Urgente Prisión para el acusado de robar en gasolineras de Asturias
Miguel Ángel de Dios, en la cocina del popular establecimiento ovetense. PABLO NOSTI
OVIEDO

El bodegón de Teatinos

Callos de fama y peregrinaje y mucha tradición es lo que dio Charo y sigue dando el bodegón con su firma

Jueves, 2 de febrero 2023, 10:28

Charo se jubiló hace ya diez años. Y bastante tarde, que su voluntad era seguir trabajando y disfrutando mientras el cuerpo aguantara. Ya carbayonamente octogenaria, libre de obligaciones pero persistente en devociones, acude diariamente a almorzar, y así de paso comprueba que todo sigue como ella quiere, casero y sabroso. Y no da queja. Al contrario. Nos asegura que desde su nuevo puesto de comensal y consejera no tiene contra alguna: Miguel Ángel, su inquieto y emprendedor hijo en continua multiplicación hostelera, y Alex, el joven chef que recibió de ella, hombro con hombro y pota con sartén, enseñanzas para la invariable continuidad del bodegón, mantienen el camino marcado. Su casi medio siglo de camino.

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EL BODEGÓN DE TEATINOS

  • Dirección: Puerto de San Isidro, 17 - Oviedo

  • Teléfono: 985 280 074

  • Fecha de inauguración: 1955

  • Reinaguración: 1980

  • Propietario: Miguel Ángel de Dios Fernández

  • Dirección culinaria: Rosario Fernández Uría

  • Jefe de cocina: Alexander Miranda, 'Alex'

  • Jefe de sala: Visan Titi

  • Menú laborables: 13,50 euros

  • Menú finde: 19 euros

  • Bodega: amplia y cuidada

  • Descanso: ningún día

De ahí que sus callos, segundos por la mínima en el último Concurso Nacional, en nada se diferencien de los limpiados, avinagrados, serenados, cortados y enriquecidos durante su largo compromiso profesional, tras pasar de cocinera hogareña a guisandera de oficio, manteniendo siempre el espíritu matriarcal y el toque familiar: su recetario se respeta, cuida y transmite.

La actual bodega nació de chiripa. Luis, marido de Charo, era cliente de aquí mismo, la Bodega del Chato, popular figón de barrica y cacahuetes. Y al traspasarla el propio Chato, previamente boxeador con momentos de fama y gloria, la quiso para sí. Y para Charo. Su llegada convirtió un figón vinatero en una estimada casa de comidas, mientras Miguel, el hijo, fue ampliando y adornando espacios hasta lograr lo que llevamos dos décadas mirando y admirando: amplias salas intercomunicadas por pasillos, que ponen fachadas y terrazas a un gran patio vecinal interior y la propia avenida, comedores con mesas abiertas o compartimentadas, bodegas climatizadas, amplitudes que suman privacidades, y una colección de curiosidades etnográficas (balanzas, calderos, relojes de pared, viejas radios, planchas de hierro, cafeteras antañonas, jarras, zapicas, pinturas y fotos de tema asturiano. Llaves de horru y caserón que despiertan las preguntas de la primera edad, la curiosidad de la segunda y la nostalgia de la tercera.

Naturalmente, además de callos (arriésguese y añada el feliz moyu picante de la casa), nos ofrecen el acompangado y renombrado pote de berzas o una fabada suave y tierna, arroces braseados con pitu caleya o rabo de buey y bacalao en salsa de pimientos choriceros, tortilla de patata y pisto cuajada al gusto de cada cual o cachopo de lenguado, lengua guisada y tortos crujientes en variedad ocurrente y sabrosa. Los ofrecen y uno diría que sí a todo, pero la abundancia de las raciones, las limitaciones de la edad, y el placer que proporciona cada paisaje emplatado fuerza la elección, y en el caso de los callos, la avenencia con el reciente y justo galardón.

Callos de Charo

Ingredientes para 6 comensales

2 kilos de callos. 2 uños de gochu. 1 morro de ternera. 1 trozo de pata de vaca. 200 gramos de jamón. 2 cebollas. Pimentón dulce y picante. Aceite de oliva. Sal.

Elaboración

1. Lo primero que hay que hacer es lavar los callos meticulosamente. Será su primer lavado.

2. Los ponemos a remojo sobre doce horas con zumo de limón.

3. Tras un nuevo lavado, los ponemos a cocer (alrededor de cuatro horas para que las carnes queden muy tiernas) junto con los uños de gochu, la pata de vaca y el morro de ternera.

4. Ya cocidos, los escurrimos y dejamos enfriar.

5. Una vez fríos, picamos todo muy menudo y cocerán en una cacerola.

6. Aparte, en sartén y con aceite de oliva, doramos las cebollas previamente picadas.

7. Cuando doren, agregamos el jamón cortado en tacos, una cuchara de pimentón dulce y otra de pimentón picante.

8. Vertemos este sofrito sobre la cacerola de los callos y revolvemos.

9. Lo guisamos todo unas dos horas hasta que quede unido y probamos el punto de sal.

10. Dejamos que descansen un poco y servimos porque ya están listos para comer y disfrutar.

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