a las que concurrieron por separado, mientras que el PSOE conservó por poco la segunda posición, vigilado de cerca por Podemos. La alianza de la derecha se lleva así tres de los ocho escaños en juego en el Congreso y la hegemonía en el Senado, por dos de los socialistas y de la formación morada, respectivamente. El escrutinio otorgó a Ciudadanos el último diputado en liza, el mismo que perdió IU-Unidad Popular, que se queda así sin su histórica representación en Madrid.

¿Sufre el bipartidismo una erosión en Asturias? Evidentemente, a la luz del recuento. ¿Se desploma sin remedio? No. En 2011 populares y socialistas obtuvieron seis escaños y en esta ocasión son cinco, con la diferencia de que Foro, que entonces logró un parlamentario propio, se presentó esta vez en coalición con el PP. Sí hay un impulso notable de las formaciones emergentes, con Podemos prácticamente alcanzando al PSOE y consiguiendo el mismo número de escaños, dos, y con Ciudadanos asomando la cabeza en Madrid desde la circunscripción asturiana, pero no una sacudida de proporciones imprevisibles. El escenario es, en realidad, bastante parecido al nacional.

La victoria de PP y Foro parecía una hipótesis bastante plausible -el PSOE se pasó toda la campaña cargando contra esa alianza, prueba evidente de que le inquietaba- y la encuesta del CIS así lo había apuntado. El resultado es holgado, pero la merma de apoyos también es notable. Por separado, las dos organizaciones de la derecha contaban hasta ahora con cuatro diputados y el aval de más de 316.000 asturianos. En coalición se quedan en tres y con el respaldo de 186.000 votantes. Juntos ni siquiera llegan a conseguir los sufragios que los populares se anotaron en solitario hace cuatro años, casi 224.000. La victoria es indiscutible pero los dirigentes de ambas formaciones tampoco pueden caer en un exceso de triunfalismo. Lo que sí es un hecho es que Susana López Ares, Isidro Martínez Oblanca y José Ramón García Cañal en el caso del Congreso y Ovidio Sánchez, Mario Arias y Rosa Domínguez de Posada en el Senado representarán a la coalición en el debate político nacional.

Quizá quien menos razones tenga para la celebración, con la excepción de IU, que se queda fuera del Congreso, sea el PSOE, que pierde más de 40.000 votos y ni siquiera puede consolarse con el sabor, aunque fuese agridulce, de una victoria. Los socialistas se quedan con la segunda plaza con una diferencia bastante escasa sobre Podemos, cuya efervescencia ha dañado notablemente las expectativas de la candidatura encabezada por Adriana Lastra. Los ataques dirigidos durante la campaña a la formación morada, centradas en su actuación en el Ayuntamiento de Gijón permitiendo un gobierno de Foro y en la posibilidad de que acabe convirtiéndose en un apoyo para la derecha, no han cuajado y no parecen haber sido bien recibidos por el electorado. La consecuencia es que solo Adriana Lastra y Antonio Trevín, que repite, tendrán un hueco en el Congreso, mientras que Vicente Álvarez Areces continuará como única voz de la organización asturiana en la Cámara Alta.

Dos puntos de distancia

Podemos acabó la noche precisamente pisando los talones socialistas, con una distancia entre ambos de apenas dos puntos, unos 12.000 votos. Son dos escaños, los mismos que el PSOE, pero las sensaciones son distintas teniendo en cuenta que la formación morada comparece por primera vez en unas generales y, por tanto, surge de la nada. El escrutinio sitúa a Sofía Castañón y Segundo González en el Congreso y genera un escenario de equilibrio de poderes entre las dos principales formaciones de la izquierda asturiana de imprevisibles consecuencias tanto en el cortísimo plazo -sobre la mesa está el desenlace final de los presupuestos regionales de 2016- como en el medio y el largo, a la expectativa de comprobar cómo esta nueva realidad -el declive de unos y el crecimiento de otros- impacta sobre el devenir diario de la vida política de la comunidad.

A buen seguro que en la pérdida de apoyos de la coalición Partido Popular-Foro tiene mucho que ver la irrupción de Ciudadanos, que logra un escaño en la persona de Ignacio Prendes. La trayectoria de la formación naranja en estas elecciones presenta bastantes similitudes con su evolución nacional. El proyecto cuaja, sí, pero quizá por debajo de las expectativas. Su resultado, por encima de los 83.000 votos, es, con todo, bastante notable.

Y la mayor de las decepciones se instala en el seno de IU, que frustrado su proyecto inicial de una alianza de la izquierda alternativa que incluyese a Podemos acabó presentándose bajo una marca, Unidad Popular, que no ha cumplido las expectativas -apenas por encima de los 52.000 votos- y deja a Manuel González Orviz fuera del Congreso. Izquierda Unida pierde por segunda vez su histórico diputado por Asturias, el que en su momento recuperó Gaspar Llamazares y que ahora vuelve a quedar vacante.

Habrá que ver, además, qué impacto puede tener este resultado en clave interna, teniendo en cuenta tanto el resultado cosechado ahora por Orviz -coordinador general de la organización- como su derrota previa en las primarias de las autonómicas frente a Llamazares, y el hecho de que el actual portavoz en la Junta General del Principado sí fuese capaz de resistir en esos comicios del pasado mes de mayo el empuje de Podemos y mantener los cinco diputados con que contaba la coalición en el Parlamento regional.

Lejos, muy lejos de la representación parlamentaria se queda UPyD, hasta hace bien poco una de las alternativas al bipartidismo y ahora superado incluso por el Partido Animalista contra el Maltrato Animal. Ni Vox ni Escaños en Blanco, las siguientes en el escalafón, tuvieron la más mínima posibilidad.

El desenlace del 20-D, con una participación que en Asturias creció 6,5 puntos hasta llegar al 71,1%, es parcial, a la espera del postpartido negociador. Pero será interesante comprobar cómo el resultado de anoche y singularmente el equilibrio de fuerzas entre PSOE y Podemos incide sobre Asturias, con un Ejecutivo socialista sin apoyos suficientes y la formación morada en la posición de permitir, o no, que prosperen sus proyectos clave.