¿Quién es el novio de Rocío Herrera Montero?
Es Jaime, hijo del recordado actor secundario José Conde, que se hizo muy conocido en Médico de Familia y falleció en 2011 en extrañas circunstancias
PPLL
Martes, 28 de octubre 2014, 19:18
Saltó a la fama hace solo unos días, pero ya se ha convertido en todo un icono de belleza, con miles de seguidores en las redes sociales. Es Rocío, la hija de los conocidos periodistas Mariló Montero y Carlos Herrera , que está en la universidad cursando Administración y Dirección de Empresas, una tarea que combina con varios trabajos como modelo.
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Al salir muchas de sus imágenes privadas a la luz algunos se han preguntado quién es el joven que la acompaña en muchas de las fotografías. Se trata de Jaime Conde, su novio, y es hijo de Javier Conde, conocidísimo actor secundario español, recordado por su papel en Médico de Familia.
José Conde fue uno de esos secundarios de lujo de la parrilla televisiva española, que falleció en extrañas circunstancias en 2011. El cuerpo del intérprete, de origen gallego, fue encontrado en una casa abandonada del norte de Madrid y su familia llevaba un mes sin tener noticias de él.
Jaime ha heredado el atractivo de su padre, al que siente todavía muy cerca, pues se ha tatuado su imagen en el pecho y le recuerda con cariño en cada aniversario de su muerte. Hace unos meses le escribió estas palabras: «Hoy 24 de enero es uno de los días más importantes para mí y mis seres queridos, marcó un principio y un final en mi vida. Muchos de mis recuerdos son el día a día con mi padre. La ilusión de cada mañana al verle despertar, la vitalidad que transmitía, la manera que tenía de hacerme sonreír tanto a mi como a todas las personas que le rodeaban. Perder a un padre y mejor amigo duele más que nada en el mundo. Pero más duele no saber nada de su paradero a lo largo de un mes, un mes sin saber dónde está la persona que más quieres en esta vida, pero sí saber lo que probablemente haya sucedido. Mi sueño es poder escuchar su voz por última vez, poder notar sus brazos agarrándonos fuerte o incluso cogerle la mano y mirarle a los ojos, ya que su mirada y su sonrisa eran las mejores "palabras" que podría recibir de él. Pero aquí sigo, luchando día a día y poniéndole una sonrisa como medianamente puedo a cada problema. Mi padre decía que: "todos tenemos derecho". Tenemos derecho a ser felices, a equivocarnos, a intentar conseguir objetivos. Tenemos derecho a fallar, a sufrir y a disfrutar. Pero sobre todo a ser nosotros mismos. (Tomaré nota de estas sabias palabras). Era una persona con un espíritu único. Por donde fuera, transmitía seguridad, amor y paz. Como yo siempre digo, le sacaba una sonrisa a cada problema. Sigue animándome día a día, como has hecho hasta ahora, para que pueda luchar y seguir siendo fuerte. TE QUIERO, MAESTRO».
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