Tartas saladas que aprovechan el huerto y la despensa
No son ni dulces ni postres pero lo tienen todo para triunfar por su sencillez, versatilidad y exquisita presentación
Ni son dulces ni se reservan para el postre pero son, definitivamente, tartas. El universo salado trae para sí el mundo de las masas y los pasteles con sabrosas propuestas que conjugan el crujiente de la masa con verduras, quesos, embutidos…propuestas distintas para comer a dos manos o con cuchillo y tenedor, a elección del comensal.
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De entre todas ellas, Francia tiene su favorita. El quiche lorraine celebra hoy su día internacional, una excusa perfecta para dar un repaso al universo de las tartas saladas, convertidas en entrantes de excepción. Comencemos por la propuesta gala, donde el bacon y el queso gruyere se dan la mano, escoltados por los huevos, la nata, la nuez moscada, la pimienta y por supuesto la sal. Todo ello se hornea la masa quebrada, en la que reposa.
Existen multitud de quiches, en la misma Francia y también reinterpretadas fuera de sus fronteras. De panceta y champiñón, de espinacas y queso feta, de calabacín, de puerros y gorgonzola e incluso de acelgas. Son propuestas sencillas y rápidas de elaborar que resuelven una cena de manera sencilla y vistosa.
Versátiles y sabrosas, las tartas saladas pueden nacer desde cero o enmarcarse dentro de la cocina de aprovechamiento, sacando sabor y brillo de restos que se acumulan en la nevera, del pollo a la carne picada o las verduras . Puesto que el interior no se ve, el éxito de su presentación lo determinará la forma en la que coronemos la parte superior. A menudo son coloridas.
Si los gabachos adoran el quiche, los griegos se entusiasman con el pastel de espinacas y queso feta a base de pasta filo. En Canadá triunfa la French Canadian Tourtiere, con carne picada, salsa Worcestershire, puré de patata y queso cheddar, entre otros ingredientes.
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Los entusiastas de lo sencillo disfrutarán colocando ingredientes sobre una masa de hojaldre, del salmón, el eneldo y el queso crema a las verduras, por ejemplo calabacín, berenjena, cebolla y tomate. El pomodoro convence protagonizando una galette o acompañado de queso crema y cebolla morada. La tarta salada de tomate y tres quesos (parmesano, emmental y crema) es victoria asegurada.
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