Muere degollado un vecino de Gijón

Yacía en el suelo de la cocina, en medio de un charco de sangre y con varias heridas de arma blanca en el cuerpo, la más grave de ellas a la altura del cuello. A Andrés Valdés Bermejo lo mataron en su piso de Nuevo Roces, en las viviendas sociales de la calle Alicia Concepción Álvarez. El cadáver fue encontrado la madrugada de ayer por los bomberos y los agentes del Cuerpo Nacional de Policía que acudieron a la llamada de los vecinos de la víctima, alertados al no haberlo visto por el edificio durante dos días y después de que el domingo por la mañana escuchasen voces y golpes procedentes de su piso.

El hombre, de unos 45 años, había salido recientemente del centro penitenciario de Villabona y vivía solo en el piso, después de que su mujer falleciese hace poco más de un año.

«Nos extrañó que ayer -por el lunes-, que llovió tanto durante el día, tuviese las ventanas abiertas de par en par. Le llamaban al timbre y no contestaba, así que por la noche decidimos avisar a la Policía», explicó un vecino del inmueble. En cuanto los bomberos subieron con la escalera hasta el primer piso, por la parte trasera del edificio, vieron el cadáver del individuo tendido en el suelo de la cocina. Estaba degollado.

La Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Comisaría de Gijón se ha hecho cargo de las investigaciones para intentar esclarecer el crimen lo antes posible. Los trabajos se centran en reconstruir las horas previas a la muerte de Andrés, que presumiblemente tuvo lugar poco antes de las 12 del mediodía del domingo, cuando los vecinos escucharon voces y golpes e incluso a una persona pedir auxilio.

«En estas viviendas sociales raro es el día que no pasa algo o se escuchan discusiones, pero la del otro día ya fue muy gorda...», comentaron otros moradores de la misma planta en la que vivía la víctima, quien al parecer recibía visitas en casa de «personas poco recomendables».

«Parecía buen hombre»

Los efectivos de la Policía Científica inspeccionaron minuciosamente durante toda la mañana el piso en busca de huellas y pruebas que permitan identificar al autor. Además, recabaron testimonios entre el vecindario y revisaron los contenedores y las papeleras de las inmediaciones en busca del arma homicida. Al parecer, además de matar al expresidiario, se habría llevado varias pertenencias del hogar.

La autoridad judicial autorizó de madrugada el levantamiento del cadáver, que fue trasladado al Instituto Anatómico Forense para que los médicos le practicaran la autopsia. El informe será remitido al juzgado de guardia.

El suceso pasó bastante inadvertido en Nuevo Roces, una zona residencial en la que hasta ahora sólo se habían registrado delitos contra el patrimonio. Desde la creación hace un lustro no se habían producido muertes violentas en la zona. La noticia prácticamente no trascendió al resto de urbanizaciones, no así en los bloques de las viviendas sociales de la calle Alicia Concepción Álvarez, las más próximas a la carretera Carbonera.

«Aquí todos los conocíamos y parecía buen hombre. Sabíamos que había estado una temporada en la cárcel, pero con nosotros siempre fue muy majo y educado, no daba problemas ni molestaba a nadie», recordaba un morador de la segunda planta, quien coincidió con él en el portal el pasado sábado.

«Solía tener unas rutinas muy marcadas. Se levantaba pronto, salía de casa, volvía como a las dos horas y ya no solía verse en todo el día, nos extrañó que ni el domingo y ni el lunes lo viésemos por aquí, así que después de pensarlo, llamamos a la Policía. Si fuese un familiar nuestro, a todos nos gustaría que si pasa algo, los vecinos se preocupen por él», esgrimía un hombre que recuerda que Andrés «había sido consumidor de drogas durante mucho tiempo y estaba físicamente muy deteriorado».

Las pesquisas continúan su curso y previsiblemente en los próximos días la Policía pueda aportar luz sobre el asunto. Ayer, varios moradores del edificio en el que fue hallado el cadáver acudieron a la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía para prestar testimonio que ayude a identificar a la persona -o personas- que estuvo con él en su casa la mañana en la que se produjo el crimen.