Los Premios Agroalimentarios destacan«la excelencia» de los productos asturianos
Escanda Asturiana Speltastur, Heladerías y Turrones F. Verdú, la IGP Chosco de Tineo y Picofino, distinguidos en la cuarta edición
«El primer sector es fundamental para la economía asturiana y por ello es preciso seguir apostando por estas producciones». Marcelino Marcos Líndez, consejero de Medio Rural y Política Agraria del Principado, abogó por la promoción y el traslado de los conocimientos fuera de nuestras fronteras. Lo hizo ayer en el transcurso del acto de entrega de los IV Premios Agroalimentarios de Asturias, organizados por EL COMERCIO con el patrocinio del Gobierno del Principado, a través de la Consejería de Medio Rural y Política Agraria, Alimerka y Unicaja, con la colaboración de la Cámara de Comercio de Gijón. Un acto, presentado por la periodista de EL COMERCIO Jessica M. Puga que cumple ya su cuarta edición y sirvió ayer para abrir la feria Agropec.
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El ingenio para aprovechar un producto ya casi perdido es uno de los baluartes de Escanda Asturiana Speltastur
Escanda Asturiana Speltastur, la IGP Chosco de Tineo, Picofino y Heladerías y Turrones F. Verdú fueron este año los distinguidos con este galardón en las categorías de Producto ecológico, Alimentos del Paraíso, Innovación y Trayectoria, respectivamente. Unos recorridos diferentes, pero con una labor en común: sacar Asturias adelante y dar a conocer toda la excelencia de los productos del primer sector de esta tierra.
El ingenio para aprovechar un producto ya prácticamente perdido es uno de los baluartes de Escanda Asturiana Speltastur, el proyecto que nació hace un cuarto de siglo de la mano de Fernando y María, dos compañeros de trabajo centrados por aquel entonces en el sector turístico.
Así lo contó Fernando Farpón Álvarez, encargado de producción de la empresa, que recogió el premio de la mano de Octavio Villa, responsable de Proyectos Editoriales de El Comercio. «Empezaron a investigar en profundidad acerca de un cereal del que no había apenas información». El primer paso fue un estudio de mercado. Luego, vinieron la multiplicación de las semillas, el montaje de una infraestructura de industria e iniciar «alianzas de agricultura, sacándolas fuera de Asturias». Lejos de nuestras fronteras encontraron la tecnología apropiada y poco a poco el proyecto inicial fue tomando forma. Lo que comenzó con cuatro sacos y una cochera es hoy una producción de más de 700 hectáreas. «La escanda es una gran desconocida», se lamentó Farpón. Afortunadamente, esto está cambiando.
El loncheado y las medias piezas son los próximos retos de IGP Chosco de Tineo, que apuestan por el esfuerzo conjunto
«El chosco es muy versátil, puede combinar con una ensalada o formar parte de un postre». Esa es una de las muchas virtudes de un producto netamente astur al que se dedican siete productores. Agustín Menéndez, presidente de la IGP Chosco de Tineo, recogió el premio en la categoría de Alimentos del Paraíso, de manos de Paula Díaz-Caneja Gutiérrez, responsable de Medioambiente y Calidad de Alimerka. Menéndez contó los estragos que la pandemia provocó en la producción del chosco, pero todo eso está superado y las cifras de este año ya suman más que las de todo el pasado 2023. No hay que bajar la guardia. «Es preciso ir de la mano de los demás y hacer fuerza». Y ya lo han hecho. «Estamos hermanados con el vino de Cangas, con el Afuega'l pitu y ahora con el Cabrales». Seguramente habrá más alianzas. En tanto, siguen los proyectos. «El loncheado y las medias piezas está en nuestra mente, pendientes de los permisos necesarios».
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En solo cinco años, Picofino se ha colado en el mercado de toda España, pese a que nació como un hobby de su fundador
En solo cinco años, Picofino se ha colado en el mercado de toda España, pese a que nació como un hobby. «Yo hacía ginebra sin etiqueta, para regalar a los amigos. Así fue durante ocho años. En una de las fiestas en Albuerne (Cudillero) me propusieron lanzar la ginebra al mercado», contó Tito Rodríguez, que obtuvo el premio en Innovación, entregado por Luis Manuel Taboada Fernández, director territorial de Unicaja Norte. La negativa inicial pronto se tornó en, 'vamos a probar'. Se creó la marca, se fueron decidiendo productos y se experimentó. Ginebra, vermú de ginebra, crema de ginebra, una combinación con trufa negra y vermú de naranja. «A los dos meses de estar en el mercado nos llamaron del Corte inglés de Madrid para Gourmet. Al año ya estábamos presentes en 200 tiendas por toda España». Un ejemplo de innovación cuyo éxito radica en «tomar las decisiones que quieres tomar, intentar hacer cosas diferentes y atreverse». Su 'osadía' pasa por lanzar al mercado mejillones en salsa de vermú y unas gildas (aceituna, anchoa del Cantábrico, piparra y pimiento baby relleno de queso al vermú).
Una historia de 142 años es la de Helados y Turrones F. Verdú, al frente de la cual está ya la quinta generación
Pablo Arques, representante de la quinta generación de Heladerías y Turrones F. Verdú, subió a recoger el premio a la Trayectoria, 142 años, de una empresa que como él mismo contó, responde a la historia de muchas familias que salieron a buscarse la vida fuera de su tierra. La firma, que lleva el nombre de su fundador, aboga por los productos autóctonos: huevos de Porceyo, la leche de aquí, los limones de Gijón o alrededores y, por supuesto, una adaptación a los nuevos gustos y necesidades de la sociedad. «Casi todos nuestros productos son sin gluten y muchos de ellos, sin lactosa; hay que seguir innovando y adaptarse». En esta quinta generación, Arques se centra en internet, llevando la web y encargándose de las empresas y clientes y los envíos. Las redes sociales, algo esencial para promocionar los artículos, corre a cargo de su hermana. Hay una clara evolución a lo largo de estos 142 años. «He visto a mis abuelos y a mis padres trabajar en la empresa y nosotros seguimos haciendo lo de siempre: productos de calidad».
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Historias que consiguen arrancan pese a las dificultades
«Necesitamos que los emprendedores se tornen en empresas porque eso permite el estado del bienestar», reivindicó Félix Baragaño, presidente de la Cámara de Comercio de Gijón, que manifestó su orgullo por la calidad de los productos asturianos, para los que, al igual que el consejero, pidió «promoción». Historias de emprendimiento, de recuperación y de generación, que, «pese a las dificultades para arrancar», destacó Marcos Líndez, se dan a conocer con acierto y «eso los hace más especiales». Aún tuvo unas palabras de recuerdo para Marcelino Gutiérrez «que siempre se preocupó del medio rural».
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