«La categoría 'cider' está creciendo, pero no siempre es sidra»

El Gaitero despide 2020 con un recado icónico: 'que le den'. Su mensaje cierra el año de su 130 aniversario en que muchos proyectos quedaron en lista de espera.

-Han cumplido 130 años. ¿Qué hay de tradición y de modernidad en El Gaitero a día de hoy?

-El núcleo de la empresa se mantiene intacto, entendido como el carácter familiar de la empresa, que la sidra sigue siendo nuestro principal producto y siguen vigentes los valores de los fundadores: el arraigo a la tierra, el compromiso con el entorno económico, geográfico y social y con la familia. Todos son aspectos que no debemos perder. En cuanto a la innovación, la entendemos como parte de la tradición, pues siempre hemos intentado estar al día en las últimas tecnologías, innovar en calidad y conocer al consumidor y adaptarnos a sus gustos.

-La situación provocada por la covid es inédita, pero en 130 años de historia han atravesado otras crisis sanitarias y hasta guerras. ¿Qué les dice la experiencia esta vez?

-Que hay que tener prudencia e intentar ver las cosas con un poco de perspectiva. Por esta situación hubo que hacer cambios rápidos en la manera de organizarse, supongo que no es la primera vez que se tiene que actuar así, pero la diferencia es que ahora tenemos la información más rápido y podemos actuar en consecuencia. Lo que no hay que tomar es decisiones demasiado trascendentales, ahora es mejor ser reflexivos e intentar guardar la calma.

-¿Existen complejos a la hora de consumir sidra en Asturias en cuanto a los momentos de consumo o en comparación con otras bebidas?

-En Asturias, cuando se habla de sidra, nos referimos a la natural. Otra cosa es hablar del consumo de sidra espumosa tanto en nuestra región como en el resto de España, pues me atrevería a decir que es el principal producto escogido para celebrar, excepto en Cataluña probablemente. Dicho esto, que hay gente que todavía habla de manera despectiva con respecto a la sidra que no es la natural, pues sí, pasa, pero se debe a no conocer; solo hay que ver la normativa española con respecto a la sidra, que es la más estricta que hay en el mundo.

-El mercado sidrero está creciendo aquí y el mundo. ¿Hacia qué tipo de producto se está inclinando la balanza?

-Está creándose un nicho de mercado con una nueva categoría, las 'ciders', que la normativa sidrera de España aún no contempla. Así que las empresas sidreras hacemos sidra y las cerveceras, 'ciders'. La categoría está creciendo, pero no siempre es sidra. A lo que estamos tendiendo las empresas sidreras es a adaptar nuestros productos a los gustos de esa categoría sin perder la esencia de la sidra.

-¿Qué son las 'ciders'?

-La mayoría tienen un porcentaje de manzana pequeño, por lo tanto son productos más suaves y ligeros. Lo que creo que hay que hacer es buscar el equilibrio entre hacer un producto acorde a la filosofía de empresa y adaptarlo al gusto del consumidor.

-Las últimas novedades de El Gaitero atienden a nuevos formatos y sidras sin alcohol, ¿el objetivo es ampliar el abanico de posibilidades?

-Queremos desarrollar la mayor variedad de sidras para adaptarnos a la mayor variedad de consumidores, lo que implica distintos formatos, modos de elaboración, manzanas y mezcla con otras frutas. Hay veces que cuando pensamos en un producto nuevo pensamos por otro lado en que ya tenemos tanto que es difícil meter otro.

-Pero sin idea de parar, ¿no?

-No. Lo que hicimos, por poner un ejemplo, con las tres sidras naturales espumosas que tenemos en denominación de origen fue enfocarlas a distintos mercados. No fue fácil renunciar a productos que ya estaban asentados, pero nos parecía que había que dedicar cada producto a su segmento más adecuado: El Gaitero Etiqueta Negra quedó para supermercados, Pomarina para hostelería y pequeño comercio y Valle, Ballina y Fernández para tiendas especializadas y alta restauración.

-¿Hasta cuándo harán dulces navideños esta campaña?

-Ya terminamos, acabamos siempre a partir de la semana de Nochebuena. Empezamos tras las fiestas del Portal, en septiembre, con el turrón duro y blando, los que más aguantan, y dejamos para el final lo que lleva yema.

-¿Cómo se gestó el anuncio de Navidad y el mensaje 'que le den a 2020'?

-No sabíamos qué íbamos a hacer porque estamos teniendo una política de ahorro, como todas las empresas porque no sabemos qué va a pasar con los ingresos. Cuando hay una persona o equipo experto en una materia, a mi me gusta dejarlo libre, a la agencia le dije que no lo haría 'spot' nuevo por ahorrar, pero que nos trajeran propuesta con el presupuesto que podríamos tener. Nos mandaron tres opciones: una centrada en el 130 aniversario, otra con balcones y aplausos y una tercera, que llamaban la disruptiva porque era algo que choca y más siendo nosotros una empresa tradicional. Se grabaron dos finales: 'que le den' y 'porque se acabe', que era menos llamativo. A mí fue el que más me gustó con diferencia, pero también me daba miedo porque podía herir susceptibilidades, lo compartimos con casos que habían tenido un año bueno y especialmente malo y les pareció buena idea, así que nos atrevimos.

-¿Qué le pide a 2021 a nivel empresarial?

-Me gustaría poder llevar a cabo proyectos truncados. En abril íbamos a lanzar un nuevo producto para la categoría 'cider'. Esperemos que en 2021 pueda ver la luz y nosotros sigamos cumpliendo años.