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Bruce Springsteen, en su última actuación en Gijón.

De Concha Piquer a Bruce Springsteen

El pabellón municipal en la Feria de Muestras estará dedicado a 150 años de ocio en Gijón

Andrés Presedo

Domingo, 18 de mayo 2014, 21:05

De Concha Piquer a Bruce Springsteen, de Paco Martínez Soria a los Rolling Stones, de la multitudinaria romería de Granda a la Semana Negra. Ejemplos del ayer y del hoy de las actividades festivas en Gijón que han ido creciendo de forma paralela al desarrollo de la ciudad y que han tenido, y tienen, una importancia inequívoca en su vida cotidiana. El Gijón de mediados del siglo XIX vivió una transformación total vinculada a un enorme desarrollo industrial y comercial, con nuevas formas de trabajo, pero, también, con necesidades vinculadas al mundo del ocio y de la cultura. En el año 1900, la ciudad tenía 26.600 habitantes. Un año antes, el 21 de julio de 1899, se inauguró la Exposición Regional en todo el entorno de los Campos Elíseos. Fue un punto de inflexión, una apuesta por una urbe más moderna, aunque los medios fueran más bien justos. Por citar un ejemplo, solo para atender las necesidades de agua del recinto, los vecinos tuvieron que sufrir restricciones en el servicio. Con todo, la citada exposición, con flamantes pabellones, fue un éxito total. Se estaba escribiendo el futuro de la actual Feria Internacional de Muestras de Asturias.

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Mucho antes, en 1848, se inauguraba el teatro Jovellanos, el original, en la calle que lleva el nombre del prócer gijonés, donde, en la actualidad, se ubica la biblioteca pública y, con anterioridad, estuvo durante años el Banco de España. Era privado y tenía capacidad para 750 espectadores, una cantidad nada desdeñable para la población que, por entonces, tenía la ciudad. Llegaron, posteriormente, ya en los primeros decenios del siglo XX, los teatros modernistas, el 'Teatro Cómico', el 'Salón Luminoso', aquellos bailes donde los 'bastoneros' controlaban que las parejas no se juntaran más de lo necesario en los bailes y acababan de forma contundente con los arrumacos.

Son historias del Gijón festivo, como lo es, ya en la posguerra, el Parque Venecia, en Veriña, con sus populares barcas en el río Aboño, o el entoldado de la Plaza Mayor, en sus diferentes etapas. Todo un alarde de festejos populares, de ferias, de romerías, de desfiles y de fiestas que forman parte de la historia festiva de la ciudad y que este año se van a ver reflejadas en la exposición que está siendo preparada para ser instalada en el pabellón del Ayuntamiento de Gijón en la Feria Internacional de Muestras de Asturias.

Los historiadores Carmen Alonso Suárez y Pablo Rodríguez Fernández de la Vega llevan meses trabajando en este proyecto por encargo de la Sociedad Mixta de Turismo. Como 'Hábitos Culturales', estos profesionales ya se encargaron de la exposición del año pasado relativa a la historia del pequeño comercio en la ciudad, que batió todos los récords de visitantes en el pabellón municipal de la Feria de Muestras.

En esta ocasión, el turno será para la denominada industria del ocio, en la que se entremezclan detalles de la cultura local, desde las romerías hasta los desfiles del Día de Asturias, hasta actividades pensadas y promovidas con vistas a los turistas, al visitante que, ya por entonces y hace cien años, eran una codiciada fuente de riqueza. Gijón no lo tenía fácil. No era capital de provincia y la competencia eran nada menos que San Sebastián, Santander o La Coruña. Había disputas hasta para conseguir las visitas reales que, por sí mismas, eran un foco de atracción para la burguesía de la época de principios de siglo.

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Hablar del ocio en Gijón es hablar de la calle Corrida, del Muro, de la playa de San Lorenzo, pero también de las verbenas de los farolillos de Cimadevilla o de los años sesenta donde no había artista que se preciara que no actuara en la ciudad. Allí estaban el Jardín, El Parque del Piles, el Rocamar y otras muchas salas que eran una referencia para la juventud de la época.

Luego vendría la segunda etapa del entoldado de la plaza Mayor y los grandes conciertos, con el recordado de Tina Turner que marcó una época. El listado de los artistas que luego visitaron la ciudad sería interminable y está en el recuerdo reciente de muchos gijoneses. El último ejemplo, la actuación el año pasado en El Molinón de Bruce Springsteen, como único concierto en toda España.

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La exposición pretende recordar los viejos cafés, como el Oriental, la creación de la plaza de toros de El Bibio, los concursos hípicos, de gran tradición y concurrencia y, en general, detalles de cómo discurrió el ocio de los gijoneses en el último siglo y medio. Serán retazos de nostalgia donde también tendrán cabida las sociedades recreativas, nacidas muchas de ellas al calor de la burguesía de cada momento y, cómo no, el deporte, el especial protagonismo del Sporting como aglutinante de la ciudad.

El soporte gráfico será el elemento clave de la muestra, un espejo de cómo el camino siempre fue presentar Gijón como una ciudad abierta, hospitalaria y atractiva para el visitante, con la playa como elemento clave. Han pasado los años, pero el objetivo sigue siendo el mismo: el ocio como fuente de riqueza.

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