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Hernán Rosselli, en el Photocall del Muro de San Lorenzo. Damián Arienza
Festival Internacional de Cine de Gijó (FICX)

«La industria del cine está paralizada en Argentina»

Hernán Rosselli compite en Retueyos con 'Algo viejo, algo nuevo, algo prestado', que mezcla imágenes reales de una familia con una ficción de apuestas ilegales

M. F. Antuña

Gijón

Sábado, 16 de noviembre 2024, 21:15

Malos tiempos para el siempre pujante cine argentino, que ha de adaptarse al mandato de Javier Milei. «Es un año muy difícil para el país ... y para el cine», resumía el realizador Hernán Rosselli, que participa en la sección Retueyos del FICX con 'Algo viejo, algo nuevo, algo prestado' y que lamentaba este sábado en un encuentro con la prensa lo que está ocurriendo a orillas del Río de la Plata. «La industria del cine está completamente paralizada como sucedió hace cuatro años en Brasil con Bolsonaro, pero es que además hay un ataque constante mediático al mundo del cine», relata. Desde la derecha populista de Milei –sostiene– se lanzan mentiras respecto al séptimo arte con el único ánimo de justificar los recortes.

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Dicho esto, no es fácil componer relatos: «Hacer una película es el trabjo de tres o cuatro años, hay que sostener ese deseo de hacerla durante mucho tiempo, y es mucho esfuerzo y estrés». Eso siempre. Más ahora, con el Fesival de Mar de Plata en otra dimensión diferente. Muchos cineastas han decidido retirar sus películas y poner en marcha un festival alternativo bautizado como Contracampo. No se rinden en su defensa de un cine que ha estado apoyado por las instituciones. «El cine argentino es de una excepcionalidad y una potencia importante y eso es fruto de las políticas públicas», reflexiona el cineasta. No tira la toalla en todo caso: «Esta gente viene a poner en crisis todo eso, pero vamos a defenderlo».

Trabaja como editor este director, que pese a todo ha logrado sacar adelante la película que este sábado se proyectó en el FICX. Todo surgió a partir de su relación con la protagonista, Maribel Felpeto. Se conocían de la escena artística y ella le habló de las grabaciones de su padre realizadas desde finales de los ochenta al 2000. «Me lo muestra con la idea de hacer algo juntos y cuando vi el material me di cuenta de que no eran simples 'home movies', era más el material de un cineasta amateur, no el de un padre filmando a la familia», revela. Ve con claridad una película, conoce a los padres de ella por separado y comenzó ya a gestarse una película en la que los Felpeto, una familia muy apacible bonaerense, se pasa en la ficción al hampa de las apuestas ilegales. «Venía del documental y me apetecía ficción y pensamos 'hagamos nuestra propia versión de 'El padrino'», revela el director. Maribel no tenía claro cómo podría ser poner a actuar a sus padres, pero al final ocurrió el milagro. Lo curioso es que esta ficción tiene mucho de la propia realidad del director. «Cuando mis padres se separan, había un banquero poderoso, el Chino, que se acerca a mi madre para ofrecerle ayuda y mi madre comienza a trabajar computando apuestas, de modo que conocí ese mundo bastante de cerca», revela. Influenciado por ese acercamiento y por el cine de gánsteres, surge la idea que ha conducido hasta aquí.

Hay ya un nuevo proyecto en la cartera que aportará una mirada singular sobre el mundo carcelario. «Es una película en la que vengo trabajando de forma paralela con esta, Pedro Palomar y Sabino Soria se conocieron en la cárcel, el primero fue ladrón de bancos y el segundo estuvo preso veinte años por un crimen que no cometió y la película va a ser un retrato de esa relación y como en esta película lo biográfico se cruza con lo ficcional», anuncia.

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