Santa Marina de Piedramuelle (Oviedo)
Casa de comidas La AldeaAnuncia en el toldo sus dos especialidades, un básico y un olvidado, pero esta cocinera de raíz profunda guisa todos los clásicos populares con gracia y cariño
María del Carmen, o Carmen a lo corto, nació en Cornellana. Hija de hosteleros que regentaron la recordada cafetería ovetense Montblanc, creció hostelera, se casó hostelera, crió a su hija sartén en mano y se separó hostelera, bien trabajando cocinas ajenas, bien las propias, pero siempre capaz de lograr guisos atemporales según mandaba Nieves o manda Madalena Alperi, trátese de lentejas con chorizo, guisantes con jamón, fabes, pitu caleya, arroces marineros y de corral, setas amariscadas, escalopines al cabrales, rollo de bonito o -haciendo la lista breve- lechazo y cochinillo crocantes y enternecedores. O sea, todo lo clásico que se tercie según le dictó su madre, y a su madre le dictó su abuela en plena fidelidad de generaciones.
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Casa de comidas La Aldea
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Dirección: Los Escalones, 21 - Oviedo
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Teléfono: 985 78 03 47.
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Cocina: María del Carmen Fernández García y Toñi Filipova.
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Gerente: María Fernández Fernández.
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Web: www.casadecomidaslaaldea.com
Pero María, la hija de Carmen, que ejerce de gerente aquí y de administrativa con responsabilidades fuera, siendo la promotora de esta bien llamada casa de comidas, sólo espera -más pronto que tarde- que su madre disfrute del retiro: «Antes se llamaba La Gonal, abrió por los años cincuenta, tuvo momentos de gloria y otros de decadencia; la cogimos hace casi una década, me disgustaba ver a mi madre trabajar para otros tanto por tan poco» -nos comenta. ¿Y cuando lo deje? Fin de La Aldea, que es su aldea.
Pulcro barín de pueblo con espléndida terraza abierta (diseñado un comedor acristalado y cerrado llegó la pandemia y ahora preferimos los espacios donde el aire carezca de trabas), el que anuncie en igual plano, sobre el faldellín del toldo, callos y caracoles, nos entusiasma a los helicífagos. Y eso que aquí nacen y crecen magníficos, a pie de huerta o de cementerio; ahora de granjas con los huevos a precio de oro: ¡Sevilla, Valencia, Lérida, Logroño y otras provincias los adoran! Da igual, la mayoría de asturianos les profesan más aversión que apetito, lo mismo que les pasaba a las setas hasta anteayer. Curiosamente mostramos una gran disposición para devorar bígaros, tan escasos en chicha y tan poco inspiradores de salsorrios. ¿Le dan cosa? Pruebe los de Carmen y no sólo mojará el pan en la alegre salsa: también se volverá adicto.
Caracoles de La Aldea
Ingredientes: 800 gr. de caracoles purgados y limpios. Sal. Aceite. 6 u 8 cayenas. 2 cebollas. 1 pimiento verde. 1 puerro. 1 cucharón de tomate frito. 1 ó 2 hojas de laurel. 1 cucharina de pimentón picante. 2 cucharinas de pimentón dulce. 1 taza de jamón cortado en dados. 1 chorro de vino blanco. 1 litro de agua o caldo (único el gelatinoso de la cocción de manitas de cerdo). 1 gajo de cebolla. 1 gajo de pimiento verde. 1 puerro.
1. Lavamos los caracoles con agua templada (más fría que caliente). 2. Los ponemos a remojo en agua con sal cambiando el agua las veces que sean hasta verla «ligera». 3. Ya limpios se echan en una cazuela y cubren de bastante agua templada. 4. Esperamos a que salgan de la concha, subimos el fuego un poco por encima del mínimo, y ya todos fuera aumentamos la llama y que cuezan veinte minutos. 5. Ponemos otra cazuela al fuego con aceite extravirgen. 6. Sofreímos las cayenas partidas y las cebollas, pimient0o y puerro picados. 7. Luego añadimos el tomate frito, el laurel, y repartimos el jamón en dados. 8. Añadimos el pimentón dulce y picante, y el vino blanco. 9. Ya todo ligado en punto de salsa, tras recudirlos bajo el grifo, echamos y salteamos los caracoles. 10. Añadimos un chorro de agua (o del caldo apuntado)sin que lleguen a quedar cubiertos. 11. ¡Y a disfrutarlos como se merecen!
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