Aparece en Poniente el menor de 13 años desaparecido en Avilés

Daniel Jiménez Jiménez y su madre, Manuela Jiménez, pudieron abrazarse ayer después de casi quince días de angustia. La familia del menor de 13 años, que había desaparecido de su domicilio en la calle Sebastián Elcano de La Luz el pasado 25 de agosto, lo encontró ayer en la playa de Poniente, en Gijón.

A última hora de la tarde, su madre atendía a LAVOZ DE AVILÉS muy emocionada y aún nerviosa, indicando que su hijo se encontraba «bien» y que había estado en Gijón todo este tiempo. La familia recibió noticias de varias personas que le habían visto en varios parques gijoneses, y por eso la búsqueda se trasladó allí en los últimos días.

Manuela, acompañada por su marido y varios primos, se marchó ayer por la mañana a Gijón a intentar localizar a su hijo. «Tardamos mucho en encontrarlo, estuvimos buscando mucho rato y se me ocurrió entrar en un bar del paseo, donde me dijeron que sí habían visto a un niño a la altura de la última escalera de la playa de Poniente y que frecuentaba la zona en los últimos días».

Rápidamente se desplazó hasta allí y vio «una ropa en la escalera, que pertenecía, según me dijeron. a un niño que se estaba bañando». Fueron a intentar encontrarle por el arenal y a eso de las cinco de la tarde dieron con él. Estaba bien, y caminaba solo por la zona del paseo de la playa, llevaba otro corte de pelo y otra ropa, diferente a la que tenía cuando le vieron por última vez en Avilés.

El menor no dio muchos detalles de su llegada a Gijón, «porque sólo decía que se marchó andando hasta allí, aunque a mí me extraña», reconoció ayer su madre. Daniel Jiménez sí explicó que se había quedado en un piso con «dos chicos payos y una chica gitana, que se habían portado muy bien con él y le habían dado de comer y atendido estos días», explicó la madre.

Sin embargo, la preocupación seguía en ella. «Lo único que no entiendo es que no llamasen, porque le preguntaron si él estaba solo y dijo que sí, y había muchos carteles con mi número cerca de la zona en la que estaba el piso», a su vez muy próximo al parque en el que una persona aseguró haberle visto a principios de semana.

Tras encontrarle, su familia acudió a Comisaría a retirar la denuncia de su desaparición y regresó a La Luz, antes de ir a visitar a los parientes, muy preocupados porque nadie sabía del paradero del niño.

A última hora de la tarde de ayer, su madre hablaba con EL COMERCIO muy emocionada y aún nerviosa, indicando que su hijo se encontraba «bien» y que había estado en Gijón todo este tiempo. La familia recibió noticias de varias personas que le habían visto allí. Manuela, acompañada por su marido y varios primos, se marchó a Gijón a buscarlo. «Tardamos mucho en encontrarlo. Se me ocurrió entrar en un bar del paseo, donde me dijeron que habían visto a un niño parecido a la altura de la última escalera de la playa de Poniente».

Rápidamente se desplazó hasta allí y vio «una ropa en la escalera, que pertenecía, según comentaban, a un niño que se estaba bañando». Fueron a intentar al arenal y a eso de las cinco de la tarde dieron con él. Estaba bien, y caminaba solo por la zona del paseo de la playa, llevaba otro corte de pelo y otra ropa. El menor no dio muchos detalles, «sólo decía que se marchó andando hasta Gijón, aunque a mí me extraña», dijo la madre. Daniel sí explicó que se había quedado en un piso con «dos chicos payos y una chica gitana, que se habían portado muy bien con él».