Revilla se emociona al revelar que su mujer, Aurora Díaz, lucha contra el cáncer
El presidente de Cantabria acudió a 'El Hormiguero' en su 80 cumpleaños y le cantó a su esposa la misma ranchera que le brindó el día que se declaró
El programa de 'El Hormiguero' de este lunes, en el que el invitado fue Miguel Ángel Revilla, fue tremendamente emotivo al confesar el presidente de Cantabria que su mujer, Aurora Díaz, lucha contra el cáncer de colon. No solo se emocionó el político, sino también el presentador, Pablo Motos, a quien se le escapó alguna lágrima.
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Revilla recordó lo bien que se lo había pasado en el último programa de 'El Hormiguero' en el que estuvo. «Tengo que agradecerte que el último día que vine, que yo venía muy tocado porque operaban de un cáncer a mi mujer al día siguiente, pacté contigo que íbamos a llevarlo de una manera que no se notara. La operaron y ahora está con la quimio, pero con mucha raza. Es el amor de mi vida», expresó Revilla. «Viniste destrozado y lo hiciste fenomenal», ponderaba el comunicador que no podía evitar las lágrimas al dirigirse a Aurora Díaz, que se encontraba entre el público.
«Ella está aquí porque es una 'crack', ha tenido una operación de colon y luego la quimio es dura, pero esta noche Aurora ha sacado fuerzas... ¡joder!», comentaba Motos.
Miguel Ángel Revilla, que celebraba su 80 cumpleaños, aprovechó la ocasión para rendirle homenaje a su esposa, de 63, y contó la historia de cómo se conocieron. «La saco 17 años y ella estaba afiliada a mi partido antes de conocerla». «Un día, en un programa de televisión, alguien debió de intuir que necesitaba un trasplante de riñón. Se ofrecieron seis personas para donármelo, una de ellas fue Aurora -su actual mujer-. Yo no era nadie en ese tiempo», admitió Revilla.
Después de esto, el presidente de Cantabia se animó a cantarle a su mujer una ranchera, pero no una cualquiera, la misma que le brindó el día que se le declaró, 'Pa' todo el año': «Sé que voy a hacer el ridículo, pero a mí no me importa», avisó.
Aurora, emocionada, se levantó de su asiento, besó a su marido y se abrazó a Pablo Motos. «Estoy muy bien. Me han puesto medio litro de hierro el otro día, por vena, y tengo una energía que te puedo seguir ya», dijo Díaz.
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